Narrador Omnicente
Mariano estaba alterado, nervioso y asombrado. Hace tanto tiempo que no veía a su pequeña, hace tanto la había abandonado. Era una mezcla de cosas porque, se sentía culpable pero a la vez no quería estar con ella, arruinaria su perfecta familia que formó con su esposa Clara y sus dos hermosas hijas, Maia y Bianca.
Estaba en su habitación de hotel ya que se irían a Italia en cuando convencieran a Agustín de irse... sino lo llevarían a la fuerza. Acostado en su cama matrimonial con la mirada perdida, todavía era muy difícil de creer.
Su esposa se acercó lentamente y se sentó en la cama.
Clara: Amor, qué te pasa. Desde ayer que estas muy disperso y... y estas raro -dijo preocupada-.
Mariano: No es nada, Clara -dijo con la mirada fija en el techo-.
Clara: Desde que viniste de ese internado que estás así, Mariano -menciono enojada-.
Después de ver a su hija, el echo de que le digan Mariano le causaba escalofríos por todo el cuerpo y un montón de culpa... Juan o Mariano, se cambió el nombre para poder crearse una nueva vida sin su hija de 11 años.
Clara: ¡¿Ves?! Estás muy raro cariño... sabes que me podes contar cuando sientas que es el momento, si? -dijo dulcemente y su esposo asintió- Ahora andá a vestirte, la cena se pasó para hoy ya que el señorito ayer se descompenso -dijo mientras se paraba-.
Mariano: Ya voy -suspiró-.
(...)
Juan o Mariano, como quieran decirle, se vistió algo desganado y su esposa sospechaba mucho sobre su actitud ya que siempre fue un hombre comprometido en su trabajo desde que dejó a su hija por ella. Al principio Clara se sentía bien porque Mariano había demostrado quererla, además de que antes de estar con Sara, la madre de Carolina, ya había estado con ella siendo amantes.
Bianca (5 años) : Papi, me queda bien este vestido, no? -dijo mientras daba una vuelta y comenzaba a desfilar con su pequeño vestido lila con flores blancas-.
Mariano: Te queda hermoso, reina -dijo para luego alzarla y darle un sonoro beso en la mejilla-.
Maia (18 años) : ¿Y yo, papá? -pregunto la hermana mayor que llevaba un vestido rojo, ajustado por la parte de arriba y suelto por la parte de abajo-.
Mariano: Otra reina -dijo mientras bajaba a Bianca y se acercaba a Maia-. Vas a conquistar al joven Bernasconi -dijo y a la chica se le dibujó una enorme sonrisa-.
Bian: Papi vamos ya que tengo hambre -dijo la pequeña con el ceño fruncido-.
Mariano: Vamos pequeña hambienta -dijo con una sonrisa-.
(...)
Se encontraron con la familia Bernasconi en la puerta del restaurante y, déjenme decirles que era un restaurante para gente con mucha plata... el restaurante "Rosse".
Cuando Maia vió a Agustín, quedó impactada. El muchacho era muy apuesto y por más de que llevase traje (obligado por sus padres) se notaba a kilómetros que era un chico gimnasio.
Agustín al verla no le sucedió nada, hasta que se imaginó a Carolina en ese vestido. Todo lo que veía la hacía acordar a ella y, aunque le tuvo que decir que tendría una cena familiar con la familia Benítez Buord y, que cenaría con una chica lo cual hizo que Carolina tuviera un ataque de celos y una pequeña discusión con ella acerca de la desconfianza; todo le hacía acordar a ella porque la quería, la quería de verdad.
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No Soy Igual Que Las Demás [Terminada]
FanfictionElla vivía con su padre en la calle, ya que su padre no tenía trabajo. Un día despertó en la puerta de un orfanato sin rastro de su padre, la había abandonado. En el orfanato hacía lo que quería, no le importa lo que le digan. Un día, la di...