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NOAH

La había liado tan a fondo que en estos momentos no sabía que coño hacer para poder ver la luz al final del túnel en el que me había metido y no había dejado de caminar a ciegas durante todo el camino. Digamos que no soy muy bueno expresándome, al contrario, soy pésimo y joder, si encima me enfado directamente no hay palabra que valga si no va acompañada de un taco. Sinceramente siempre evado todas las peleas de mi alrededor, por eso en estos momentos no sé que carajos hacer para enfrentarme a la mierda que me están echando en cara y no tengo ni idea de como arreglarla yo mismo. 

No dejaba repasar mentalmente cada una de las cosas que había hecho mal; en primer lugar, la cena, esa se lleva la medalla de oro, está claro puesto que hice todo lo indebido y justo ahora es cuando mi mente me está repitiendo "Deberías de haber mantenido la boca cerrada" pero ya vas tarde estúpido cerebro. Los nervios me pudieron y verla tan jodidamente sexy, con ese vestido ceñido como un guante, sus labios mullidos tintados de rojos, humedecidos por su lengua y esa sonrisa de perlas blancas...Dios mío, me sacaron de sí y me hicieron peor persona y me odio, porque joder, no sé cómo manejar todos los celos que sentí cuando supe que iba a estar al lado de Harry, y simplemente lo destruí como mejor opción en ese momento. Claro está, que me arrepentí en ese mismo instante. 

La segunda cagada fue no cumplir mi palabra y decir todas las barbaridades ocultas que por los ojos que mi chica en esos momentos expresó sabía que no tenía absolutamente ni idea y que posiblemente le arruiné a los dos, entonces digamos que fue doble metedura de pata.

La tercera no fue llevármela al baño y comerle hasta el último trazo de carmín para callar a todos mis demonios y pensar que ninguna de las tres cosas nunca jamás habían sucedido, pero obviamente no, habían pasado y era demasiado tarde para hacer la tercera opción. 

La cuarta cagada fue saber que mi inseguridad ganó a todo cuando un colega empezó a mandarme fotos de Alejandra en los probadores con Harry mientras ella le arreglaba el cuello de la camisa y ambos se reían, joder, me puse malo, creo que en ese momento el demonio era de color crema al lado del infierno que se estaba formando en mi interior. Tal desconfianza me llevó a llamar a a Harry y advertirle hasta el final de mis palabras de lo que sería capaz de hacer y al final hice sin sentido alguno cuando durante la cena los recuerdos de la foto no paraban de evocar en mi mente aunque él estuviese cumpliendo su papel a la perfección con eso de ni tocarla, así que aproveché en el instante que le preguntó sobre su plato, joder, le estaba preguntando porqué no estaba comiendo y yo solté las bombas sin más, fluyeron sin poder cerrar mi bocaza. 

Finalmente y es posible que esta se lleve la palma ha sido ponerme ciego a alcohol y dejar que tres matones me encontrasen en los barrios bajos e intentar pelear con ellos hasta que entre dos me agarraron y el puño americano de ese jodido cabrón no dejaba de estrellarse contra mi cuerpo, en ese momento quería dejar de pensar para no sentir el dolor, pero a la vez quería estar presente para que la próxima vez poder recordar su cara y destrozársela a puñetazos, dios, nunca había sentido tanta rabia por querer destrozar a alguien que no fuese en los rings de las peleas ilegales. 

Después de llamar a Liam sin saber como cojones haberlo conseguido y ver la cara que puso cuando me encontró apoyado en la pared como si de un cocainómano en proceso de sobredosis fuese, supe que estaba hecho candela y que en mi cabeza solo había una persona presente del porqué había hecho todo eso: Alejandra. 

Madre mía, no logro a penas recordar la cara que puso aquella chicas de ojos dulces y color infierno que me miraban aterrorizada, quise odiarme y matarme en ese momento cuando supe que por segunda vez en tan poco tiempo la estaba haciendo sufrir con todo lo que nos rodeaba, pero dios, necesitaba sentir la chispa que sus manos me transmitían al rozarse con mi piel herida y me dejé guiar por ella, sus pasos, sus cuidados y con la calma que parecía estar llevando todo bajo control cuando en mi mente habían mil persones que no era capaz de vocalizar. 

Mi desastre ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora