Capítulo Treinta y Dos

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Jackson y Bambam prestaron atención a lo que ella les diría.

—Escuché que Sung Tae Son le pedirá a Rebeca que sea su novia muy pronto, espero que no sea antes de que lo haga Bambam —dijo Diana—. Estoy segura que mañana el gimnasio estará vacío toda la mañana, nosotros tomaremos aproximadamente media hora para decorarlo —ellos asintieron—. Bambam —ella lo miró—, no te tardes mucho en decirle lo que tengas que decir, porque luego de eso, tendremos que limpiar todo.

—De acuerdo —dijo el chico.

—Ustedes se encargarán de decorar el lugar y yo distraeré a Rebeca, cuando dé la hora la llevaré allí y vigilaremos que nadie se acerque para que no los molesten —terminó por decir la chica.

—¿Por qué no mejor tú decoras el lugar y yo distraigo a Rebeca? —preguntó Jackson.

—Supongamos que tú la distraes, ¿Qué le dirías? —Jackson pensó en ello, se quedó callado tratando de encontrar las palabras adecuadas para mantener una conversación con Rebeca— Silencio... Me gusta —dijo Diana—. Por eso mismo, yo voy a distraerla.

—¿Y cómo decoraremos el lugar? —preguntó ahora Bambam.

—Hagan lo que crean que sea mejor. Y no le digan a nadie, esto debe quedar entre nosotros ¿de acuerdo? —dijo ella.

—Pero...

—Me tengo que ir, Rebeca viene hacia acá. Nos vemos —dijo ella y se fue.

—¿En serio crees que lo haremos bien? —preguntó Bambam a Jackson casi frustrado por no saber que hacer.

—Agradece que te dio un plan. Además, estaríamos perdidos sin ella —le dijo Jackson.

—Tienes razón. Me siento afortunado de tenerla.

(...)

Al día siguiente, Bambam estaba muriendo de nervios, esperaba que todo saliera bien y que Rebeca aceptara ser su novia.

La hora libre había llegado, Bambam salió de su clase para ir al gimnasio donde encontraría a Diana y a Jackson.

—¿Trajeron lo que les pedí? —preguntó Diana.

Bambam levantó una bolsa mostrándole a ella que así era. Jackson hizo lo mismo.

—Muy bien Bambam —le dijo Diana al ver lo que había conseguido—, estos colores son perfectos.

Al ver lo que Jackson había traído, la chica puso los ojos en blanco mientras abría los labios levemente.

—¡Dios mío! Jackson esto es... No. No tengo palabras pero me encanta, ¿Dónde lo conseguiste? —ella observó unas cuantas figuras y demás adornos que él había conseguido.

—Maddie me ayudó —dijo Jackson orgulloso por complacerla, pero en cambio, ella cambió su expresión al oír aquel nombre.

Diana no odiaba a Maddie ni le desagradaba pero el hecho de pensar que era la novia de Jackson no la tenía muy feliz.

Fue muy ingenua al creer en Kyung Gi

—Bien chicos, comencemos con ésto —dijo Diana con un tono autoritario—, les daré 20 minutos para que hagan que este lugar se vea bien. Les enviaré un texto cuando Rebeca venga.

Sin decir más salió de ahí y fue en busca de Rebeca.

A unos cuantos metros de la cafetería, Diana logró ver a su mejor amiga leyendo sentada en un banco, con los auriculares puestos. Ella se acercó y se sentó junto a su amiga.

—Hola Becky

Rebeca la miró y se retiró los auriculares, luego le sonrió y cerró su libro.

The Invisible Boy  |Jackson Wang|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora