Recobré el conocimiento gracias a la voz de un hombre a mí lado, mientras que una voz femenina respondía a sus suaves palabras.
—Ésta paciente es sumamente peligrosa e impulsiva. Debe mantenerse bajo supervisión en todo momento, ¿entiende? Se la recomiendo mucho, Abigail. Si llega a salir de aquí, podríamos estar arriesgando el bienestar de varias personas en el plantel. Porfavor, la dejo en sus manos.— Oí que decía el que intuí era el médico.
—Sí, señor. Usted quédese tranquilo, ella estará bien.— Susurró aquella voz suave proveniente de la fémina.
—Estará sedada unos momentos más, y luego, se volverá una verdadera molestia. Porfavor, haga lo que haga, no la deje salir.— Rogó nuevamente el doctor.
—Ya váyase, doctor. Le prometo que nada malo pasará.— Dijo ella burlona. Él suspiró y oí como sus pasos se desvanecian, para luego oír el chirrido de la puerta al ser cerrada. Perfecto.
Abrí los ojos, viendo la tenue luz de la mañana pegarme en los ojos. La joven me observó, mientras yo notaba su aversión hacía mí.
Fruncí el entrecejo y le dije:
—¿Se te perdió una igual?
Ella río ante mí comentario.
—Cierra la boca.— Dijo suavemente.
—¿Disculpa?— Dije incorporándome. ¿Y ésta quién se creía?
—Lo que oíste.
Yo reí y retiré la sábana, poniendo mis pies contra el suelo. Ella, al verme de pie, se acercó, para luego darme un empujón, llevándome en dirección a la camilla.
Yo le devolví el golpe y ella arremetió contra mí, acostándome en la camilla a la fuerza.
Yo la aparté y me dirigí a la puerta, pero ella con rapidez tomó mí cabello y lo jaló, tirándome al suelo.
Caí y gemí de dolor. Ella se posicionó encima mío y me golpeó la nariz, haciendo que la sangre brotara de ésta.
—¿¡Qué carajo haces!?— Le grité. ¿Qué clase de sádica enfermera era?
—Mira maldita. Observa bien mis ojos y escuchame bien, porque no repetiré ésto que te voy a decir.— Gruñó, y continuó diciendo—: Estoy aquí para vengar la jodida muerte de el único hombre al que he amado, asesinado a sangre fría por el hijo de puta de Jeff, el maldito al que defiendes a capa y espada.
Tragué saliva con fuerza, y no supe qué hacer.
—Voy a acabar con él, poco a poco; no sabes lo difícil que ha sido encontrarlo.— Dijo amargamente—: Y tú serás el primer peldaño para acabar con su patética vida...
Me miró y se paró, dejándome en el suelo. Corrí hacía la puerta, pero ésta estaba con llave. Pero ¿cómo mierda? Hace un momento estaba sin llave.
—Oh, Elizabeth... No sabes cuánto lo lamento, pero, ésto es necesario.— Volteé a verla, y ella me sonrío con rabia oculta. Su cabello rojo y rizado se ondeaba al acercarse a mí, mientras que de su pequeño vestido de enfermera, sacaba una jeringa con un líquido rojo.
—Sólo quédate quieta, ésto será rápido.
Me puse rígida y me aparté.
Esto era justo lo que faltaba en mí caótica vida, otra vengativa perra.
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Eternos «Jeff The Killer» ||Book 2||.
Fiksi Penggemar«Segundo libro de "Ajenos"». "Ésta vez alguno de los dos desaparecerá." Elizabeth Martinez se encuentra nuevamente en un limbo, causado por el sanguinario asesino Jeffrey Woods, mejor conocido como "Jeff The Killer." Ha perdido a todos, y a todo. Su...