Capitulo 20.

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Después de mucho insistir, Gerard había accedido a acompañar a Mikey al parque. El pequeño de anteojos corrió rápidamente hasta los columpios, mientras el pelinegro fue a comprarse una paleta helada y después se sentó en algún lugar donde podría observar a su hermano.

Habían pasado tres días desde que recibió la llamada de Ray y esas 72 horas estuvo evitando pensar en eso. O bueno, al menos eso intentaba, lo único que sí cumplió fue no ser optimista, por nada del mundo se iba a emocionar o a tener esperanzas de que Frank estuviera bien. No hasta que estuviera seguro.

Estuvieron al rededor de una hora ahí hasta que tuvieron que regresar a casa. Donna sirvió la cena y todos comieron en familia, mientras la mujer de rubios cabellos les informo que la próxima semana entraban a clases. Un asco, pensó Gerard, se había acostumbrado completamente a su nueva rutina como para tener que volver a despertarse temprano.

"Por cierto Gee, Raymond llamó hace rato, dijo volvería a llamar dentro de unas horas" aviso Donna mientras recogía los platos y el pelinegro asintió, mientras se dirigía a su habitación.

Se encerró y ahí estuvo observando su celular hasta que empezó a sonar.

"¡Ray!" dijo en forma de saludo "¿qué pasa?"

"¡Lo volví a ver!" exclamo el chico del otro lado de la línea, sonaba agitado y aún trataba de recuperar el aire.

"¡Pero cuéntame qué pasó!"

"Bien, bien, solo... espera" murmuró inhalando y luego exhalando "estaba con Christa..."

"¿Qué Christa?" cuestionó.

"Luego te cuento, como sea, estaba con ella caminando por ahí cuando lo vi salir del supermercado, el que está frente a tu ex departamento. Bueno, lo empezamos a seguir sin que se diera cuenta hasta que llegó a una casa y entró"

"¿Qué casa?"

"No la conocía, pero en el buzón tenía escrito 'Iero', ¿crees que viva ahí?" pregunto Toro.

"No lo sé, me suena a un apellido y Frank ni siquiera lo recordaba..." murmuró Gerard haciendo memoria, no recordaba haber escuchado nunca esa familia.

"¡Nos engañó!" se apresuró a exclamar Raymond "estoy seguro de que si, la próxima vez que lo vea le voy a reclamar"

"¿Estás seguro de que era Frank?"

"Totalmente... bueno, solo lucia un poco diferente, pero era el" musitó "Era el mismo chico, la misma cara, solo llevaba su cabello tintado de rojo a los lados y creo que tenía algunas perforaciones. Se cambio de look para que no lo reconociéramos"

"Tal vez..."

"No te preocupes Gee, llegaré al final de esto" aseguró.

"¿Dices que el buzón decía Iero? ¿por qué no lo buscamos en internet y vemos que encontramos?" propuso buscando rápidamente su computador.

"¡Qué inteligente! espera, estoy tecleándolo"

Gerard puso la llamada en altavoz y dejó el celular a un lado mientras ponía el nombre en el buscador. Al instante aparecieron varias páginas.

"Frank Iero, existe y no está desaparecido" vacilo Raymond "encontré su Facebook"

"Yo igual"

Entraron casi al mismo tiempo al perfil del chico. Su última publicación había sido hace un par de días, era una foto de él y una linda chica.

"¿Estás viendo lo mismo que yo? el día que se lo llevaron público una foto con una tal Jamia Nestor"

"Lo estoy viendo Ray y, no lo puedo creer"

Siguieron bajando la página, encontraron fotos e información. Era Frank, sin dudas.

"Te lo dije hermano, nos estuvo engañando todo este tiempo"

"¿Pero cómo? ¿cómo hacía para estar en un lugar y luego en otro?" Gerard preguntó sin poder asimilar la noticia.

"Te recuerdo que estuvo en Belleville, donde no lo podíamos observar, seguro se escapaba de casa de Bob y luego regresaba para fingir tener otra vida"

"Eso es enfermo" murmuró.

"Lo es"

Minutos más tarde colgaron y cada quien fue a dormir. Raymond tenía razón, ese chico era igual a Frank, pero no era su Frank, había algo diferente en el. El pelinegro intento dormir pero parecía imposible, su mente lo estaba carcomiendo mientras decidía que era lo que iba a hacer, ya no era tan fácil como tomar un tren e ir hasta Jersey; ahora vivía mucho más lejos.

Intentó recordar cualquier cosa que Frank le hubiera dicho para hallarle sentido a todo esto, pero era imposible porque nunca hablo con el.

Pero alguien si...

Mikes.

Hard; frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora