Como todas las mañanas, la alarma hizo aquel molesto sonido otra vez, haciendo su trabajo de despertar a Diana. Ella se levantó enseguida de su cama y se dirigió al baño a tomar una larga ducha.
Luego de arreglarse para ir a la universidad, bajó a la planta baja para ir al comedor a desayunar. Sobre la mesa se encontraba el desayuno ya hecho, sus padres y su hermano ya estaban desayunando. Cuando ella llegó todos la vieron con la mirada muy tensa, ella se sintió un poco incómoda, sabía que la conversación de la noche anterior había sido igual de tensa.
Muy decidida, tomó asiento con ellos, junto a su hermano y se dispuso a desayunar.
Nick sabía que tenía que hacer algo para terminar con todo eso y de una vez sacar todas las dudas de ella.
El chico carraspeó la garganta, una vez que que tuvo la atención de su hermana menor comenzó a hablar.
—Diana. Hablé con mis padres sobre tu problema de ayer.
Los mayores lo miraron confundidos.
—¿Qué? ¡Nick! —reprochó ella.
—Ellos dijeron —siguió hablando Nick— que cuides más tu alimentación, ya que tal vez por eso comenzaste a alucinar cosas raras. ¿Cierto? —preguntó a los mayores.
—Así es —dijo su padre, quien ya entendía a lo que iba el chico— Desde ahora tienes prohibido comer comida chatarra. Esa basura no hace más que dañar tu cuerpo y tu mente, mejor y enfocate en comer como es debido
—Y-yo lo siento —dijo ella agachando la cabeza, se sentía mal por haber hecho enojar a sus padres.
—¿Ya terminaste? —preguntó Nick— Ven te llevaré a la universidad —dijo sin siquiera dejar que ella respondiera.
Ambos salieron a toda prisa. Nick temía que ella hiciera preguntas. Él odiaba mentirle pero si se trataba de su salud haría lo que fuera para que ella no recordara nada.
Llegaron al destino de la chica, ella bajó del auto de sus padres y se despidió de su hermano para después dirigirse al aula de clases.
En el camino al aula, Diana tuvo la intención de ir a la cafetería, tenía mucha hambre ya que no había desayunado bien en casa. Necesitaba una distracción para no desobedecer a sus padres y por suerte pudo ver a Jackson a lo lejos.
Caminó hacia el chico a paso lento, cuando él se percató de su presencia corrió a ella a gran velocidad para después tomarla por los hombros y acercarse peligrosamente a ella.
—¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿Te enfermaste? ¿Qué te dijeron en el hospital? —preguntó Jackson notablemente preocupado.
Ella sonrió inconscientemente por la acción de él. Apartó con cuidado sus manos y respondió.
—Tranquilo, estoy bien, no es nada grave solo fue un cambio en mi alimentación que me hizo sentir todos esos malestares. Gracias por preocuparte y cuidar de mí.
Jackson suspiró aliviado por su respuesta. Se sintió mejor al saber que su pequeña estaba bien.
—Oye quería preguntarte si —dijo Jackson rascando su nuca— quisieras salir conmigo después de clases, necesito hablar contigo sobre algo —confesó.
Diana sintió su corazón acelerarse al escuchar aquello, ¿Sobre qué quería hablar? ¿Por qué no lo decía en ese momento?
—Jackson yo... —habló Diana pero fue interrumpida.
—¡Jackson oppa!
Ambos voltearon y vieron a Kyung Gi ir hacia ellos con una gran sonrisa en su rostro. Kyung Gi empujó a Diana lo bastante fuerte para quitarla del lado de Jackson y tomó a éste del brazo comenzando a caminar con él, dejando atrás a la chica.
—Oppa, te extrañe ayer. Estuve pensando que tú y yo... —canturreó Kyung Gi pero se calló al sentir que Jackson se soltó agresivamente de su agarre.
—Disculpa —dijo él muy serio—. Estoy ocupado en este momento y no tengo tiempo de escucharte. Hablaremos después.
Regresó con Diana y la tomó de la mano para alejarse de ahí.
Kyung Gi bufó bastante molesta, no contaba con que Jackson reaccionara de esa forma. Sin embargo se encargaría de hacer que Jackson cayera en su juego.
Jackson y Diana llegaron al aula, tomaron sus lugares y continuaron con su conversación de hace unos momentos.
—¿Y qué dices? ¿Quieres salir conmigo?
Ella lo dudó un poco pero finalmente aceptó asintiendo.
(...)
Las horas de clases pasaron demasiado rápido. La hora de salida había llegado. En todo el día Diana cruzó unas cuantas palabras con Mark, conversó con Rebeca y habló sobre algunas cosas con Jaebeom. Todo iba bien, Jackson le dijo que irían por un helado a la plaza y después darían un paseo por el parque.
Había un excelente clima, el cálido sol parecía ser generoso y el cielo estaba libre de nubes, perfecto para sus planes.
Tal como dijo Jackson. Fueron a comprar un helado, Diana pensó que tal vez comer solo un poco de dulce no le haría daño, y prometió que después de eso dejaría de lado la comida chatarra. Ambos se sentaron en una mesa en la heladería, Jackson se debatía mucho sobre decirle lo que tenía que decirle o seguir guardándoselo. Luego de pensarlo se decidió...
—Oye —llamó su atención—. Sobre lo que te quería hablar... Bueno yo... Ahm... Quería pedirte que... Me ayudaras con el libreto de la obra. Quisiera tener más ayuda contigo. Claro, si tú quieres.
Y~ no. No pudo decirle lo que en verdad quiso. No tuvo el valor para hacerlo. Fue mejor esperar para otra ocasión.
—Claro, encantada de ayudarte —respondió con una sonrisa.
Terminaron su helado y salieron de la heladería para iniciar su paseo por el parque. Jackson muy caballerosamente abrió la puerta para Diana y luego de que él cerrara la puerta una voz conocida captó su atención.
—¿Jackson?
El nombrado volteo y sonrió al ver a la chica que lo llamaba.
—¿Maddie? —musitó él conteniendo una risita de felicidad.
—¡Wang eres tú! —exclamó la chica corriendo a sus brazos.
Él la recibió con los brazos abiertos. Diana sólo miró aquella escena sintiendo una fuerte presión en su pecho. Eso dolía, bastante y más aún por no saber la razón de su dolor.
—Mira qué hermosa te has puesto —dijo Jackson a Maddie alejándose un poco de ella para poder verla bien.
—Gracias —respondió ella— ¿Pero que haces en Corea? ¿Me estás siguiendo? —preguntó burlona.
—¿De qué hablas? Eres tú la que no puede vivir sin mí y buscas mi sombra —contestó él.
Diana carraspeó la garganta atrayendo su atención.
—Oh cierto, casi lo olvido —dijo Jackson—. Maddie ella es Diana. Diana ella es Maddie.
Ambas hicieron una reverencia, acompañadas de una amistosa sonrisa.
Esto no le agradaba para nada a Diana, se sintió amenazada, Maddie era demasiado... Perfecta. Piel blanca, ojos café oscuro, alta, delgada y con cabello largo color negro. Y sobre todo, una hermosa sonrisa adornaba su bello rostro.
Sin duda parecía un ángel.
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The Invisible Boy |Jackson Wang|
Fanfic«Me has hecho sentir cosas que nunca había siquiera imaginado, ¿Es eso a lo que llaman amor?» Atentamente: Jackson Wang *CRÉDITOS de la portada a: @evanxscenstgrl * No se aceptan copias ni adaptaciones. La obra es originalmente mía. Capitulo...