Bésame Mucho

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[Las palabras en cursiva serán como si Tom pensara, hablara y/o escuchara español]

Sur América

Tierra caliente, bella y hermosa, igual que sus mujeres.

Hace un mes que había viajado a aquel lugar y aún recuerdo la forma en que me caló en la piel, incluso en el corazón, la experiencia que viví ahí.

Había viajado a Colombia para la filmación de una película y nunca me imaginé que en aquel maravilloso país iba a conocer a una mujer bellísima.

Ella era muy...bonita.

Aun cuando cierro puedo ver sus ojos que me acarician el alma, su piel contra la mía haciéndome arder, sus labios rogando y suplicando que los llenara de besos.

No puedo evitar dejarme llevar una vez más por aquel seductor recuerdo.

Era el último día de filmación en Colombia, así que la producción y algunos otros actores habíamos quedado para vernos en un club que nos habían recomendado. Estaba agradecido por despedirme de este lugar tan caliente. Creo que nunca había estado en un lugar con una temperatura tan infernal. Eran tan solo las ocho de la noche y sentía el sudor emanando de mi piel haciendo que mi camisa comenzara a pegárseme al cuerpo.

Me senté en la barra para tomar algo y poder refrescarme un poco. Le hice una señal al chico que atendía para que se acercara y así lo hizo mientras él limpiaba un tarro con un pañuelo.

¿Qué le sirvo?

Fruncí el ceño ante las palabras del muchacho. Entendía solo muy poco el español, palabras básicas, pero nunca me enseñaron lo que uno dice o como tiene que pedir en un bar.

—Lo siento, no te entiendo—hice una mueca—. ¿Hablas inglés?

No—él negó con la cabeza y suspiré con frustración. Estaba por buscar a alguien de la producción que hablara el idioma, pero el chico comenzó a hacer señas de forma que le entendiera—. ¿Tú—me señalo— que—se encogió de hombros tomar? —mantuvo alzados sus dedos pulgar y meñique mientras doblaba los tres dedos de en medio y hacia como que bebía.

Ahora si nos estábamos entendiendo.

—Whiskey, por favor.

El me hizo una seña afirmativa con el pulgar y se dio la media vuelta para servirme mi trago. Sin tardar ya estaba poniendo el pequeño vaso de vidrio frente a mí. Lo tomé, después de darle las gracias, y le di un pequeño sorbo para después girarme sobre mi taburete para ver a toda la gente que había llegado al club.

En la barra no había más de diez personas, otras estaban sentadas en mesas y la gran mayoría se encontraba bailando en la pista de baile.

La música latina que sonaba era demasiado sensual al igual que los movimientos de baile y podía verse desde lejos como las personas sudaban tanto por el calor como por la actividad física.

Le di un trago a mi bebida y comencé a sentir que alguien tenía su mirada fija en mí. Fruncí el ceño y comencé a buscar por todos lados hasta que mis ojos se detuvieron en una chica que recién había llegado a la barra. Había solo como tres personas entre nosotros, pero ella me veía fijamente y yo me sentí ligado por esa seductora mirada.

La chica era hermosa, en sus ojos veía un fuego que me quemaba el alma, me sonrió y yo pudiera haber caído rendido a sus pies.

Me aseguré de sonreírle antes de darle un largo trago a mi bebida.

El calor había comenzado a aumentar, pero esta vez lo sentía muy dentro de mi cuerpo.

Vi como la hermosa mujer se levantaba de su taburete y sin apartar la mirada de mí camino hacia donde yo estaba. Se detuvo a mi lado mientras me regalaba otra de sus sonrisas que me hacía derretirme.

No eres de por aquí, ¿verdad?

Español.

Maldición.

Debí poner más atención y esforzarme por estudiar mejor.

—Lo siento, yo... no entiendo.

Sentí que el color de la vergüenza subía por mi rostro, pero lo único que ella hizo fue sonreír aún más.

Extranjero.

—Soy Tom.

Extendí mi mano para saludarla y ella me devolvió el gesto.

Sol.

Fruncí el ceño al reconocer la palabra en español. ¿Ese era un nombre de verdad? Aunque la verdad le quedaba bastante bien. Ella me quemaba al igual que el mismo sol.

Eres muy guapo.

Eso sí lo había entendido a la perfección.

—Tú eres muy bonita.

No puedo apartar a aquella mujer que, a pesar de saber su nombre, era una desconocida. Aun pienso en ella cuando uso esta camisa.

Lo que pasó después de presentarnos fue... no sé, pero un calor se había apoderado de mí haciéndome sudar o tal vez había sido el tamborileo constante de mi corazón.

Eres muy guapo—volvió a decir—no puedo esperar a verte otra vez—ella acarició mi mejilla y todo ardió—. Bésame mucho.

Tragué saliva al ver que en sus ojos había una llama de deseo y mi cuerpo estaba reaccionando a ella. A pesar de lo mucho que la deseara me sentí paralizado, pero a ella no le importo en lo más mínimo.

Me tomo de la camisa y me atrajo a ella para besarme.

Sus labios eran verdadero fuego y me quedaron marcados para siempre. Su sabor exótico me hacía estremecer y sentir que solo deseaba más y más de ella.

Coloque mis manos en su cintura para pegar más su cuerpo al mío mientras le devolvía el beso con hambre y necesidad de ella. Su calor me estaba envolviendo y embriagándome mucho mejor que el whiskey que me estaba tomando.

Caliente y dulce. Eso era ella.

Se apartó de mí con una sonrisa traviesa dibujada en los labios y tomó mi mano entrelazando nuestros dedos. Tiró con suavidad de mí mientras me guiaba a la pista de baile.

Al llegar la tomé de las caderas mientras ella se contoneaba con aquel ritmo sensual que nos daba la música. Intenté seguir sus pasos, pero no podía pensar con claridad al sentir las manos de ella paseándose por mi cuerpo como si le perteneciera, y de alguna forma, así era.

Nuestros cuerpos se rosaban al bailar mientras nos besábamos y tocábamos zonas sensibles de nuestros cuerpos que solo hacían subir más la temperatura.

Cielos, ¿qué estaba haciendo esta mujer conmigo?

Estaba embriago por ella y yo solo podía querer más y más.

Al final de la noche Sol me volvió a decir "Bésame mucho".

La besé y al día siguiente ella había desaparecido como la niebla... como un fantasma.

No he vuelto a saber más de ella.    

Tom Hiddleston: One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora