Capítulo 1.

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Quisiera vivir en Islas Maldivas por siempre si así pudiera, el simple hecho de regresar hacía que me sintiera mal, pero era algo que debía hacer, ya que empezaría mi primer año de universidad en una gran institución de Corea del Sur.

Crecí en una ciudad pequeña en Oakville, Ontario. Sí, está en Canadá, y la razón por la que nadie conoce sobre ella, es porque es muy pequeña, se puede decir que en mi pequeño mundo, todos conocíamos a todos.

Mamá y papá son dueños de una gran empresa en Canadá, y vivo extremadamente agradecida porque siempre han podido brindarme una buena vida, viajes a distintos lugares del mundo, una escuela de renombre, ropa de marca y otros gustos.

Pero ¿Porqué he crecido en una ciudad tan pequeña si tengo las posibilidades de vivir en un lugar mejor, más caro, más grande? Bueno, mis padres crecieron en ésta ciudad, según ellos, vivir aquí son "Recuerdos preciados de su infancia y del inicio de ésta familia". Claro que amo a mis padres, pero quisiera ser un poco más independiente... En todos los sentidos.

Es por eso que decidí mudarme de Canadá a Corea del Sur, y antes de llegar a mi destino, decidí pasar unas vacaciones por mi cuenta, para pensar y mentalizarme sobre la idea de convertirme en una mujer independiente.

Abordé el avión y me senté en mi respectivo sillón, ya que vendría sola noté que el sillón pegado a mi derecha estaba vacío, por lo tanto sabía que alguien se tendría que sentar junto a mí durante el vuelo. Mientras esperaba el despegue me puse mis audífonos y conecté mi móvil para escuchar algunas canciones.

Cerré los ojos por algunos minutos y movía un poco la pierna al ritmo de la canción que escuchaba, estaba tan concentrada en la canción, que el sonido de las personas en el avión se difuminó por unos segundos, de re-ojo pude notar que alguien se sentaba en el asiento vacío, pero decidí no darle importancia y concentrarme por completo en mi playlist.

- Vaya, esa canción es buena.- dijo el chico, interrumpiendome por completo de mi concierto privado, que al parecer sería mi compañero de vuelo mientras me quitaba el audífono derecho.

- ¡¿Qué diablos te pasa?!- dije sin pensarlo un momento, no es que me molestara compartir mi audífono, pero el hecho de que decidiera arrancarlo sin conocerme ni preguntarme me molestaba.

-Rayos, lo siento, no pensé que te fuera molestar.- dijo y al voltear a ver al presunto culpable, me dedicó una sonrisa.

Como estaba tan molesta, no me tomé el tiempo de mirar bien quien era, con esa sonrisa todo el enojo se fue de un tirón, dejándome paralizada ante la belleza de éste hombre castaño, bien vestido, de brazos fuertes, ojos cafés y labios completamente rosas.

- Eh... No, no pasa nada, no te preocupes, tómalo.- dije mientras reía un poco nerviosa, y con pena, mientras miraba hacia mis pies evitando el contacto visual.

- ¡Já! Vaya, creí que te habías molestado y me asusté...- dijo y negó divertido con la cabeza, de re-ojo pude notar que me miró de nuevo y estiró su mano, coloqué mis ojos en su mano. - Es un gusto, soy Jackson... Jackson Wang.-

Sonreí y tomé su mano, - Soy Alanna, Alanna King- me miró a los ojos y yo hice lo mismo, después de unos segundos lo solté y miré mi celular.

-Entonces... Alanna- lo miré de nuevo y arqué las cejas a modo de mostrar implrtancia. -¿Puedo escuchar?- dijo y tomó mi audífono entre sus dedos.

-Supongo que puedes.- dije y le dediqué una breve sonrisa, se puso el audífono y comenzó a mover la cabeza al ritmo, yo sólo reí un poco.

El avión estaba por despegar y cerré los ojos, intentando relajarme, ya que es la parte que más nervios me da del vuelo. - Después de viajar tanto, aún siento feo en cuanto el avión se despega del suelo.- dije y me aferré al asiento.

- No te preocupes, estarás bien, dame la mano.- dijo y estiró su mano, la miré por unos segundos y al notar que el avión ya estaba aumentando la velocidad para despegar, sin dudar la tomé con fuerza.

El avión despegó con éxito y nunca me había sentido mejor en un despegue, relaje todos mis músculos y solté un suspiro al ver que lo había logrado, solté una sonrisa triunfante.

- Vaya que para ser tan linda tienes una fuerza impresionante.- dijo Jackson y rió un poco, yo le hice segunda y sonreí, me quedé mirando a la ventana unos cuantos minutos.

Recordé entonces que no había soltado su mano y la quité rápidamente, reí nerviosa y puse mi mano en el brazo del asiento. - ¡Perdón, en verdad lo siento!- dije divertida.

Sonrió de una manera diferente y tranquila, realmente quiero conocer más a Jackson Wang.

Good feeling. / Jackson Wang.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora