A Mí Merced (Camren)©

INTER

Amber nunca estuvo conforme con el amor que sus madres adoptivas le brindaron desde pequeña. Inconscientemente el único error y más grave que cometieron fue haberla criado bajo la sombra de Lauren Jauregui, a pesar de ser varios años menor que su hermana, siempre fue tratada y casi obligada a madurar de forma precoz.

Siendo una niña de tan sólo diez años fue capaz de descubrir por sus propios medios la existencia de sus hermanos mayores, Austin, Taylor y Lauren; manifestando una preocupación interna sobre el parecido no sólo físico que tenía con aquella extraña. Su conciencia inocente la hacía cuestionarse acerca del por qué sus dos madres le ocultaban esa verdad.

Sin embargo algo en su interior intuía aquello. Cosa que comprobó un día escuchando accidentalmente como su mamá Sinuhe lloraba a la misma foto que ella había encontrado en esa mesa de noche días atrás.

Aquella niña de ojos verdes iguales a los suyos estaba muerta.

Pudo sentir la desilusión en su pequeño corazón, fue como si ella también hubiese perdido una parte de sí misma en ese pequeño, pero significativo momento. Tenía un hermano pequeño de quien cuidar, sin embargo ella también necesitaba que la cuidasen y una hermana mayor seria su esperanza.

Pero no existía.

Ese día prometió desistir en su búsqueda, pues sólo encontraría escombros irreparables. No obstante el cambio más considerable que notó en ella sucedió en su adolescencia rebelde. Para esa época sus madres les habían contado a ambos sobre sus hermanos y del por qué no podían acercare a ellos. Kristopher siendo un niño no entendía mucho de lo que eso significaba, pero para Amber era completamente distinto.

Aquella esperanza que en el pasado había sido Lauren Jauregui para ella, se convirtió en un fantasma atormentador que la seguía a todos lados.

Amber tenía personalidad propia, eso es lo que hace única y original a una persona. Pero al ser comparada repetidas veces con la imagen de alguien más y además muerto, no tuvo más opción que adoptar una identidad que no le pertenecía sólo para encajar y ser perfecta ante los ojos de sus madres.

Mientras los años transcurrían su parecido se hacía cada vez mayor, no sólo en apariencia sino también en carácter. Amber llegó a hacer una nueva versión reencarnada de Lauren para Clara y Sinuhe. Aquel cambio funcionó para ella hasta que se enteró de que su hermana estaba viva y se agudizó cuando conoció a Camila Cabello.

Era consciente de que Camila jamás voltearía a mirarla por el simple hecho de que estaba casada y enamorada de su esposa quien resultó ser su anhelada hermana mayor. Hubiese sido fácil no fijarse en ella sabiendo todo aquello, pero a pesar de ello aprovechó la primera oportunidad que tuvo para acercarse a Camila.

Nunca le hubo resultado tan conveniente la supuesta muerte de Lauren que ella misma se encargó de ocultar. Siendo una especie de versión de Lauren no le sería tan complicado enamorar a Camila y, hasta cierto punto lo logró. Hasta el día en que Lauren decidió resucitar de entre los muertos para seguir torturándola.

Amber había conseguido tener todo aquello que no le pertenecía y no había encontró mejor manera de conservarlo que fuese a las malas, pues no estaba dispuesta a perder lo que con tanto esfuerzo hubo construido durante más de tres años.

Camila empezaba a despertar frente a sus ojos. Se encontraba sentada en una silla, con las manos atadas a los reposabrazos y los pies amarrados a los costados de cada pata de la misma. De inmediato notó la incómoda escena, una que jamás creyó experimentar. Trataba de zafarse inútilmente mientras sus gritos de auxilio eran contenidos por la cinta en su boca.

Una voz conocida detuvo los latidos de su corazón y congeló al mismo tiempo su sangre.

―Si sigues moviéndote de esa manera te harás daño, cariño.