Tentación: Impulso de hacer o tomar algo atrayente, pero que puede resultar inconveniente. Persona, cosa o situación que atraen de forma irresistible.
Todos en algún momento nos hemos visto tentados. Los actores, como yo, a pesar de ser aclamados, amados e idolatrados, somos como cualquier otro ser humano; sufrimos, nos enfermamos, cometemos errores, incluso sucumbimos a la tentación.
Crecí en una familia con principios y con valores. Cuando mi fama comenzó a crecer de manera increíble mi madre comenzó a decirme: "No olvides de dónde vienes". "No olvides lo que te he enseñado". Para algunos tal vez sean consejos tontos, que uno nunca va a cambiar, pero eso no es así. Para algunos es muy fácil perder el piso y olvidarse de aquello que te inculcaron desde niño. Creía que nunca iba a ser como ellos, todos creían que yo era diferente, pero me di cuenta de que solo soy igual que cualquier otro ser humano.
Mi tentación se presentó en forma de mujer. Desde siempre me he visto rodeado de mujeres, comenzando por mi madre y mis dos hermanas. Cuando mi padre se fue, me quedé como el hombre de la casa, el único hombre. En mi adolescencia y parte de mi edad adulta tuve amigas. Ahora que soy un actor famoso tengo más amigas, la mayoría de mis fans son mujeres, además, he tenido el honor de actuar al lado de mujeres bellísimas, pero esta última mujer que entró en mi corazón, no pertenece a ninguno de estos círculos sociales. Ambos nos encontramos por simple casualidad o tal vez fue el destino. No lo sé.
Gianna, no sé que tiene que me vuelve loco. Tal vez son esos hermosos zafiros, tal vez es esa abundante y hermosa cabellera tan negra con la noche. Ella era una mujer demasiado bella, pero no solo tenía una increíble belleza física, era muy inteligente y culta. Gianna es la directora de un museo, ella está enamorada de la historia. Simplemente, no me pude resistir a sus encantos, por más que intente evitarlo, me conquisto. Sé que está mal porque ella... le pertenece a alguien más.
—Un centavo por tus pensamientos—su dulce voz hizo estremecer mi corazón.
Gianna acariciaba mi torso desnudo con las yemas de sus dedos, mientas yo acariciaba sus negros cabellos y de vez en cuando enredaba un mecho en mi dedo índice. Bajé la mirada y le sonreí para después dejar un suave beso en su frente.
—Me preguntaba, ¿qué fue lo que hice para merecerte?
Ella detuvo el movimiento de sus dedos, se giró para poner ambos brazos sobre mi pecho y me miró de frente.
—La que se hace esa pregunta a cada momento soy yo.
—No soy nada del otro mundo—aparté un mechón travieso de su rostro.
—Thomas—suspiró pesadamente, se levantó de la cama y se colocó mi camisa, que hace unas horas atrás me había quitado—, tú sabes que si dejo a mi marido él me quitará lo que más amo en el mundo. Mi museo.
— Lo sé, cariño.
Se detuvo frente a la ventana y observaba la hermosa ciudad de Londres.
—Cualquier otro hombre en tu lugar me haría escoger entre mi amor por el arte y él. Pero tú—suspiró pesadamente. Me levanté de la cama, fui hasta ella y la abracé de la cintura—, solo estás aquí a mi lado, no me exiges nada. Lo único que quieres es... a mí—dejé un suave beso en su hombro—, lo único que me pides es amor—se giró para verme de frente—. ¿Qué hice para merecerte?
—Solo ser tú, mi amor.
Uní mis labios a los suyos entregándome a ella por completo, una vez más.
—Mañana traerán una nueva pintura—comentó Gianna. Estábamos fuera de mi departamento, nos despedíamos y ella acomodaba el nudo de mi corbata—. Me gustaría que fueras a verla, es preciosa y tiene una hermosa historia que quiero contarte.
Amaba cuando iba al museo y Gianna a veces tomaba algún tour, sobre todo a niños, caminaba por los pasillos explicando con una enorme pasión la historia de cada pintura. Amaba verla y ver ese brillo en sus ojos.
—Le diré a Luke que haga un espacio en mi agenda.
—Perfecto.
