Capítulo 8

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(Especial Harry)

Después de dejar a Louis en la puerta de su casa y asegurarse de que entrara en ella, se dirigió a su solitario hogar. No era que le molestara vivir solo, claro que no, de hecho en ocasiones creía que aquello era lo mejor que le había podido haber pasado en la vida. Sus padres nunca se encontraban ahí porque tenían una empresa en E.U., muy lejos de él, así que los veía una vez cada mes o cada dos meses. Ellos estaban en un proceso de divorcio en el que Harry simplemente no se había metido, no tenía ganas de meterse en sus discusiones sin sentido, más porque tenía definitivamente claro que dijera lo que dijera, siempre quedaría mal con su madre.

Caminó unas calles sumergido en sus pensamientos, iba realmente preocupado porque aquella mañana había olvidado dejarle algo de comer a Dusty puesto que se le había hecho tarde y había preferido apresurarse para llegar a tiempo a casa de Louis.

Al llegar a su hogar sintió como un escalofrío recorría todo su cuerpo y es que ahí estaba, esa enorme y costosa camioneta negra estacionada en la entrada, aquella misma camioneta que hacia una hora aproximadamente había pasado cerca de él cuando se encontraba con Louis, no se había confundido y eso era lo que más le molestaba porque en el fondo había deseado con todas sus fuerzas que aquella camioneta no fuera la que él pensaba. Tomó un respiro demasiado hondo y decidió rodear toda la propiedad y saltarse la barda de su patio trasero, ni loco entraría por la puerta principal con ese auto ahí. Caminó por el gran patio hasta llegar a la puerta de la cocina por donde entró siendo recibido por su amado gato a quien le hizo una seña de que guardara silencio para después poder poner un poco de comida en su plato silenciando de esa forma a su gato.

Dio pasos ligeros recorriendo toda su casa y al sentirse solo soltó un suspiro de enorme alivio, tal vez si se había confundido y ese auto de afuera le pertenecía a otra persona, a algún vecino tal vez.

- Harry – escuchó aquella voz que tanto odiaba escuchar y se quedó paralizado… no, no se había equivocado… esa camioneta si era de quien creía.

Lentamente buscó aquel lugar de donde había provenido aquel llamado, encontrando su fuente sentada en la sala de estar.

- Dime – contestó él intentando disimular el miedo que sentía.

- Me extraña que a pesar de todo sigas comportándote como un delincuente entrando a tu casa por el patio trasero y saltando bardas – dijo Anne Cox seria mientras leía una revista. Pero no era una revista de espectáculos como las que todas las madres solían leer, esa era una revista empresarial - ¿No te dije que tiraras a esa basura desde hace mucho? – preguntó refiriéndose al gato.

Harry sintió que sus manos habían empezado a sudar y simplemente pudo asentir con la cabeza y esperar a que su madre terminara de hablar.

- ¿Por qué llegas tan tarde del colegio si ni siquiera está lejos? – le dedicó una pequeña mirada a su hijo para después volver a bajar la mirada hacia su revista.

- Tengo actividades extra escolares – dijo él intentando sonar convincente y rogando internamente porque no lo hubiera visto con Louis.

- Pasé por ahí para ver si te encontraba, pero no tuve éxito - eso calmó un poco el nerviosismo de Harry.

Ella cerró la revista y lo analizó de pies a cabeza como si con eso pudiera saber si lo que su hijo decía era mentira o era verdad.

- No pensé que vinieras – dijo el rizado intentando cambiarle el tema a su madre.

- Es mi casa, puedo venir cuando quiera – ella alzó una ceja - ¿Ya tienes novia?

- No, no tengo novia – dijo fastidiado sabiendo hacia donde se dirigía aquel tema.

A Primera Vista... [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora