Capitulo 2.

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Entré en clase y me senté al final del todo. Poco a poco los sitios se iban ocupando, una chica se acercó para sentarse al lado mío pero, ocupé la silla con mi mochila, dejando claro que no queía compañera. Ella me miró con el ceño fruncido.

- ¿Que quieres? - Le pregunté de mala gana. Ella me miró asustada

- Qui-quiero se-sentarme. - Tartamudeó nerviosa. No le contesté y me dediqué a dibujar garabatos en mi cuaderno.

Pasaron unos minutos y vino la señora Susan.

- Buenos días chicos.- Saludó entrando en la clase. Cerró la puerta detrás de ella.- Hoy vamos a dar las mutaciones, abrid el libro en la página 43. - Abrimos todos el libro en aquella página.

La puerta sonó, Susan fue a abrir.

- Hola,  ¿necesitas algo? - Preguntó mirando hacía fuera agarrando la puerta, después nos miró a todos. - Empezad a hacer un resumen de esa página, ahora vuelvo. - Salió de clase cerrando la puerta detrás de ella.

Cogí mis bolígrafos y empecé a hacer el resumen.

Me entretenía haciendo aquello mientras escuchaba "Marry you" de Bruno Mars, sin duda uno de mis cantantes favoritos. Las conversaciones de los de clase no me dejaban tranquila así que subí el volumen.

- ¡Señorita Scoot! - Sobresalté de la silla del susto que me lleve.

La profesora estaba con los brazos cruzados y con el ceño frutado a su lado estaba el imbécil del pasillo, lo que me faltaba.

- La estaba llamando y ni caso, sabes perfectamente que no puedes usar el móvil en clase.- Suspiró pesadamente. - Deje que su nuevo compañero se siente, aparte su mochila. - Rodé los ojos y le hice caso. Este camino hasta el asiento sonriendo, maldito.

- Nos volvemos a encontrar. - Dijo cuando se sentó en su sitio. Lo miré, tenía dibujada en su cara una sonrisa triunfante.

- Déjame en paz si no quieres terminar mal. - Susurré mientras apagaba el móvil.

- Uh, ¿tan peligrosa eres? - Susurró acercando su cara a la mía. Un escalofrío recorrió mi espalda. Intentaba hacer caso a la profesora y pasar de el, pero su cercanía no me ayudaba. Suspiré.

- Déjame espacio imbécil.- Me quejé dándole un empujón así el volvió a su sitio. El reía, las ganas de molerlo a palos me sobraban en este momento.

Nunca nadie me había tocado los ovarios como lo estaba haciendo el chico.

- ¿Me vas a estar llamando imbécil a cada rato? - Susurró para que la profesora no escuchase.

- Si es lo que eres, no tengo porque mentirte. - Apunté lo que había en la pizarra y empecé a hacer los ejercicios. Escuché su risa.

- Vaya, ¿no tienes buen humor o que? Tiene mejor genio la vigilante de la biblioteca que tú.

- ¿No crees que el mal humor puede ser porque no me caes bien? - La profesora miraba cada rato a nuestro sitio, yo intentaba disimular, pero el imbécil no.

- Veo que no se puede ni bromear contigo.

- ¿Tú eres nuevo aquí no? - Le pregunté dándome igual si Susan me llamara la atención. El se sorprendió por la pregunta repentina.

- Sí.

- Ahora entiendo.- Reí entre dientes. Es nuevo, no sabía lo que pasaba si se acercaba a mi.

- ¿Qué quieres decir? - Preguntó intrigado.

- Ahora entiendo el por que me retas sin miedo. Todo aquel el que me reta, acaba mal. - Hablé distante. Lo miré, estaba mirándome levantando una ceja, no se lo creía. - Y los chicos como tú, que hace que me desaparezca toda la paciencia que tengo, ¿sabes como acaban ellos? - Le pregunté sonriendo, no esperé ni una respuesta me acerqué a su oído. - Creo que esos hijos de puta nunca podrán tener hijos en su vida.

BLOW { I Trilogía Scoot }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora