Waiting For Superman (ReynaxApolo)

▪Epílogo

Sobre mis brazos sostenía a mi pequeño bebé de solo cinco meses de nacido. Adonis, estaba quedándose dormido poco a poco, y exhale de lo agotada que estaba.

¿Había mencionado que sería difícil tener un hijo Dios? Bueno, pues si, lo es. Cuando dormía tenía un momento de serenidad en mi vida. Lo recosté en su cuna y lo admire, es hermoso.

Sentí unos brazos rodear mi cintura y sonreí, gire para encontrarme con la también sonriente cara de Apolo. Se inclinó para besar mis labios, y luego se dirigió a depositar un beso en la mejilla de Adonis, quien dormía plácidamente.

—¿Todo bien?—Dijo mientras tomaba mi mano y le daba un beso —¿Adonis no te ha dado molestias?

Le di un golpe juguetón en el pecho. Él hizo una mueca de dolor fingida.

—¡Por supuesto que no! Es mi hijo. —Apolo rio.
—Es increíble tenerlo con nosotros ya.

Asentí mirando a mi pequeño.
—Aún recuerdo cuando nació, estaba muriendo del dolor. Y tú estabas lo suficientemente nervioso para ayudarme.

Apolo palideció, tal como ese día. Estábamos en el salón con Artemisa, ella nos contaba sobre los recientes monstruos que había cazado cuando las contracciones vinieron. Artemisa le dijo a Apolo que ayudará con el nacimiento de su hijo pero estaba en shock como para hacer algo. Afortunadamente Ilitía estaba en el Olimpo y fue quien trajo al mundo a nuestro hijo. Apolo lloraba de la felicidad al igual que yo.

—Aún le debo el favor a Ilitía— Recordó Apolo, yo solo me límite a mirarlo y negar con una sonrisa.
—¿Quieres salir?—Mire hacía donde dormía Adonis y él siguió mi mirada.
—Lo cuidará mi querida hermanita.
—¿Artemisa esta aquí? —Apolo asintió.
—Le dije que quería salir contigo esta noche y sin pedírselo aceptó cuidarlo. Aunque haya decidido no tener ningún hijo, ama a su sobrino y esta feliz de pasar tiempo con él.

Sonreí y bese a Apolo. Al cabo de 5 minutos Artemisa llegó. Sobre su espalda tenía su carcaj lleno de flechas, y el arco en su mano.

—Artemisa ¿podrías dejar eso? No quiero armas cerca de él.
—Tarde o temprano tendrá que tener uno Reyna, relájate.
—Por favor...

Artemisa se deshizo de su arco con sólo un chasquido y fue directamente hacía Adonis. Lo miró con adoración.

—Váyanse tranquilos, no le pasará nada.

Asentí no tan segura, ¿quién me aseguraba que no podría sacar su arco de nuevo? Apolo tomó mi mano y me hizo salir.

Llegamos al Campamento Júpiter, era noche y lo miré confundida.

—¿Qué hacemos aquí?

Apolo no respondió, sonrió para si mismo y me llevó a la entrada de la ciudad. Término nos miró curioso.

—¿Qué hacen aquí?
—¿Podemos pasar no es así, Término?
—Sin armas.

Le mostré mis manos vacías a Término y como llevaba un vestido corto, se podía observar claramente que no tenía ninguna arma conmigo.

Entramos a la ciudad y apenas unos cuantos pasos lejos de Término, Apolo se detuvo y me miró.

—Fue justamente ahí donde te conocí —Dijo señalando el lugar donde lo vi por primera vez.
—Leo quería golpear a Término y lo detuve—Recordé sonriendo, Apolo asintió y me miró con amor.
Tomó mi mano y me llevó hasta un pequeño restaurante, había una mesa afuera. Estaba adornada con un hermoso mantel blanco y unas rosas rojas en un florero. Había velas alrededor y lograron una gran vista.
Apolo había preparado un cena romántica con todo incluido, reí al ver lo comida que había en los platos y vasos. Pizza y chocolate caliente. Lo miré con una gran sonrisa en mi rostro, él sostuvo la silla para mi y me senté, unos segundos más tarde Apolo se sentó frente a mi. Tomo su rebanada de pizza y le dio un mordisco, yo solo lo observe, él deposito la pieza de comida en el plato nuevamente y me dijo: