Mikey observaba a Frank, luego a su hermano y después soltaba ligeras risas. Las mejillas del castaño estaban rojas y miraba sus manos con pena.
— ¿Hablas en serio?— Mikey le preguntó, conteniendo la emoción que se ahuecaba en su estómago.
Frank asintió lentamente, con miedo de arruinar algo hasta que el pequeño de anteojos lo abrazo con fuerza.
— Frankie eso es increíble— musitó con una sonrisa de oreja a oreja— deberías hablarle, a veces es un tonto pero es genial.
— T-tengo miedo— dijo el de ojos avellana imaginando mil y un escenarios donde el pelinegro lo rechazaba.
— Si no se lo dices tú, le diré yo, tú decides— dijo Mikes, Frank lo miró con asombro.
— No lo harías.
— Si tú no lo haces, si— dijo— ¿sabes? yo creo que también le gustas a Gee.
Frank negó al instante, como alguien como él podría estar con alguien como Gerard.
Mikey tapo su boca con sus manos, pero por más que lo intentara no podía borrar aquella sonrisa. Frank gustaba de Gerard y aunque nunca lo habían hablado, estaba seguro que Gerard también gustaba de Frank.
Mientras tanto el pelinegro no podía pensar en eso, estaba demasiado ocupado buscando una razón lógica por la cual esos hombres lo esperaban fuera de su edificio.
— Tal vez quieren a Frank de regreso— Raymond dijo luego de un rato.
— Yo les pague por el, acordamos que lo dejarían en paz.
— Vamos Gee, ¿crees que a esas personas les importa? seguro se les acabó el dinero y necesitan a Frank otra vez.
— No se los voy a devolver— aseguró Way.
— Obviamente no lo harás, pero hay que cuidarnos las espaldas. Ellos seguro no saben que tenemos al chico aquí.
— Y no tienen porqué darse cuenta.
Ambos se quedaron en silencio, cada día que pasaba el mantener a Frank se volvía un problema mayor. Se les estaba saliendo de las manos, ya no era sólo sacar al chico de ese lugar y darle una mejor vida, era muchísimo más que eso.
— Gerard— Raymond lo llamó, el recién mencionado contesto con un monosílabo— ¿no has considerado ni un poco llevarlo a la policia? ellos sabrán que hacer.
— No digas tonterías, ellos van a devolver a Frank con aquellos hombres y es lo que no queremos— gruño.
— Yo solo decía...
Seguido de eso vinieron otros torturosos minutos de silencio.
— ¿Y si lo sacamos de Jersey?— volvió a proponer Toro— lo llevamos a algún pueblo que este bastante lejos, ahí no lo encontrarán y podrá rehacer su vida sin problemas.
— Pero, ya no lo podremos ver...
— Gerard, queremos que el chico este a salvo, ¿no es así?— el pelinegro asintió— ¿entonces? hagámoslo.
Gerard hizo una mueca. No quería alejarse de Frank pero también tenía que dejar de ser un egoísta, era por el bien del chico.
— Esta bien, hagámoslo.
— Genial, tenemos tres días antes de que mis padres regresen, podemos tomar un tren mañana temprano y estaríamos regresando ese mismo día sin problemas.
— Woah, espera, ¿mañana? ¿no crees que es muy... rápido?— pregunto él ojos esmeralda.
— Bueno, a menos de que te quieras esperar que nos hagan algo a nosotros o a Frank, tenemos que hacerlo mañana mismo— La voz de Ray sonaba dura, pero tenía razón.
— Yo, bueno, está bien. Le avisaré a Mikey.
Gerard se puso de pie y bajó al sótano, ahí estaban los dos chicos platicando entre sí. Vaya mierda, Frank iba a desaparecer de sus vidas y ni siquiera había escuchado su voz.
— Mikes— lo llamo– tengo que decirles algo.
Mordió su labio, iba a ser difícil decirle a su hermano pequeño que lo iban a alejar de su amigo.
— F-Frank se tiene que ir mañana— soltó.
— ¿A dónde?— pregunto con extrañeza el de anteojos. Gerard bufó y se sentó a su lado.
— Mira Mikey, tener a Frank con nosotros es riesgoso. Ray y yo lo llevaremos a un lugar bastante lejos, donde podrá vivir tranquilo, ¿está bien?
El pequeño lo miraba con los ojos bien abiertos. Su ceño se frunció y sus labios comenzaron a temblar.
— Estas bromeado— murmuró con las lágrimas acumulándose en sus párpados— no me puedes alejar de Frankie.
Mikey se lanzó a los brazos del castaño al mismo tiempo que sollozaba y murmuraba unas cuentas cosas acerca de que no podían alejarlo de su único amigo.
— Mikes, es por el bien de Frank, ¿acaso no quieres que sea feliz?— pregunto.
— Y-yo soy feliz aquí— para su sorpresa, Frank habló por primera vez en su presencia.
Gerard se quedó sin palabras, aquel discurso que había idealizado se acababa de ir a la mierda.
Frank lo miró con sus labios en una línea, se miraron directamente a los ojos y luego el menor apartó la mirada.
— Perdón— susurro Gee, y antes de que le contestaran algo más, estaba escaleras arriba rumbo a la habitación de Ray.
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Hard; frerard
FanfictionEn donde luego de un enfermizo 'espectáculo', Gerard se propondría salvar a Frank de la vida de mierda que llevaba.