Acarició las solapas de mi gabardina y ella volteo a ver a todos lados, fijándose de que no hubiera nadie a nuestro alrededor. Tomó las solapas de mi traje y tiró de ellas para acercarme y besarme con pasión. Coloqué mis manos en sus caderas para atraerla más a mí. Me encantaba sentir como el calor que nuestros cuerpos emanaba podían, incluso, a travesar nuestra ropa. Nuestras lenguas ya conocían el camino para encontrarse, ahogué un gruñido en su boca. Antes de que aquel beso nos llevará a algo que habíamos terminado hace una hora atrás en mi habitación, nos separamos.
—Adiós, cariño.
Ella solo me dijo adiós con la mano y me mando y beso antes de subir a su auto.
Usualmente despertaba los viernes a las nueve de la mañana, pero cuando abrí los ojos eran las siete y media, la razón por la cual me había levantado unas horas antes, era porque mi celular no dejaba de sonar. Había decidido ignorar al infernal aparato, pero era demasiada la insistencia de quien estuviera al otro lado de la línea. Sin levantarme de la cama, estiré mi brazo para tomé el celular. Fruncí el ceño al ver la pantalla.
— ¿Qué? —murmuré.
Tenía una infinidad de llamadas, mensajes y notificaciones de Twitter. Las llamas y los mensajes eran solo de dos personas: Gianna y Luke. ¿Qué rayos estaba pasando? Estaba por devolverle la llamada primero a Gianna, pero justo en ese momento el nombre de Luke apareció en mi celular. Deslicé el pulgar por la pantalla y contesté.
— ¿Qué pasa viejo?
— ¿Qué pasa? —Me tuve que alejar un poco la bocina de mi oído al escuchar su grito— ¡Enciende la maldita televisión, Hiddleston!
Me senté en la cama y tomé el mando de la tv. Lo primero que me apareció fue el canal de noticias. Abrí los ojos al ver una imagen mía y de Gianna besándonos y le subí al volumen.
—Tal parece que no es el caballero y el príncipe azul que todas creíamos, tal parece que va más a la perfección el apodo que le dan por su personaje Loki. Nuestro querido Tom Hiddleston, es todo un dios de las travesuras, ya que al parecer le encanta jugar con mujeres casadas—no podía dar crédito a los que estaba viendo y oyendo—. La codiciada mujer es nada más y nada menos que la esposa del magnate Oswald McKinney. Caballeros, cuiden a sus esposas de Tom Hiddleston. Tal parece que el caballero más codiciado tiene una debilidad por las mujeres casadas—me encontraba en estado de shock por la noticia—. Pero vamos, ¿quién no se dejaría tentar por un bombón así?...
Había olvidado que estaba hablando por teléfono con Luke hasta que él me volvió a hablar trayéndome a la realidad.
— ¿Sabes lo que esto le va a hacer a tu imagen? ¿Sabes las maneras catastróficas en las que esto va a afectar a tu carrera?
Estaba por contestarle, pero supe que Gianna me necesitaba más.
—Lo siento, Luke.
—No me vengas con...
No lo dejé terminar pues simplemente corte la llamada. Sin tardar un segundo más llamé a Gianna. Creí que ella no me iba a contestar ya que el celular sonaba y sonaba, pero finalmente contestó.
—Tom—al escuchar su voz supe que estaba llorando y mi corazón se dolió—, no vuelvas a buscarme. Déjame en paz.
—Gianna—supliqué.
—Solo fuiste un juego, Tom, supéralo.
Ella colgó. Solo así. Mi corazón se rompió en miles de pedazos. No podía creer que así había terminado todo. Me entregué a ella ciegamente, nunca le pedí nada y le di, absolutamente, todo de mí. Después de todas las cosas dulces que me había dicho me sale con que solo fui un juego. ¿Por qué me paga así todo el amor que yo le día? ¿En qué momento mi dulce tentación se volvió amarga?
ESTÁS LEYENDO
Tom Hiddleston: One Shots
Fanfiction¿Eres fan de Tom Hiddleston? Entonces esto es para ti. Aquí encontraras varias historias pequeñas dedicadas a Tom Hiddleston. Son historias pequeñas que no tienen continuación alguna, mejor conocidos como "One Shots" Espero estas historias sean de...