Mi desastre ©

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Me apoyé sobre la espalda de Harry, la verdad que las palabras de Noah me habían puesto nerviosa, pero no quería trasmitírselo a él cuando nos estamos jugando realmente el pellejo.

Llevo corriendo en carreras desde hace un año, entré por casualidad, me lie con Harry y ahora corro junto a él siempre que me lo pide; las carreras me sacaban de mi mundo interno, ese mundo en el que no paran de haber peleas con mi interior; Aquí mis inseguridades desaparecían, dando lugar a la velocidad y la adrenalina que mi cuerpo desprendía en cada uno de los giros de la moto, pudiendo sentir el viento chocar con mi cuerpo; Era una sensación increíble.

Me aseguré de atar bien el cinturón a nuestras cinturas, me agarré a los aletas que salían de la moto y cerré los ojos una vez los disparos sonaron, sintiendo como le rugido del motor despegaba a 150Km/hora, una velocidad de vértigo que a mi me encantaba sentir en mi cuerpo.

Harry y yo íbamos en primera posición, detrás iban Victoria y Carlo, los otro de nuestra banda iban en cuarta posición, lo que me puso nerviosa ya que el dinero tenía que ser entero para nosotros, no nos quedaba otra que hacer trampa y para eso Carlo era el mejor.
Abrí los ojos, evitándolos cerrar por la velocidad y vi la moto de Carlo incordiar a la de la banda Agressive, con incordiar me refiero sacarla de la pista en la curva, haciendo que pierdan por completo el control.
Suspiré aliviada cuando vi como nuestra banda iba en primera. Empecé a escuchar el ruido de fondo, lo que significaba que íbamos a llegar a la meta.
— ¡VAMOS HARRY CORRE MÁS!— Grité por encima del aire que atropellaba cada una mis palabras.
— ¡AGÁRRATE!— Dijo él y me aferré con fuerza a la moto; el cinturón había cedido y lo notaba mas suelto que al principio de la carrera.
Harry tomó la última curva, la más cerrada y peligrosa de todo el circuito, la curva que te llevaba a la línea de meta. Me aferré con fuerza sintiendo como mi cuerpo se tambaleaba. Harry torció la moto, para coger más velocidad, lo que provocó que mi rodilla se quemase contra el asfalto.
Ahogué la respiración ante la sensación de quemazón bajo la media de red, hasta que empezó a salir la sangre a borbotones.
Miré aquel líquido rojo que salía sin permiso de mi rodilla sintiendo como una sensación muy extraña se empezaba a apoderar de mí, algo que nunca me había ocurrido, como si toda la sangre se bajase a mis pies de repente.
— Me caigo.— Susurré con la voz pastosa.
No sé en que momento se me ha puesto así, pero es como si me costase hablar.
— ¡HEMOS GANADO!
Es lo último que logre escuchar cuando la moto se paró, se partió el cinturón y yo caí al suelo.

— Alejandra, Alejandra.— Unas manos palmeaban mis mejillas con cuidado.
Los ojos me pesaban, mi corazón estaba acelerado y podía sentir una fuerte presión en la rodilla, como si mi pulso estuviese ahí prensado.
Entre abrí los ojos y el miedo recorrió todo mi cuerpo al no saber dónde estaba.
— Alejandra.— Susurró de nuevo.
Busqué su mano y sentí como la enlazaba, pero estás no eran sus manos, estas eran otras manos, estás no conseguían relajarme.
— Vamos, despierta de una vez joder.— Volvió a resonar en mis oídos, cada vez de una forma mas clara, como si todos mis sentidos se estuviesen despertando poco a poco.
Abrí los ojos al completo para encontrarme con los de Harry. Suspiré y sentí ganas de vomitar cuando el líquido comenzó a subir por mi garganta.
— ¿Qué ha pasado?— Susurré y me incorporé encogiéndome de dolor al sentir las punzadas en la rodilla.— Joder, joder.— Apreté los ojos a la vez que su mano.

— No se, te has caído de la moto y después te he visto la rodilla sangrando. La banda contrincante han trucado los cinturones, se ha roto como un folio, por la mitad, podrías haber muerto si se hubiese roto en mitad de la carrera joder.— Se pasó las manos por el pelo nervioso, pero en mi cabeza solo estaba Noah.

— ¿Y Noah?— Paseé mi vista por el lugar en el que nos encontrábamos

— Está fuera, estamos en una cabina de obreros. ¿Quieres que pase?