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NOAH

Esta chica era una caja de sorpresas, primero me calienta la polla a un nivel que parece que va a reventar y después desvía el tema hacia otro que me deja completamente descolocado, algo que se supone que ya veré, aunque de lo que estoy seguro de que será cualquier chorrada; A ver que nos depara tal tontería de niña chica.

Alejandra no dejaba los dedos quietos sobre la pantalla de su móvil, no alcanzaba a ver ya que o gira el móvil o simplemente no podía despegar los ojos de la carretera por más de tres segundos.
— ¿Dónde vamos?— Volví a preguntar; Creo que esta es la décima vez que la pregunta sale de mis labios.

— Ya lo veras, tú ve hasta el muelle.

— El muelle a esta hora estará vacío.— Bufé.

— Eso es lo que tú te crees.

Pude ver por el rabillo de mi ojo cómo una sonrisa maliciosa se dibujaba en su rostro. Conduje por dónde me dirigía.

— Para aquí un segundo.— Dijo señalando un área de servicio.— Tengo que cambiarme.

— ¿Cambiarte para qué?— Creo que mi voz sonaba más irritante de lo normal.

— Piensa en lo que podemos hacer después.— Su mano se coló por mi camisa con agilidad y yo tuve que apretar el volante bajo mis dedos para controlarme.

— Está bien, está bien, pero para, no quiero tener un accidente.— Agarré su mano y la enlacé mientras apartaba el coche hacia un lado de la carretera.

Antes de entrar al coche dejó una bolsa en el asiento trasero, por lo que supongo que ahora después de haberme dicho que se tiene que cambiar será ropa. Acto seguido ella bajó del coche y se sentó en el asiento trasero quizás para ponerse lo que haya en la mochila misteriosa que ha traído.
- No mires.- Dijo ella mientras desabrochaba la cremallera invisible del costado de su vestido.

— ¿En serio?— Suspiré y me giré para encararla.

— Por favor.— Sus ojos se blanquearon, así que me giré y fijé mi vista al frente. Me las iba a pagar pero bien.

Escuchaba el revoloteo que tenía detrás armado, sacando y metiendo cosas de la bolsa deportiva, al igual que podía escuchar cómo lo hacía lo mismo pero con bolsas de plástico. ¿Y si saca una especie de arma y me mata?

Froté mi frente para apartar cualquier pensamiento negativo, en esos momentos lo único que quería es saber dónde íbamos, con quien vamos y que es lo que se trama esta chica.

Supongo que por mirar unos instantes no me iba a pasar nada. Coloqué el retrovisor del coche, pudiendo así observar su cuerpo desnudo, cubierto por un sujetador negro con algunos detalles de encaje y una braguita conjuntada como su parte de arriba. Por sus piernas estaba deslizando unas medias de red y juro por dios que verla con la ropa interior debajo y justo encima aquella cosa, se me vinieron mil y una posición que podía hacerle en la cama, era como una especie de actriz porno con ochenta caras diferentes, pero ninguna la suya personal de verdad.

Ocultó mis vistas bajo un mini shorts; Bastante mini diría yo; Qué dejaba sus nalgas al aire, se puso una camiseta negra que quedaba justo por debajo del elástico donde terminaban sus medias, dejando así su torso a la vista; La camiseta que vestía tenía unas palabras en neon rosa, bastante escandalosas, las iniciales que contenían eran: DS.

Salió del coche para después volver a subir en el asiento de atrás y acomodarse.
- Podemos seguir con el trayecto.
Y lo soltó tan tranquila mientras yo me moría de necesidad y ganas de saber que se estaba merodeando por su cabeza en estos momentos.

Mi desastre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora