Capítulo Ocho

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Era extraño si lo veías de esa forma; empujar de pronto a un chico que apenas conoces y comenzar a maldecirlo sin razón aparente. Pensó Diana.

Pero conocía a Jaebeom de años y sabía que era excesivamente impulsivo en cuanto a cualquier cosa y no dudaba que fuera él quien empezara el pleito, en cambio Jackson, lo poco que sabía de él no le decía mucho sobre ser problemático

No sabía realmente qué creer de la situación si ninguno decía nada, Jaebeom fue a buscarla enseguida para disculparse, aunque no habló mucho de lo sucedido, y Jackson no llamó ni escribió por el resto del día. Esa lo volvió más confuso.

(...)

Jackson llegó a su casa molesto, azotó puertas, lanzó sus cosas al azar y terminó por encerrarse en su habitación esperando que la soledad fuera un aliado para poder conservar la calma. Aunque, por más que lo pensaba, más se ponía furioso

Im Jaebeom era un completo idiota.

—¿Qué planeas con ella? —recordó decir al pelinegro.

—¿Eh? —había cuestionado confundido— ¿De qué hablas?

—De Diana —la señaló con la mirada—. También soy hombre y sé que esas miraditas que le das no son muy amistosas.

—¿Miraditas? Estás equivocado, apenas la estoy conociendo.

—Bien, más te vale que sea cierto y que no intentes nada más. Estoy aquí por ella y no quiero tener problemas contigo. Pareces buen tipo.

—Puedes estar tranquilo, no me interesa en lo más mínimo —viendo que la conversación se ponía tensa, decidió cambiar de tema—. Escuché que eres amigo de Mark... Son idénticos.

—¿Qué quieres decir? No somos para nada iguales. Mark ha cometido incontables errores, pero eso no te hace perfecto a ti, todos alguna vez hacemos algo de lo que nos arrepentimos. Idiota —murmuró lo último

—¿Qué dijiste imbécil? —masculló el chino.

—Lo que oíste. Tu problema si te ofendes.

—Sé hombre y repitelo en mi cara —exclamó Jackson y lo empujó

—¡Aish!— exclamó una vez más Jackson al recordar.

Se sentía mal, tuvo que echarlo a perder por su estúpido impulso de querer golpear a ese imbécil. No pudo acceder tan fácil y darse a la primera, eso le costó el enfado de Diana. Estaba seguro que en ese lío Jaebeom tenía todas las de ganar. Pero ¿Por qué le preocupaba tanto?

¿Y si en verdad me gusta? Se preguntaba así mismo. Había sentido muchas cosas por muchas personas pero nunca había sentido eso.

Fue un pésimo día, primero Mark y luego Jaebeom. Definitivamente tenía que trabajar en el manejo de sus emociones.

(...)

Estando Diana sola en su habitación, ya cansada de tanto pensar, escuchó que golpeaban la puerta y al abrir entró su hermano muy sonriente brincoteando por todos lados.

—Dianis, Dianis, Dianiiiis —le revolvió el cabello bruscamente.

—¿Qué quieres Nick? —preguntó ella con el ceño fruncido.

—¿Yoooo? —alargó la o y se señaló casi indignado— nada hermanita, ¿Qué te hace pensar eso?

—Ya, dime antes de que pierda la paciencia —dijo cerrando la puerta y yendo a su cama.

—Quiero que le des esto a tu novio Jackson —dijo Nick sin más rodeos extendiéndole una invitación.

—¿Es en serio? —ella enarcó una ceja— ¿Invitación de cumpleaños? ¿Qué edad tienes? ¿Diez años? —rió— además, no estoy en disposición de hablar con él.

—Sabes como es mamá, ella insistió —se refirió a la invitación—, dijo que si no entregaba invitaciones no me dejaría hacer la fiesta —ella rió a sonoras carcajadas—. No me importan los conflictos que tengas con tu novio, lo quiero aquí mañana a la hora que ahí se indica —señaló la invitación y ella dejó de reír.

—Ya te dije que no es mi novio, ¿Cuántas veces debo decirlo?

—Hasta que sean marido y mujer, y dejen de ser novios —rió  él mismo por su comentario.

—¡Nick! —reclamó

—Por favor, hazlo por mí, no te pediré nada más —rogó.

—¿Por qué quieres que él venga?

—Me agradó mucho. Por cierto ¿Por qué ya no le hablas? —la miró curioso.

—Me parece extraño que se peleara con Jaebeom esta tarde y no me quisiera dar alguna explicación.

—¿Se peleó con Jaebeom? Wow, marca muy rápido su territorio —murmuró Nick y Diana lo escuchó.

Ella le dio un golpe en la cabeza.

—Hey, ¿Qué fue eso? —cuestionó el mayor.

—¿Puedes tan sólo un minuto dejar de hablar idioteces? Me preocupa que estés mal de la cabeza —dijo ella enojada.

—Yo también te amo hermanita. Y gracias por mencionar lo guapo que soy —le revolvió el cabello una vez más y se fue de prisa antes de recibir otro golpe.

Ella una vez más miró la invitación. Dudó mucho en llevarla pero era un favor que su hermano le pedía.

Se fue a dar un baño para refrescarse, sería difícil hablar con Jackson después de lo sucedido.

(...)

Jackson se encontraba secándose el cabello, acababa de darse un baño. Siempre lo hacía al regresar de clases y hoy no sería la excepción.

La madre de Jackson se encontraba en la cocina preparando la cena. El timbre sonó y ella fue a abrir.

—Hola señora —saludó la menor—. ¿Está Jackson en casa?

—Sí, claro. En un momento le digo que estas aquí. ¿Cuál es tu nombre?

—Diana Thomson—respondió la joven.

La señora Wang no conocía a Diana pero había oído a Jackson hablar de ella. Se alegró de conocerla al fin e incluso pensó que ella era muy hermosa.

Sophie, la madre de Jackson, fue en busca de él mientras Diana esperaba en la sala de aquella casa.

Jackson llegó con ella. Ninguno articuló palabra, ella no sabía que decir y él menos. Hasta que ella se decidió a hablar.

—Toma —le extendió la invitación.

—¿Qué es esto? —preguntó recibiéndola y mirando con curiosidad.

—Mañana es el cumpleaños de Nick, dará una fiesta y él quiere que estés ahí —respondió ella.

—No tenías que venir, pudiste escribirme.

—Lo pensé, pero dado que tú tampoco lo hiciste no sabía si lo verías o responderías. Además quería hablar contigo.

—Está bien —musitó Jackson y dejó la invitación sobre el sofá—. Lo siento mucho.

—No es a mí a quien le debes la disculpa. Jaebeom habló conmigo pero no dijo nada al respecto, esperaba que tú lo dijeras.

—Diana... Es ridículo ¿Sabes? Solo fue una inmadura discusión que casi termina en golpes. No tiene sentido

Ella suspiró —Entiendo. No sabes lo mucho que me hubiera gustado que se llevaran bien, pero sé que no puedo obligarlos. Te veré mañana si decides ir a la fiesta de Nick.

Jackson quiso agregar algo más pero no salieron las palabras cuando la vió despedirse y marcharse. Qué idiota.

The Invisible Boy  |Jackson Wang|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora