Waiting For Superman (ReynaxApolo)

▪Capítulo 25

—Ahora chicos, les diré que tienen que hacer, vayan con su jefe y hagan que se retiren de este sitio antes de los destruyamos, por favor—Uno de los blemios comenzó a caminar, pero el que me había hablado le ordenó que parará y regresará a su puesto. Hylla sonrió y asintió.

—Bueno, entonces creo que será por las malas—De su carcaj sacó un par de flechas y comenzó a disparar a los blemios quienes desaparecían y aparecían probablemente en algún lugar del Tártaro.

Con mi espada apuñale a unos cuentos de ellos, pronto entre las dos nos quedamos sin más blemios que matar. Gotas de sudor caían de mi cuello y del de Hylla.

Repare en una columna de humo que se formaba dentro de la Nueva Roma y sentí como si mi aliento hubiera sido arrebatado.

Corrí hacia allá y el combate estába ahí. Cargué en contra del primer monstruo que se cruzó por mi camino hasta que escuché un llanto y vi a un niño pequeño observando la batalla horrorizado, fui hacia él y lo tomé en brazos, le susurraba cosas tranquilizadoras en su oído pero los gritos de dolor eran más fuertes. Pronto encontré a Hazel y le pedí que llevara al pequeño a un lugar seguro, ella asintió y llamó a su caballo, Arión, y montados en su espalda salieron del lugar.

Volví a la batalla, y rece a mi madre para salir de esta con vida, Frank había lanzado la lanza a la tierra simbólica en su templo, con todas las cosas que tenía que arreglar le pedí a él que se encargará.

Estábamos en guerra. Y nuestra ciudad se estaba derrumbando, había fuego dentro de esta, dirigí mi vista hacia el Tiber y pude ver cuerpos sangrantes cerca de este.

En mis ojos se acumularon lágrimas y saqué mi espada, lista para vengar la muerte de mis amigos vencidos.

Un perro del infierno vino hacia mí y lo ataque, perdí la cuenta de cuentos monstruos mate rápidamente, mi cara estaba sucia, lo podía sentir, tenía rasguños y cortes en todo mi cuerpo, estaba sangrando de la ceja izquierda y del labio, el sabor de esta en mi boca era desagradable. Un par de dracaenas surgió de la oscuridad y trague en seco.

—Ssssssssh—Y sonrió maliciosamente una de ella.
—¿Qué pasa romana, estas asustada?

Sonreí para ellas también y dije:

—Jamás.

Nunca había peleado con una que tuviera tan buena competencia, ella esquivaba mis mandobles con tanta facilidad, por el rabillo de mi ojo alcance a ver a Hylla, ella corrió a mi dirección sin hacer un menor ruido y con una flecha que dio justo en el blanco, eliminó a esta.

—Por nada, Reyna—Sonrió a pesar de todo, lucia cansada, al igual que yo, estaba sucia y con sangre en el que había sido su elegante traje, ahora estaba hecho jirones al igual que mi ropa, lo único que seguía intacto era su cinturón de oro que resplandecía con la luz de la luna.

—Sssssssh has matado ssssssh a nuestra amiga sssssh lo pagarás caro— Las demás dracaenas nos atacaron y nosotras respondimos.
—No te he preguntado cómo llegaste hasta aquí, Hylla—Dije lanzando un mandoble a la que me estaba atacando, mi hermana que igualmente estaba peleando respondió:

—Las cazadoras son un poco  chismosas, se expandió rápido el rumor—Logró decir mientras lanzaba con una patada a otra dracaena.
—Deberíamos vernos en otro tipo de situación ¿no crees? Se ha hecho costumbre el vernos en situaciones que nos cuestan la vida.
—Ya lo creo— Clave mi espada en el pecho de la dracaena y se volvió polvo enseguida.

Cuando ya no había una a nuestro alrededor, Hylla corrió a ayudar a una de sus compañeras que estaba teniendo problemas con un feo cíclope. Gire para irme a ayudar a más personas que podrían necesitar mi ayuda y me encontré con un hombre frente a mí, no llevaba ningún rasguño, estaba totalmente ileso.

El hombre sonrió mostrando sus dientes y asintió en forma de saludo.

—Pretora Reyna, es un gusto, permítame presentarme, soy Commodus.

[...]
N/A: He vuelto😎 sigo sin tener mucho tiempo pero tengo algunas ideas para esta historia que estarán plasmadas en los próximos capítulos.

¿Están listos para el final?