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Mi corazón late a mil por segundo tras conocer el parentesco tan cercano que tengo con Amber. ¿Cómo fue capaz de engañarme de esta manera tan vil? Fingir no conocerme sólo para acercarse a mí sabe Dios con qué intenciones. Cómo no me di cuenta de la enemiga que vive bajo el mismo techo que yo, he puesto a mi tesoro en manos de una completa desconocida.

Que fantástico disfraz le resultó su encantadora personalidad.

Aprieto mis manos por la rabia y la impotencia que siento crecer en mi interior al ser consciente que he sido presa de mi propio karma. La traición se paga con traición o cualquier otra mala acción que al final siempre se te devolverá igual y aún peor. Sin embargo, no se es testigo de tu nivel de insensatez hasta que vives en carne propia dichas experiencias.

Yo obré mal y hoy lo estoy pagando con creces al descubrir que la mujer a quien pensaba darle el resto de mis días no es más que una cruel mentirosa. Parpadeo, todavía negada a creer lo que mi madre acaba de confesarme. A estas alturas es imposible evitar el llanto. Esta nueva verdad duele muchísimo, pero supongo que yo misma me busqué este dolor.

―¿Hija, estás bien?

Niego con la cabeza sin articular palabra ¿qué podría decir?

―Lo sentimos...sabemos que debimos decírtelo antes, pero teníamos por tu reacción.

―¿Cómo...pudo? ¿por qué?―murmuro más para mi que para ninguno de los presentes.

―Sólo ella puede responder a eso―escucho la voz de Clara―. Hemos tratado que nos explique los motivos que la impulsaron a buscarte, pero se niega a decir nada más allá que el hecho de que se enamoró de ti desde el día en que te conoció.

Frunzo el ceño mirándola directamente a los ojos.

―Nos conocimos días antes del accidente de Lauren.

―¿Qué?―pregunta Lauren exaltada―. ¿Te acostabas con ella cuando finjias amarme?

―Eres una idiota, Lauren―devuelvo poniéndome de pie mientras limpio mis lágrimas―. La conocí por casualidad...o al menos eso creí. Tuvimos una pequeña conversación en una cafetería y no la volví a ver meses después de tu supuesta muerte.

―Es casi lo mismo, no tardaste ni un año en meterla en tu cama cuando supuestamente decías amarme.

Intento darle una cachetada, pero me detiene en el intento.

―¿Y qué querías que hiciera, Lauren? ¿qué te llorara para toda la vida?―me zafo de su agarre y retrocedo―. ¿Crees que eres la única que ha sido engañada?―niego con la cabeza y trago el nudo que obstruye mi garganta―: Lamento muchísimo lo que te hice pasar, Lauren y de verdad espero que algún día me perdones. Acepto que llegué hasta ti ciega de venganza por una venda que mi padre fijó en mis ojos. También admito que a pesar de callarlo y no desmostarlo me enamoré de ti...de quien eras realmente, cada día que vivía contigo dudaba de lo que me hicieron creer de ti...me negaba a creerlo porque te amaba...

―Pero ese amor no fue suficiente para ti...―murmura despacio―. En cambio, seguiste adelante hasta que me viste a orillas del precipicio y no moviste un sólo dedo para evitar que cayera al vacío.

Me acerco a ella, intentando con todas mis fuerzas no tocarla.

―Si que lo intenté...traté de hacer entrar en razón a mi hermano y a Austin...pero tu hermano ya tenía todo planeado―bajo la voz al tiempo que aparto la mirada―. Yo...lo siento tanto, Lauren...

―Ya lo hecho, hecho está. No confiaste en mí y eso fue tu perdición.

―Lo sé―digo y me atrevo a mirarla―. Y estoy muy arrepentida por eso...pero lo que jamás lamentaré y nunca dudes de eso, Lauren, es que te amé sinceramente aún cuando todo te señalaba como culpable.

A Mí Merced (Camren)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora