Waiting For Superman (ReynaxApolo)

▪Capítulo 35 FINAL

Había muchas personas alrededor de mí, entre ellas Hazel mi increíble confidente y fiel amiga, estuvo en los mejores y peores momentos de mi vida; Frank, el pretor que compartió conmigo responsabilidades, ambos habíamos dado lo mejor de nosotros por el Campamento Júpiter en los viejos años, nos retiramos del cargo hace un par de años y dejamos a los jóvenes guerreros ocuparlos con gran sabiduría; Nico Di Angelo y Will Solance, los dos estaban tomados de la mano, después de todos estos años, ellos seguían juntos y su amor fue el más puro jamás antes visto. Percy Jackson y Annabeth Chase estaban ahí también, los dos héroes del Olimpo, los chicos que marcaron historia. Jason sostenía la mano de Piper, ella estaba luchando por contener las lágrimas, las dos nos habíamos hecho amigas y solíamos salir en mi tiempo libre, fue una gran consejera en el tema del amor. Leo había perdido a Calipso hace unos años atrás, él estaba luchando para salir adelante aún, estaba destrozado desde que el corazón de ella dejó de latir, pero a pesar de eso, estaba aquí, conmigo.

Todos me veían, estaba recostada en una cama, mi vida se estaba yendo, cada vez era más difícil el respirar y mantenerme consiente, a mis lados mis fieles amigos Aurum y Argentum dormían pacíficamente, quería cerrar los ojos para siempre, pero necesitaba verlo una vez más.

Apolo llegó y se hincó aun lado mío; sonreí, él tomó mi mano y se la llevó a su boca para besarla, había lágrimas en sus ojos que brotaban sin parar.

—Gracias por venir—Dije con dificultad, Apolo me miró con una mirada llena de amor, la misma de hace 60 años, mordió su labio inferior y puso su mano sobre mi mejilla.

—Te amo Reyna, siempre lo haré.
—Yo también te amo, eres el amor de mi vida… Apolo…
—¿Si amor?
—¿Podrías cantarme una última vez? Como en los viejos tiempos…
—Shhh— Apolo puso su dedo en mis labios haciéndome callar.
—Por supuesto que sí.

Comenzó a cantar una suave balada, la canción trataba de como el amor había llegado a su vida demasiado tarde y ahora se iba tan rápidamente.
Ame cada letra de la canción. De mis ojos caían lágrimas, mis párpados se hacían cada vez más pesados, era el momento de partir.

—Te amare eternamente—Mi voz apenas salió.
—Yo también Reyna.

Sonreí por última vez y mire a todos mis amigos, cuando sentí que era hora de decir adiós, mire a Apolo, quería que fuera él, la última persona a la que viera. Se puso de pie y se acercó a mí para besarme, sus labios tocaron los míos de una manera tan delicada, sin duda fue el mejor beso que nos hemos dado en todos estos años. Poco a poco cerré los ojos. Mi respiración ceso y por fin pude descansar en paz.

—Es hora de despertar—Dijo Apolo con voz melodiosa, abrí mis ojos a duras penas y lo vi, iba vestido con unos tejanos, mocasines y una camiseta sin mangas. Aquel sueño me había dejado un poco aturdida pero sonreí a pesar de eso.

—Tenemos trabajo que hacer, el carro solar no se manejará solo.

Quite la sabana de mí y me levante; me vestí con unos vaqueros y la camisa del Campamento Júpiter, a pesar de que había aceptado la inmortalidad, aún seguía siendo pretora, estaba un par de días ahí y otros estaba junto Apolo mientras él hacia su trabajo como Dios del sol.

Subí al Maserati en el lado del copiloto; antes de echarlo a andar, Apolo me miró unos segundos que parecieron eternos, mis mejillas se sonrojaron con su mirada, aunque en los últimos dos años lo hacía siempre antes de empezar a manejar, aún no lograba manejar esta situación.

—Eres hermosa—Sonreímos, él se inclinó hacia mí y me beso, cuando nos separamos, comenzó a conducir.

La vista que ofrecía estar a esta distancia del suelo era maravillosa, al principio había tenido un poco de miedo, pero ahora, la disfrutaba bastante, viendo aquello recordé como mi vida cambió con una simple palabra. Un dejavu me hizo volver a ese día en el que había aceptado la inmortalidad.