Capitulo 25

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Narra Samuel: 

Luego de salir de la casa de Guille, fuimos nuevamente a mi auto, cuando ya habíamos entrado dirigí mi mirada a Guille que estaba completamente rojo, sabia por que era, segundos atrás su hermana me había llamado "Novio de Guille", obvio que me puse nervioso pero supe controlarme mejor a comparación de Guillermo, que azotó la puerta tras escuchar ese mote.

Encendí el auto y nos fuimos, se que dije que la idea era hacer que Guille se despejara por un día pero no se como hacerlo. Llevarlo a un café? Al cine? Al parque?... No al parque, no, dadas las circunstancias creo que el parque no sería una buena opción. Piensa Samuel, piensa. Por un instante dirigí mi vista a él, estaba su cabeza apoyada contra el vidrio, con la mirada perdida en un punto fijo. Lo tengo.

-Guille.- lo llamé, el me observó.- Por casualidad... Te gusta la música clásica?-

-Claro. Por que?- dijo curioso.

-Ya se a donde iremos, hoy en el teatro van a estrenar el cascanueces. Quieres ir?- dije sonriéndole como últimamente lo hacía.

-Claro, nunca fui a ver o escuchar música clásica- dijo emocionado.

Yo giré a la izquierda y nos dirigimos al teatro, estuvimos todo el recorrido en silencio, supongo que él necesitaba su espacio también y yo le daría todo el que necesitara con gusto, el teatro estaba en el centro, cuando llegamos, aparcamos justo en frente de él. Era una construcción antigua pero remodelada, noté por la expresión de Guillermo que jamás había venido, miraba toda su estructura con atención y asombro, y como no asombrarse, era bastante hermoso a la vista.

Fuimos a preguntar a que hora sería la próxima función y llegamos justo a tiempo, pedimos las entradas en la recepción del lugar, allí tuvimos una breve discusión de quien tenía que pagar, pero terminé ganando yo y Guillermo dejó que yo pagára a r...

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Fuimos a preguntar a que hora sería la próxima función y llegamos justo a tiempo, pedimos las entradas en la recepción del lugar, allí tuvimos una breve discusión de quien tenía que pagar, pero terminé ganando yo y Guillermo dejó que yo pagára a regaña dientes.

Hicímos la cola para entrar y acomodarnos en los asientos, había una cola bastante larga y ya estábamos aburridos de esperar.

-Oye.- me llama Guille.- Te haz dado cuenta que somos los únicos jóvenes que no que no están vestidos formalmente?-dijo mirando a todos los de la cola.

-Si lo noté.- dije riendo, nos empezamos a reír en voz baja. Hablamos de los ancianos que estaban en allí y de vez en cuando nos reíamos. Cuando por fin la cola empezó a avanzar, entramos al auditorio. Había palcos a los costados, un gran escenario en frente y una hermosa cúpula pintada a mano en el techo. Yo había venido muchas veces con mis padres, ya no me parecía la gran cosa, pero Guillermo, Guille tenía una cara de asombro increíble, miraba todo con curiosidad y maravilla y por alguna razón eso lo hacía verse aún mas encantador o quizás era las pequeñas luces que generaba una tenue luz amarillenta. 

Nos sentamos en nuestros asientos, no eran los mejores pero al menos se podía ver con comodidad

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Nos sentamos en nuestros asientos, no eran los mejores pero al menos se podía ver con comodidad.

-Haz visto ese techo Sam?- me dijo sentándose y mirando hacia arriba, yo lo observe y asentí riendo.

-Si, lo ví Guille.- sin duda parecía un niño en una confitería.

Estuvimos un rato hablando del "increíble techo" como él lo llamaba, hasta que se apagaron las luces, indicando que ya iniciaría la función. Miramos y enfrente y de allí, al compás de la música salió una bailarina.

...

A decir verdad la función estaba bastante aburrida, de vez en cuando giraba mi rostro para observar a Guille, que al parecer no le prestaba demasiada atención al baile sino al los instrumentos que tocaban justo al pié del escenario. Vino un solo de violín, su melodía era dulce y hermosa, giré nuevamente mi rostro para ver a Guillermo y lo ví observando fijamente al que tocaba el violín y de vez en cuando también sonreía. Me sentí raro al ver su  sonrisa tan de cerca y es que si, en verdad, el era muy guapo y tierno, aunque también era algo tonto y distraído, había cierta belleza entre todas esas imperfecciones... Y me encantaba. Sonreí y fijé mi mirada al escenario nuevamente.

...

La función había terminado y ya todos estaban levantándose de sus asientos y saliendo lenta y ordenadamente hacia la salida. Guillermo estaba tan animado que no dejaba de hablar de la música y sobre todo del solo de violín. Yo solo sonreía y me sentía animado por cumplir lo que me había propuesto. Un hombre captó mi atención, era uno de seguridad que estaba yendo detrás del escenario, se me ocurrió una idea y sonreí.

-Lastima que se haya acabado.- escuché pronunciar a Guille con un tono afligido.

-Esto aun no se acaba.- el me miró confundido, lo tomé de la mano y se sonrojó. - Vamos.

Me escabullí por entre la gente seguido de un Guillermo bastante confundido. Fuimos detrás del escenario y nos escondimos en atrás de una cajas, observamos a los músicos y bailarinas hablando, otras bebiendo y comiendo y otros simplemente descansando, pero mi objetivo era otro, ví a un músico que guardaba su instrumento en una habitación a parte. Bingo, allí es.

-Sígueme.-

-Sam espera, no quiero meterme en problemas.- dijo el deteniéndome.

-No lo harás, lo prometo.-le sonreí tranquilizándolo. El suspiró y asintió.

Me escabullí nuevamente seguido de Guillermo, los otros estaban distraídos hablando. Llegamos a la puerta, la abrí y entramos.

-No lo puedo creer.- dijo Guille sorprendido.- Mira cuantos instrumentos.- dijo mirando a su alrededor. Había demasiados, de viento, de percusión, de cuerda. -Mira Sam, un violín.- lo sostuvo entre sus manos y luego lo volvió a dejar en su estuche. Yo me dirigí a un trombón que había en el suelo y lo levanté. 

-Tío como pesa esto.- dije volviendo a ponerlo en el suelo. 

-Mira ahora soy el flautista de Hamelin.- dijo poniéndose un gorro algo ridículo que había  encontrado por ahí y soplando una flauta. Yo me reí y mi risa contagió la suya, paramos de reír el solo me observó.- Gracias Sam, fue muy... Dulce de tu parte, no esto, sino todo lo que haz hecho por mí.- me dijo mirándome a los ojos.

-Tranquilo, lo volvería a hacer las veces que sean posibles con tal de verte sonreír.- le sonreí y el se sonrojó.

Estuvimos en silencio mirando y tocando todos los instrumento, era obvio que no sabíamos tocar todos y era divertido fingir que si. De vez en cuando nuestras miradas se cruzaban y sonreíamos sin razón. Luego de unos minutos más la puerta se abrió.

Oh no... Estamos en graves problemas.

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HOLAAAAA VOLVÍ DE ENTRE LOS MUERTOS JAJA

SE QUE ANDUVE MUY DESAPARECIDA PERO EL PUTO COLEGIO NO ME DEJA SER >:v

ESPERO QUE LES HAYA ENCANTADO ESTE CAPITULO!!

NOS LEEMOS PEQUEÑAS GOMITAS :3

#walellaesmasrealqtuviejaentanga:v

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