¿Qué pasaría si un día el amor de tu vida desaparece sin dejar rastro y después de algún tiempo aparece de la mano con otra? Mientras la guerra contra Gea sucedía, Reyna se encontraba en una gran batalla con ella misma pero finalmente decidió darse...
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[¿Ya vieron esta hermosura?! 💛 ADVERTENCIA: Creo que en este capítulo empieza todo lo bueno😈.]
—¿Qué dice exactamente esa profecía?—Dije con la voz más neutra posible, Nico me miró y abrió la boca para hablar pero fue interrumpido por Rachel.
—Es una quintilla en realidad. —Como sea, solo quiero escucharla.
—"Había una vez un dios llamado Apolo, quién sumido en una cueva azul y hueca, en tres asientos, el bronce tragafuegos fue obligado a tragarse la muerte y la locura"—
Después de recitar aquello Rachel se estremeció y me miró. —Por lo de tres asientos sabemos que se refería a Leo, Calipso y Apolo... —El bronce tragafuegos se refiere a Festus—La interrumpió Percy, solo asentí meditando las palabras que acababa de decir Rachel, en ese momento me hubiese gustado más haber permanecido en mi inocencia creyendo que Apolo podría regresar vivo... Ahora lo estaba dudando.
Después de unos minutos de silencio en la sala, meditando la situación, recordé aquella pesadilla que Venus me había mostrado hace tiempo.
—"Quien sumido en una cueva azul y hueca... "—Decía en un susurro hasta que finalmente lo dije en voz alta.—" Quien sumido en una cueva azul y hueca" ¿se refiere a Delfos? —No lo sabemos—Dijo Rachel — Pero por lo que nos dijo Apolo hace tiempo él creía que se refería al Oráculo de Trofonio... Un Oráculo muy peligroso y antiguo. —Pero aún así—Interrumpió Percy —Apolo no va tras Pitón aún, así que podemos dejar de preocuparnos por eso ahora, lo que sabemos es que antes de enfrentarse a su antiguo enemigo, Apolo necesita proteger a los Oráculos ancestrales derrocando al Triunvirato. —Y encontrar a Meg—Inquirió Nico. —Meg no quiere ser encontrada Nico—Dijo Rachel—Apolo no puedo desperdiciar el tiempo buscándola. —Pero nosotros no podemos dejar que se quede con los malos—Percy nos miró a cada uno de nosotros—No podemos, hemos perdido a varios por eso. —Nosotros no podemos hacer nada, Jackson—Le dije por fin. —Aunque tal vez Meg tenga más información... No podemos salir a buscarla. —¿Por qué Reyna?—La cara de Percy me recordó a una foca bebé recién regañada, tuve que apartar mi vista de él.
—Porque estoy segura que Meg se cruzará en el camino de Apolo de nuevo.
La asamblea se estaba alargando mucho más de lo normal. Lo que llevábamos de los libros silibinos era bastante pero lamentablemente no era lo que necesitábamos en este momento.
Las profecías que descubrimos, o algunos fragmentos de estas no tenían la mínima conexión con lo que estaba ocurriendo ahora. Pero sin embargo no dejaban de ser peligrosas. Decidimos descansar a media noche y dejar todo para la mañana siguiente.
—Necesitamos que alguien se quede resguardando todo. Habrá dos centuriones vigilando a Ella y los escritos de las profecías. —¿Por qué tanta seguridad Reyna?— Pregunto Will frunciendo el ceño mientras Nico le daba un golpe en las costillas. —Estoy de acuerdo en que se vigile todo lo que llevamos ahora... Tal vez Rachel necesite un centurión que la cuide.—Rachel miro a Nico con la mirada fulminante por lo que acababa de decir.
—No, yo no necesito a nadie que me cuide, puedo hacerlo sola. —Respondiendo a tu pregunta Will, no está de más cuidar una fuente de profecías, Nerón ya estuvo una vez aquí, en Nueva Roma, no tengo la mínima idea de como logro entrar y burlar nuestro seguridad... Así que sí lo hizo una vez, lo puede hacer dos. Y Rachel quédate con Hazel. Esto es todo por hoy. A descansar chicos.
Me levante de mi asiento y salí directo a mi cuarto. Me duche rápidamente y me metí a la cama dispuesta a dormir y a descansar pero como siempre no pude estar más equivocada. Mis sueños dejaron de ser sueños y se convirtieron en pesadillas. Pesadillas en las que Apolo moría tratando de recuperar Delfos.
