Waiting For Superman (ReynaxApolo)

▪Capítulo 20

Caminaba por el Campamento con mis amigos Argentum y Aurum. Por primera vez en días estaba realmente tranquila, sabía que Apolo estaba junto a Meg y me tranquilizaba.

Los días no eran tan largos a comparación de los anteriores. Nos reunimos todos los días para discutir sobre la quintilla además de descifrar cosas de los libros. Rachel estaba en el Campamento Mestizo con la arboleda.

Todo iba bien, hasta que un dragón de bronce aterrizó en el Campamento con un solo pasajero: Leo Valdez, estaba aquí.

Me apresuré a correr en su encuentro, buscando por todos lados a Apolo pero no estaba por ningún sitio.

—Reyna—Dijo Leo—Antes que nada, quiero decirte que Apolo esta bien, en lo que cabe, ciertamente.— Lo evalúe, su ropa estaba hecha un desastre y en su cara había rasguños, Leo se dio cuenta de que lo miraba esperando respuestas y suspiró.

—¿Podemos ir a un lugar más privado?

Se había formado una multitud de gente a nuestro alrededor, Hazel y Frank corrieron hacia Leo y le dieron un fuerte abrazo.

—¡Retirense todos a sus tareas!—Grité a los presentes, poco a poco se fueron dispersando hasta quedar solo los cuatro.

—¿Dónde está Apolo y Calipso?— Leo nos miró a todos.
—Calipso se ha quedado atrás en Indianapolis. Ha sido un gran  trabajo llegar aquí desde tan lejos.
—¿Y Apolo?—Preguntó Frank.
—En este instante, me temo debe estar cruzando el Laberinto—Lo mire y sentí que mi corazón dio un vuelco.
—¿De qué estas hablando Valdez?¿Qué fue lo qué pasó allá?
—¿Te mencioné el lugar privado?

Pase mis manos por mi cara y le di una mirada fulminante, caminamos hacía el mismo lugar donde nos reunimos y una vez allí Leo nos contó todo. Como habían llegado hasta Indianapolis, también nos contó sobre las dos ex cazadoras de Artemisa y como Apolo pudo - por unos segundos- ser un Dios nuevamente.

—Hay una nueva profecía, bueno no exactamente una profecía, en realidad aún no se que haya sido eso...
—¡Por el Olimpo! ¿Qué profecía?—Realmente sentía ser tan grosera con Leo pero no podía soportar esta incertidumbre, Leo trago y continuo.

—Cuando Meg se sentó en el Trono de la Memoria recitó una especie de profecía... ¿Cómo había dicho Apolo que se llamaba?—Leo se tocó la barbilla y estuve a punto de golpearlo, de no haber sido por Frank que tomó mi brazo antes de avanzar hacia él. A Leo se le iluminaron los ojos y exclamó.

—¡Un soneto de Shakespeare! Así se llama—Lo miré confundida, nunca había escuchado tal cosa.
—La cosa aquí es que estamos en peligro Reyna—La mirada de Leo dejó de tener ese toque juguetón que siempre solía tener, había preocupación e inclusive un poco de miedo.
—5 noches, he tardado 3 en llegar hacía aquí, lo que restan solo 2 ahora —Lo seguía viendo confundida ¿de qué hablaba?

—Reyna—Dijo Leo en tono serio.
—Tenemos solo dos días para prepararnos para la batalla, el Campamento Júpiter será atacado cuando el tiempo límite llegue a su fin. Y me temo que será una horrible batalla. Probablemente, la peor que hayas vivido.