The Invisible Boy |Jackson Wang|

Capítulo Treinta

El sonido de la puerta abrirse, hizo separarse a los chicos, miraron asustados a la persona que había entrado al aula y notaron que no estaba para nada feliz.

—Espero no interrumpir algo importante.

—Hubiera sido mejor que tocaras antes de entrar —dijo Jackson un tanto molesto separándose de Diana.

—No tengo por qué, éste es un lugar público y la entrada es libre, a menos que estuvieran haciendo algo malo.

—¿Necesitas algo Mark? —intervino Diana antes de que los chicos comenzaran a discutir.

—Claro linda, la profesora Lee te busca —habló Mark—, dijo que estaría esperándote en la biblioteca.

Ella dio una última mirada a Jackson antes de ver a Mark.

—Bien. Gracias —dijo y salió de ahí.

Jackson miró molesto a Mark y se dirigió también a la salida del aula, pero la voz de Mark lo detuvo.

—¿Se puede saber que estaban haciendo aquí los dos solos?

—No es algo que te importe.

—Claro que me importa. Y te advierto que cuando Diana sea mi novia tendrás que mantener tu distancia con ella.

Jackson se giró a verlo.

—¿Qué dices? —se permitió soltar una risita.

—Aprovecha éste tiempo con ella, porque cuando esté conmigo no será fácil que la veas —Mark se dirigió a la puerta—. Espero no tener que repetirlo —y salió de ahí.

(...)

—Maestra Lee ¿me buscaba? —preguntó Diana en un susurro al entrar a la biblioteca.

—Sí Diana, es bueno encontrarte rápido —respondió la mayor.

La profesora le tendió unos papeles engrapados con un bolígrafo.

—Necesito que llenes esto —dijo Lee.

Diana recibió los papeles y leyó el encabezado.

Solicitud de Becas para el Extranjero.

—¿Qué es esto? —preguntó Diana.

—Es un sorteo de becas, se los estamos dando a todos los estudiantes que participaron en la obra, solo aceptarán una solicitud de cada universidad en Corea del Sur, y esa persona podrá terminar su carrera en el extranjero —le explicó.

—¿Solo una persona de la universidad podrá estudiar en el extranjero?

—Sí. Todas las solicitudes fueron hechas, solo faltas tú —dijo la profesora.

La chica llenó la solicitud y se la entregó a la maestra para después salir del lugar. Ella no esperaba ser la ganadora de dicha beca, de hecho ni siquiera lo imaginaba.

Si supiera...

(...)

Al día siguiente, Diana caminaba por los pasillos de la universidad, con sus libros en mano, se dirigía a su casillero para luego ir a clases.

Al pasar por el aula de música, la puerta se abrió de golpe, una mano tomó su brazo y cerró la puerta después de meter a la chica en dicho lugar.

Ella ahogó un grito al ver al chico frente a ella.

—Bambam. De verdad debes dejar de hacer eso. Me siento incómoda desapareciendo de la nada. Puedes matarme de un susto —dijo Diana tomando una profunda respiración.

—Lo siento, pero debo decirte algo importante —dijo él—. Estoy muy nervioso pero lo he pensado muy bien y lo he decidido.

—¿De qué hablas? ¿Pasa algo?

—Le pediré a Rebeca que sea mi novia —soltó sin más.

—¿Qué? —preguntó ella incrédula— ¿Acaso estas loco? Es muy pronto para que hagas eso, al menos...

—Lo quiero hacer —la interrumpió—. Ayer que salí con ella, todo fue perfecto, estoy seguro que también le gusto.

—¿En verdad estás seguro de querer hacer eso?

Él asintió decidido, era lo que más quería y no podría esperar más para ello.

—Espero que tengas un plan —dijo ella— Porque escuché que Sung Tae Son piensa pedirle también que sea su novia.

En la cara del chico se hizo presente una expresión aterrada.

—¿Qué? ¿Por qué no lo dijiste antes?

—Me enteré esta mañana, iba a decírtelo cuando te viera —dijo ella en su defensa—. No quiero que Rebeca se involucre con él y solo tú puedes evitar eso.

—¿Pero si a ella le gusta qué puedo hacer yo?

—Solo tienes que pensar en evitarle un sufrimiento —él la miró sin comprender—. Tae Son no me inspira mucha confianza, es amigo de Kyung Gi y me parece raro que ella no esté armando un escándalo por ello.

—¿Entonces me ayudarás con esto?

—Tenlo por seguro —dijo ella.

En silencio, ellos intercambiaron miradas un par de segundos.

—En el descanso te cuento el plan. Vayamos a clases —le dijo él.

Ella asintió y ambos salieron de ahí.

Diana continuó con su camino y llegó al laboratorio de ciencias. Era la única clase en la que se sentaban por parejas y éstas estaban asignadas desde el inicio del curso.

Ella llegó a su lugar junto a Mark, al parecer este no se presentaría a clases.

Cuando el maestro dio inicio a la clase, Diana vio como un pedazo de papel doblado cayó desde la parte de atrás sobre su libreta. Al abrirlo reconoció la letra de Jackson.

«¿Has visto a Bambam?»

Se apresuró a escribir una respuesta y se la dio

«Sí, hace un rato»

«¿Y hablaste con él?»

«Sí»

«¿Te dijo sobre Rebeca?»

Al leer aquello, Diana volteó enseguida encarándolo.

—¿Qué sabes sobre eso? —preguntó ella.

—Lo bastante como para poder tomar asiento junto a ti —le dijo él—. ¿Puedo sentarme contigo? Mi compañera de trabajo no vino y supongo que Mark tampoco.

—Claro.

Él tomó sus cosas y se sentó junto a ella.

—¿Vas a decirme lo que sabes?

—Hablé con Bambam hace poco, me pidió ayuda para este asunto y me dijo que tú también estabas ayudándolo —explicó él.

—Entiendo. Más tarde me reuniré con él, así que supongo que también deberías venir. Ya sabes, eres parte de esto  —dijo finalmente ella recibiendo una sonrisa de parte de Jackson.

(...)

En la hora del descanso, Diana y Jackson se reunieron con Bambam en la cafetería.

—¿Y bien? ¿Cuál es el plan? —dijo Diana.

—El plan —dijo Bambam bajando la mirada a sus manos con las cuales jugó por un momento—. Es que ustedes me ayuden con uno.

Diana y Jackson se miraron por un momento molestos.

—Entonces no tienes un plan —dijo Jackson.

—¡Lo siento! —exclamó Bambam— La emoción no me dejó pensar en algo.

—Okay, yo te daré un plan —dijo Diana luego de pensar en una buena idea.