Capitulo 12

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Narra Samuel:

Se suponía que todos deberíamos estar durmiendo pero ese no era exactamente el caso, el caso es que yo era el único que no podía dormir, los fuertes ronquidos y los incesantes movimientos de los chicos eran horriblemente molestos, estaba acostado y aburrido, así que me levanté del piso y observé a todos durmiendo plácida y profundamente, estábamos en mi habitación, Luzu dormía del lado derecho de la cama, Frank del lado izquierdo, Rubius y Mangel, como eran pareja, los dejamos dormir en la cama y luego a los pies de esta, estábamos Alex, Guillermo y yo.
Abrí la puerta y recorrí el pasillo para bajar las escaleras en silencio, me dirigí a la cocina y tomé un vaso con agua mientras me sentaba en una banqueta de la isla.
Entre mis pensamientos se coló la historia que había contado en el parque Guillermo, por algún motivo me dolía verlo así, siempre lo ví risueño y con las mejillas sonrosadas pero ver una lágrima rodando por su mejilla, enojado, triste y frustrado... Hizo que la boca de mi estómago se cerrara, hasta llegué a pensar en como alguien puede hacerle algo así a Guillermo y no me malinterpreten, el chaval no me cae ni bien ni mal pero pensar que una cosa tan horrible y gris le hubiera pasado a una persona tan colorida y maravillosa como el era algo casi... Imposible.
Luego se me pasó por la cabeza la incómoda conversación que tuvo Guillermo con su hermana, aunque él no se dió cuenta, en ese teléfono se puede escuchar todas las conversaciones, era como un arma de doble filo pero en este caso la situación fue bastante divertida, al escuchar a la hermana de Guillermo mencionar la palabra "novio", Guillermo se sonrojó tanto que si ponía un tomate a su lado no mirabas la diferencia, al tratar de solucionar las cosas insultó a su hermana de forma bastante graciosa, es más indirectamente hizo que sacara una risita.
Cuando acabé mi vaso de agua, me fui a la sala y miré a mi alrededor, observe la televisión apagada, los sillones de cuero negro y... Y ese piano, aquel piano era de mi abuela, una mujer tanto culta e inteligente como cariñosa y divertida, en mi niñez, en las vacaciones de verano, siempre iba a visitarla junto con mis padres a su pueblo, recuerdo que todas las noches, cuando mis padres se iban a descansar, ella me preparaba chocolate caliente y yo me acomodaba en el suelo junto con una manta y una almohada mientras ella se acomodaba en el banquito del piano.
Me dirigí a paso lento hacia el piano, me reflejé en ese brillante negro, acaricié con amor y nostalgia la teclas blancas de madera y me senté en aquel viejo y gastado banquito, me quede varios minutos observándolo y recordé una melodía... Una hermosa melodía que mi abuela siempre tocaba, era mi favorita... Ella siempre la tocaba con pasión y suavidad y sus manos acariciando con amor y cuidado las teclas.
Coloqué mis manos con cuidado en la desgastadas teclas y con suavidad toqué la primera nota.

Empecé suave y dulce, una melodía con aire alegre, mis dedos tocaban las teclas con gran maestría y dulzura, los recuerdos mas maravillosos de mi niñez junto con mi abuela fluían como un pequeño flash... Sonrisas y risas, tardes en el parque, madrugadas escuchando estas mismas notas miles y miles de veces, sus expresiones al tocarlas, sus ágiles y suaves manos tomando el control completo de este viejo piano, sus consejos, sus malos chistes, nuestras miradas cómplices, sus miles de besos en mis rodillas recién raspadas por alguna caída tonta, sus abrazos, fuertes y con cariño... Nuestros juegos de cartas en la tarde, su chocolate caliente en la noche y un tierno beso de buenas noches al irme a dormir...

Samu, eres un niño muy dulce...- siempre lo decía cuando preguntaba algo inocentemente.

Tu y tus ocurrencias...- me decía cuando imaginaba un montón de cosas.

Te quiero mucho mi niño...- cuando me ponía llorar y me abrazaba protegiéndome de todo mal.

Ten... pero que tus padres no se den cuenta...- me daba dinero para comprar las golosinas que a mi me gustaban a escondidas.

Escucha tu Destino - WIGETTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora