Capítulo 32.

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No sabían cómo ni cuándo habían llegado, sólo eran conscientes de que se encontraban en casa del chico de cabello rizado quien tenía a Louis sobre él con las piernas enredadas en su cintura mientras le robaba el aliento en un beso lleno de desespero y pasión.


Había soñado por demasiado tiempo con aquel momento, volverlo a tener de aquella manera. Era todo lo que deseaba en la vida, de aquello no tenía ni siquiera la menor duda. Amaba a Louis como a nadie había llegado a amar en la vida y se lo quería demostrar con cada acción y en cada momento mientras tuviera vida.


Caminó con él de aquella manera sin siquiera separarse del beso puesto que hacerlo sería perder el tiempo y aquello era algo que no podía permitirse. Sus pasos en definitiva eran torpes pero no llegaba a tambalearse ya que soportaba el peso de Louis.


Cuando notó que habían topado con una puerta en seguida la abrió dándose cuenta de que habían llegado a un cuarto que tenía ambientado para visitas inesperadas y sintió alivio. Después de caminar hacia la cama depositó a Louis en esta separándose del beso respirando agitadamente. Buscó una señal en los ojos azules que le indicara que debía de parar pero al no encontrarla empezó a depositar dulces besos por todo el rostro de aquel chico que tanto amaba para después empezar a sacarle la camisa con delicadeza, acto que el otro repitió en él.
 



-          ¿Estás seguro? – preguntó el rizado al notar la desnudez del torso de ambos.
 


Ante toda respuesta, Louis lo tomó de la nuca para acercarlo y besarlo mientras sus manos se paseaban por el cuerpo del escritor que tanto había extrañado.
 


-          Sólo cállate y continua – dijo al separarse un poco rozando los labios del otro con su cálido aliento.
 



El rizado rió divertido para volver a besarlo.


Hizo un camino de besos por todo su cuerpo, no porque no lo recordara, claro que lo hacía, pero lo extrañaba tanto que quería demostrárselo en cada caricia, sin necesidad de palabras. lo amaba con toda su alma.


Cuando pudo darse cuenta de lo que sucedía, notó que ya ambos se encontraban completamente desnudos mientras Louis buscaba pegarse más a su cuerpo lleno de desesperación.
 



-          Harry… - jadeó – te necesito.
-          ¿Quieres que…
-          Hazlo ya – lo interrumpió.
 


Con cuidado se fue introduciendo en Louis mientras este hacía muecas de dolor genuino, se quería detener pero sabía que lo lastimaría más si lo hacía así que cuando estuvo completamente dentro le dio tiempo para acostumbrarse.
 


-          ¿Por qué siempre tienes que estar preocupándote por mi? – preguntó Louis con frustración – muévete de una buena vez.
 


Harry rió animado contagiando a Louis para después hacer caso a sus ordenes mirando cada una de las expresiones del fino rostro de su amado quien tomaba las sábanas de la cama y las estrujaba con fuerza dándole a entender que simplemente estaba más que satisfecho. Continuó con sus movimientos hasta que estos se volvieron erráticos debido a lo que sabía que venía. Faltaron unas cuantas estocadas más para terminar junto con Louis dejándose caer a su lado completamente exhausto.
 



-          Dios… - susurró el de ojos azules entrecortadamente intentando controlar su agitada respiración – no puedo creer que haya estado sin esto tanto tiempo.
 

A Primera Vista... [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora