Capítulo Veintidós

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Faltaban poco más de cinco minutos para que la alarma sonara, sin embargo, Diana ya se había levantado de la cama, su tobillo aún le dolía un poco pero ya lo podía apoyar sin problema.

(...)

El agua dejó de caer por la regadera, el chico tomó la toalla y la puso alrededor de su cintura, pequeñas gotas de agua caían por su cabello y recorrían su rostro y torso, salió del baño y se dirigió a su habitación para vestirse. Una vez que estuvo listo, repasaba una y otra vez lo que le diría a ella, no encontraba las palabras para poder decirle toda la verdad de una vez por todas.

—Bambam el desayuno está listo, cariño —escuchó la suave voz de su madre al otro lado de la puerta de su habitación.

—En un momento voy —respondió el chico.

Luego de sentarse para desayunar, su madre lo miró y sonrió enternecida.

—Dime cariño, ¿Cómo es que esa chica no se fija en ti, si eres muy guapo? —dijo la mayor sentándose frente a él.

—Quiero pensar que ella no cree en el amor a primera vista —respondió el con el bocado de comida en la boca y una sonrisa.

—Te gusta mucho ¿Cierto?

—Me siento casi enamorado de ella —suspiró fugazmente—. Pero le daré tiempo para que se fije en mí.

—Debes tener mucha paciencia y ser tú mismo para ser perfecto a sus ojos, y si ella no lo ve, alguien más lo hará —ella le dio una cálida sonrisa que él le devolvió.

—Eso haré —dijo seguro.

—Vamos cariño, te llevaré a la Universidad.

Él asintió y tomó sus cosas para luego salir al auto de su madre. Se encaminaron a la universidad y al cabo de cuarenta y cinco minutos llegaron. Bambam se despidió de su mamá y salió del auto, a su vista estaban Diana y Rebeca, él sonrió y fue con ellas.

—Hey chicas, ¿Qué tal? —las saludó.

—Hola —dijo Diana muy entusiasta.

—Hola Bambam, perdón que no me quede a hablar con ustedes pero debo ir a arreglar unas cosas de la obra —dijo Rebeca.

—De acuerdo, espero verte después —dijo él.

Rebeca se despidió de ellos y se fue corriendo al auditorio de la escuela.

—¿Cómo sigue tu tobillo? —le preguntó el chico.

—Ya está mejor, casi no duele tanto.

—Me alegra saber eso —él le revolvió un poco el cabello a la chica.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —dijo ella.

—Claro.

—¿Qué fue la discusión de ayer con Jackson?

—Oh eso... —dijo bajando la mirada, no sabía como explicarle el porqué se puso a la defensiva de esa forma.

—¿Es algo malo? ¿Tienes problemas con Jackson —preguntó curiosa.

—No. Lo que pasa es que... Bueno, yo quise invitarte a salir ayer para que olvidaras por un momento lo que pasó en el ensayo. Pero dijiste que querías que Rebeca te llevara a casa y luego Jackson apareció.

—Entiendo —dijo ella sintiéndose un poco mal por el chico.

—Jackson no me desagrada, es un buen tipo pero básicamente arruinó mis planes —terminó por decir Bambam.

—Pues, si no te importa —dijo ella— hoy estoy libre después de clases.

—¡¿En serio?! —exclamó él muy emocionado. Ella asintió— Eso es genial. Pasaré por ti después de clases.

The Invisible Boy  |Jackson Wang|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora