Escucha tu Destino - WIGETTA

CAPITULO 30

Narra Guillermo:

Faltaba una hora para el encuentro, nos habíamos encontrado todos en mi casa, Frank me había presentado a su tío, prometió hacer todo lo posible para que yo estuviera a salvo, Mangel y Rubius estaban distraídos jugando con la consola tratando de no darle importancia al asunto, Luzu y Alex estaban charlando en una esquina y Samuel estaba sentado en el sofá individual, su rostro estaba preocupado, su pierna no dejaba de moverse y cada cinco minutos veía como revolvía su cabello, nervioso. Me alejé de Frank y caminé hacia él, estaba tan concentrado en sus pensamientos que no notó mi presencia sino solo después de yo tomar su mano con suavidad.

-Guille...- me miró a los ojos, esos ojos oscuros que me hacían perderme en el infinito mas hermoso que haya conocido, su tibia mano me había tomado firmemente, queriendo que yo no fuera a ese bendito encuentro.

-Lo sé... Pero es mi familia, lo único que me queda.- le digo afligido, el acarició mi mano.-También tengo miedo, creo que todos lo tenemos.- observé a Mangel y a Rubius que estaban totalmente empanados en ese videojuego.- aunque otros lo demuestren de otra manera.- le dije a Samuel, el rió un poco pero su rostro volvió a ponerse serio.

-Prométeme que no voy a perderte.- me dijo tomando mis dos manos mientras se levantaba de su asiento.- que no harás ninguna locura y que estarás bien.- me dijo apretando mis manos.

-Si...- dije inseguro. Mi móvil sonó, de repente la habitación quedó en silencio, los chicos pausaron su juego y me miraron, Frank y su tío se pusieron a un costado, Luzu y Alex se callaron y Samuel sostuvo mi mano observando como sacaba mi móvil del bolsillo trasero.

"30 Minutos para el encuentro Guillermo. Espero que esté mi dinero en orden o tu familia sufrirá las consecuencias"

Suspiré.

-Deberíamos prepararnos.- dijo el tío de Frank.- prepararé a mi hombres, Guillermo tardas 20 minutos en llegar así que vete, los demás vendrán conmigo para ver que pasa.- todos asentimos en silencio, metí mi móvil en el bolsillo y tomé las llaves. Antes de irme todos me desearon suerte. Estaba a punto de salir por la puerta cuando sentí un jalón en mi muñeca, Samuel me observaba, pidiéndome con la miraba que no cruce aquella puerta.

-Debo hacerlo.- le dije tomando su mano.- Tranquilo... No te desharás de mi tan fácilmente.- le dije sonriendo, el asintió y me sonrió con una de las sonrisas mas tristes que nunca antes ví. Me dí media vuelta y decidido a salir suspiré y lo hice.  Con el bolso colgado de un hombro caminé por las calles fingiendo que no pasaba nada, que mi familia no estaba secuestrada, que no iban a asesinarla si no entregaba estos billetes en persona. La gente pasaba ajena a lo que ocurría, cada una con sus problemas, cada una con su vida, cada una con sus pensamientos, con la mirada perdida mirando a un punto fijo en el suelo.

Llegué 5 minutos antes de lo acordado, las manos me temblaban, la nuca me sudaba en frío, con cada sonido de pasos que escuchaba sentía que el corazón se me detenía.

Me estaba impacientando, estaba nervioso, desesperado, deseaba que todo terminara, deseaba estar con mi familia de vuelta. De un momento a otro, sentí su respiración en mi nuca haciendo que la mía se detenga.

-Espero que hayas venido solo pequeño.- Samuel también me decía así, en sus labios se escuchaba tan dulce y cariñoso, en cambio, en los de él, se escuchaba tóxico, venenoso, casi burlón. Me dí la vuelta lentamente y su odioso rostro se encontraba justo enfrente mío.

-Si.- le digo cortante.-Donde está mi familia?-

-Donde está mi dinero?- replicó mi pregunta observando el bolso que colgaba de mi hombro.

Se lo entrego de mala gana deseando que no se de cuenta enseguida de que no es la suma acordada, miré a mi alrededor en busca de ayuda, de repente todos habían desaparecido, solo nosotros dos, regresé mi vista al bolso que estaba siendo abierto deseando profundamente que los muchachos estén en sus lugares como acordamos.