Capítulo 53

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Cada cabeza es un mundo. Uno irregular y atípico, no me cabe la menor duda. El juicio de un individuo es diferente al de otro, de eso se trata la diversidad, no estoy en contra de ello pero, me encantaría que todos los seres que me rodean en ocasiones pensaran de la misma manera que yo; eso ahorraría opiniones divididas como las de ahora.

"Que alguien los calle ya".

—Entonces, ¿se lo dirás? —cuestiona Speedy. Somos él, Jason y yo saliendo de mi habitación en fila india con rumbo a la cocina, ya que su hermana se ha empecinado en concederme unos días más de su uso.

Jason mete el resto de la pizza de la cena de ayer al microondas, en tanto Dion pone a funcionar la cafetera y yo saco los enceres indispensables para el almuerzo de cuatro personas.

Anoche llamé a Miranda tal como se lo prometí, contándole cómo se habían suscitado las cosas en torno a la llamada de Cinthia a Kurt y preparándola para lo que viene.

Aún no me parece la mejor de las ideas que ella participe en los acontecimientos. El imaginar siquiera que ese imbécil llegara a ponerle una mano encima o tan solo intentarlo, me altera a mogollón.

Se lo planteé con la mayor de las sutilezas, quise hacerla recapacitar. Sin embargo y como siempre, se negó a hacer lo que considero mejor para los dos. Para ella, porque su integridad está en juego y, para mí, porque si algo malo le pasara me volvería loco.

En cambio, al final acordamos vernos aquí un par de horas antes de salir hasta el centro comercial para estudiar detenidamente los detalles. No podemos permitirnos una falla así sea mínima, o habremos perdido la contienda.

—Perdón que me meta en lo que no debería importarme —enuncia Lawson, depositando la charola en mitad del desayunador —. En realidad la decisión es tuya. Pero, la conozco a pesar de que desde que te conoció haya sufrido algunos cambios favorables; como tener las agallas para enfrentarse a su padre por ti. Por cierto, ¿de dónde las ha sacado? Bueno, me estoy desviando del tema central— debate pensativo más para sí mismo, pegando un enorme mordisco a su porción y trepando a uno de los banquillos mientras mastica —. En fin. Decía que la conozco desde hace algunos años y puedo asegurarte que si no se lo dices, arderá Troya. Al igual que Dion, opino que lo hagas.

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