21

2.2K 99 2
                                    

NOAH

Joder, sabía que la había cagado y que había metido la pata hasta al fondo después de haberme follado a Meg tras los árboles. Después de todo el daño que le había hecho a Megan había vuelto a sucumbir a mí. Pero no había sido lo mismo, no había sentido nada, incluso asco; Con el simple roce de Alejandra, me despertaba una oleada de mariposas en mi interior, sus labios me llenaban de vida y cuando me acariciaba sentía como la piel se me erizaba y mi corazón se ponía a 180 pulsaciones por minutos, era algo inexplicable lo que sentía cuando estaba a su lado.

Cuando se fue del grupo, me quedé seguro ya que kyle se fue tras ella, sabía que si era yo el que iba podía gritarme de todo. Tamara se quedó perpleja, sin reacción alguna cuando mi pequeño demonio se abalanzó con garras y dientes a defenderse, sin ayuda de nadie.

Mi mundo se derrumbó bajo mis pies cuando Kyle volvió a aparecer en el grupo sin rastro de ella.

— ¿Kyle dónde está?— Me acerqué corriendo a él. Me importaba una mierda si pensaba que tenía algo con ella, necesitaba saber dónde estaba, sé como se comporta cuando está herida o cuando siente que alguien le ha traicionado y ese alguien he sido yo, por lo que puede estar haciendo cualquier tontería.

— Me dijo que quería estar sola.— Se encogió de hombros.— Si iba tras ella me iba a llevar una bronca y me dijo que no quería pagarla conmigo.

— ¿La has dejado sola?, ¿¡Pero tú estás loco!?— Le espeté mirando a mi alrededor, rezando por el milagro de que apareciese con esa peculiar sonrisa que yo había disfrutado estando a solas con ella.

Kyle me siguió hablando, pero yo me encaminé en buscar a la chica a la que había hecho daño. Antes debía buscar a Liam, si somos dos buscando sería mas rápido, aunque sabría que me mataría por haber dejado a su hermana sola con la cantidad de drogados que hay ahora mismo aquí.

No pude obviar la parte en la que mi hermana, mi pequeña y dulce hermana se estaba dando el lote con Liam a orillas del lago; Estaban los dos mojados, de haber estado bañándose, ¿Así que esto eran los tíos a los que iban a saludar? Julia se puso blanca en el momento que sus ojos vieron mi presencia, pero lo dejé pasar, en mi cabeza solo estaba la palabra peligro al lado del nombre de Alejandra haciendo cualquier locura. Liam hizo como si nada, se estaba liando con mi hermana como si fuese sido otra chica con la que le hubiese pillado.

— Luego hablamos.— Noté como un escalofrío se paseó de pies a cabeza por la espalda de mi hermana cuando pronuncié esas palabras. No iba a decirle nada malo, ni soltarle una chapa, pero como sé que ni mi madre, ni mi padre tendrían una charla con ella del sexo, se la deberé de dar yo.

Lo vi todo rojo cuando mi mirada se cruzó con la suya, con la de Alejandra, colocada hasta el sentimiento por mi culpa. Su mirada era de completo odio pero estaba inhibida, inhibida en el momento que las palabras salieron de la boca del chico y entendí el por qué su cuerpo a penas se mantenía en pie.

— Burundanga, tío le he dado burundanga.

Me acerqué a él y sin previo aviso mis puños empezaron a volar, a volar por todos lados, estrellándolos por su cuerpo y su cara.

— Te voy a partir las piernas hijo de puta.— Grité cerca de su cara. Agarré el cuello de su camiseta para después estamparlo de nuevo contra el suelo.

— Vete con mi hermana.— Me gritó Liam.

Hice de toda mi fuerza para no seguir pegándole, pero ahora había una chica con el corazón herido que estaba drogada.

— Vamos Julia.

— ¡Liam para joder!— Se intentó meter en la pelea, pero le agarré rápido del brazo retirándola de cualquier golpe que se pudiese llevar.

Mi desastre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora