Capitulo IV

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Alexa...

Veo cómo sale de la habitación, en cuanto cierra la puerta tras de él, corro al cuarto de baño, me doy una ducha rápida, por un momento me hubiese gustado haber empacado algo más que jeans y pantalones para hacer ejercicio, así que me pongo un par de vaqueros negros con una blusa de gasa color azul, unas flats color camel, mi maquillaje es el de siempre una capa de mascara de pestañas y un poco de color en las mejillas, me veo en el espejo por última vez antes de salir de la habitación y camino en dirección a la casa principal, nerviosa, tengo miedo de volver a decir alguna tontería, aun sigo sin creer que le haya respondido de esa manera a Derek Gabler.

Creo que no fue buena idea haber aceptado su invitación a cenar, pero ya estoy aquí, así que no me queda de otra más que tocar la puerta, Peter abre y me conduce a la cocina, en el camino trata de explicarme porque no es posible tener acceso a internet en el chalet, la verdad ya no me importa mucho, después de la solución que me dio Derek

Llegamos a la cocina y lo primero que veo es a Derek frente a una barra de granito, untando mayonesa a una rebanada de pan, avanzo hacia él, en el momento que se percata de mi presencia alza la vista y me sonríe amablemente, esa sonrisa que te corta la respiración solo con verla.

-Como se suponía que llegaría hasta mañana, Ane no preparo la cena, así que cenaremos unos deliciosos sándwiches de jamón con queso -Dice, untando el pan que tiene en la mano con mayonesa. – ¿Está bien o se te apetece algo más?

-No, está perfecto el sándwich

- ¡Qué bueno! Porque no sé preparar otra cosa. –Dice encogiéndose de hombros.

- ¿En qué te ayudo? –Pregunto.

-Me ayudas sirviéndote una copa de vino y sentándote a esperar que la cena este lista -Señala una botella de vino que hay sobre la barra junto con una copa.

-Gracias, -me sirvo un poco de vino, pero no me siento como él me ordeno, me pongo frente a él, viendo en que puedo ayudarlo. –creo que hasta un simple sándwich arruinarías.

- ¿Por qué dices eso? -Pregunta con una sonrisa torcida. –Es algo simple, nada del otro mundo ¿Qué puede salir mal?

-Vas a taparnos una arteria con tanta mayonesa -Le quito el cubierto con el que unta la mayonesa y quito el exceso que tienen los panes.

-Está bien, entonces yo pongo la mesa -Dice sacando unos platos pequeños de uno de los armarios de la cocina, termina de poner la mesa y yo de preparar los sándwiches.

Nos sentamos en la pequeña mesa que hay en la cocina uni frente al otro. No sé cómo actuar, de repente me siento extraña al darme cuenta que estoy de frente al hombre con el que he fantaseado más de una vez, tengo que mostrarme serena y saber hasta que punto mi fantasía es solo eso y nada más, estoy segura que él jamás se fijaría en alguien tan común y corriente como yo.

Llevamos ya un tiempo comiendo en silencio y eso hace que quiera salir corriendo, pero me mantengo lo más tranquila que mi mente me permite.

- ¿Cuál es tu nacionalidad Alexa? -pregunta sacándome de mi ensimismamiento, sorprendiéndome por la repentina pregunta.

-Soy Mexicana.

- ¿México? Es muy hermoso y su comida es deliciosa, ¿Cómo llevas ese asunto de la comida? -Dice dando un sorbo a su copa de vino.

-Tratando de acostumbrarme a la comida de aquí, no es mala pero es más rica la comida mexicana.

-Te entiendo, estuve dos semanas en México por la gira y después de eso todo se volvió muy insípido.

-Imagíname a mí que llevo toda una vida comiendo esas delicias.

- ¿Cuánto tiempo llevas en Alemania Alexa?

-Realmente poco, tres meses.

- ¿Qué tanto has conocido de mi país?

-No mucho, prácticamente me he dedicado a trabajar y no he tenido oportunidad de ver mucho. –Digo dando un sorbo a mi copa de vino.

-¿Y del resto de Europa? –Da una mordida a su sándwich

-Tampoco he visto mucho, llegue a Berlín a trabajar y no he tenido mucho tiempo de hacer turismo.

-Europa es muy bonito también, tienes que darte tiempo de conocer algo más.

-Eso intentare, ¿Hay algún país que no conozcas? –Pregunto por curiosidad.

-Creo que la mayoría de los países de África.

Con forme transcurre la velada me siento más relajada estando en su compañía, y es que se nos ha ido casi toda la noche conversando de todo, libros, música, cine, es tan fácil conversar con él y relajarse, ahora que lo he tratado un poco sé que no es el hombre serio y rígido que conocí hace una horas y con él cual no sabía cómo iniciar una conversación.

El Sonido del AmorWhere stories live. Discover now