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Elizabeth seguía caminando despreocupadamente, ocupándose simplemente de seguir hablando sobre los temas triviales que invadían su mente sin cesar. Notaba como Jane se irritaba demasiado, lo cual la divertía. Estaba sacando todo aquello que llevaba guardado, recordando como con su mejor amiga podía estar así, hablando sin cesar, por horas sin cansarse. Extrañaba aquello. Extrañaba su vida.

Jane notó como Liz se fue quedando poco a poco callada, alejándose para hundirse en sus cavilaciones. Aprovechándose de su evidente distracción, la observó. Su piel morena y su cabello castaño largo hasta la cintura, sumado a sus electrizantes ojos verdes la hicieron arder en una envidia momentánea. Se preguntó cómo hubiese sido su vida no hubiese pasado aquel incidente hace once años. Se preguntó si hubiese podido disfrutar su vida al máximo como lo había imaginado tantas veces. Pero, ahora, lo entendía; aquello ya no era posible.

Corrió su mirada y apretó los puños, reteniendo las lágrimas canallas que amenazaban con salir de sus ojos. No lloraría, no frente a ella.

Un sonido atrás de ellas hizo que Elizabeth saliera de sus pensamientos, al mismo tiempo que Jane se alertaba.

Ambas voltearon, sólo para encontrarse con los ojos rencorosos y llenos de rabia procedentes del rostro de Jeff.

Jane apretó aún más los puños, encajando sus uñas en las palmas de sus manos. Odiaba que la viera así, tan débil y patética. Odiaba que observara lo que él había causado en ella, y por encima de todo, lo odiaba a él.

Eternos «Jeff The Killer» ||Book 2||.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora