Eternos «Jeff The Killer» ||Book 2||.

031.

Antes de leer:

¡Hola amores!💞😂 ¿Cómo están? Espero que bien😊

Bueno sin más rodeo, tengo que contarles que "Eternos" tendrá pronto su final :( Igualmente, quiero agradecerles a todas las personas que apoyaron éste Fanfic que escribí con la pasión de hacer algo diferente, espero que les haya gustado, y que los futuros lectores también puedan disfrutarlo, de todos modos, todo ésto es para ustedes❣

Sin más divagaciones, espero que sea de su agrado éste capítulo, ¡los amooo!😏😏❣.

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La pelirroja siguió acercándose a mí, apretando la jeringa levemente, haciendo que el líquido se derramara.

Tragué saliva con dificultad, tratando de que mí cerebro me indicara qué hacer para huir, o al menos para quitarla de mí camino.

—No sabes lo complacida que estoy de saber que seré yo quien se encargue de acabar con tu patética vida... Después de que tantos lo hayan intentado.— Río con sorna.

—¿De qué hablas?— Dije, tratando de hacerla hablar mientras ingeniaba un modo de salir huyendo.

Ella detuvo su caminar y dijo:

—Todos aquellos a los que haz huido, ¿o ya se te olvidó, pequeña idiota? No sé como es que han podido dejarte con vida, si eres tan jodidamente patética.— Retiró un mechón que cubría su rostro y observé una horrible marca que cubría una de sus mejillas; era una cruz invertida.

Reprimí un grito de horror y ella lo notó.

—Un precio bajo por tener una identidad...—Soltó, refiriéndose a la horrible cicatriz.

—Debes saber que no soy cualquier persona... quiero vengarme de Jeff, pero aparte de eso, algo más se incluye a mis planes.— Añadió.

—¿Qué cosa?— Bramé con rabia.

—Hago parte de aquella asociación... La que dirige aquel poco ingenioso e idiota rubio que te disparó. Creo que ya debes saber de quién hablo.— Dijo, y me miró. Genial, demasiado conveniente para mí. ¿Acaso ésta jodida gente no se cansa?

—Ay, no...— Murmuré, sumamente harta de ésta situación.

—Ay, sí.— Dijo, y su boca se abrió para soltar una gran carcajada. Luego, añadió:— Porfavor, Elizabeth, haznos un favor a todos y muerete.

Sentí una gran debilidad, y ella sin más, se acercó, cortando la distancia entre nosotras.

Su mano se alzó, elevando la jeringa y tratando de clavarla en mí cuerpo, pero al instante, me sorprendí a mí misma cuando tomé su muñeca, para luego empujarla, evitando que su ataque se efectuara.

Ella dejó caer la jeringa, haciendo que ésta rodara fuera del alcance de ambas. Al instante, ambas nos lanzamos al suelo tratando de atraparla. Ninguna de las dos la alcanzó, y en cambio, empezamos a agredirnos fatalmente. Ella golpeó nuevamente mí rostro, y yo aprovechando que estaba nuevamente a mí alcance, pateé su estómago con fuerza descomunal.

Ella se paró y se posicionó cerca a la ventana, agachándose levemente para recuperar el aire que yo le había arrebatado.

Sin tiempo para tan siquiera pensarlo, aproveche su debilidad y me acerqué. Corriendo hacía ella, la empujé, haciendo que se golpeara contra la ventana y la rompiera.

El golpe la aturdió, entonces volví a repetir el movimiento, haciendo que ella saliera por ella, quedando agarrada de una mano al borde de la rota ventana.

—¡No! ¡Porfavor no me dejes caer!— Rogó, mientras pequeñas perlas de sudor rodeaban su rostro.

Me paré frente al borde, viendo como ella me observaba con preocupación, rogándome con la mirada que no la dejara caer.

Estábamos en un tercer piso, por lo que asumí que no sobreviviría a la caída.

En cambio, dije:

—Porfavor, querida, haznos un favor a todos y muerete.— Imité sus palabras con sorna, y sin más, retiré su mano del borde, haciendo que su cuerpo cayera al vacío.