Capítulo V

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Derek...

Desde hace mucho tiempo que no me siento tan a gusto conversando con una mujer y es que es tan fácil relajarse con Alexa, es diferente a otras mujeres, tiene carácter, defiende aquello en lo que cree a pesar de tener un punto de vista diferente al mío, si intentara impresionarme diría que piensan igual que yo para no llevarme la contraria y así agradarme pero con Alexa es diferente, refuta, defiende, incluso se ríe de mí, sus comentarios son mordaces, inteligentes y con sentido.

Trato de quitarle los ojos de encima, pero no puedo es fascinante todo en ella, su largo cabello negro, su aroma, incluso su maquillaje tan natural, algo tiene que la hace diferente al resto ¿qué es? No lo sé, pero voy averiguar qué hay de diferente en Alexa Ferró.

- ¿Dónde estabas hace diez años? –Veo como me mira extrañada, y es que yo mismo me sorprendí, pensando en voz alta,

Se me queda viendo como buscando una respuesta a mi pregunta que se puede mal interpretar, se pone seria y pone los ojos en blanco como recordando.

-¿Hace diez años? Tenía diecisiete años, entonces estaba decidiendo que carrera universitaria estudiar -Sonríe quitándole importancia a la pregunta que le hice -y ¿Tú dónde estabas hace diez años?

Pongo la misma cara que ella fingiendo tratar de recordad que era lo que hacía hace diez años, solo que pongo mi mano derecha sobre mi barbilla, se ríe de mí, ni una mujer se había reído tanto de mi como ella, ni Ashley a pesar de estar a punto de casarnos, tuvimos dos años de relación y jamás se mostró tan cómoda y desahogada conmigo como Alexa.

-Hace diez años yo tenía veintiocho años, entonces yo estaba jugando a ser el violinista más rápido del mundo -Le sonrió, y a cambio ella me devuelve una amplia sonrisa muy sincera.

-Cosa de niños -Dice con sarcasmo aventando sobre la mesa su servilleta.

-¿Hace cinco años? -Le pregunto, esta vez mas desenfadado, y vuelve hacer la misma expresión de hace un momento.

-Estaba a punto de terminar mi carrera universitaria. ¿Tú?

-Cometiendo el peor error de mi vida –asiente.

No pregunta mas y es algo que agradezco, detesto tener que dar detalles de el momento en que Ashley entro a mi vida.

-Ya es tarde y aún no hemos hablado nada de trabajo –Dice tomando una postura más seria y cambiando de tema.

-El trabajo puede esperar, cuéntame más de ti Alexa.

-¿Que quieres saber?

-Todo o lo importante

-¿Todo? Una noche no es suficiente, pero podemos resumir

-Perfecto, eres una mujer interesante Alexa.

-Soy muy común Derek, pregúntame, lo que quieres saber, pero piensa muy bien la pregunta que vas hacer, porque es la misma pregunta que yo te haré -Dice y da un sorbo a su taza de café.

-Me parece justo tu trato, pero también tú piensa muy bien que es lo que quieres revelar de ti misma.

-Trato hecho. -Extiende su mano y cerramos nuestro pequeño pacto con un apretón de manos.

-¿Eres hija única? -Empiezo a preguntar yo.

-No, tengo dos hermanas más chicas que yo, Alondra y Marin, y mi hermano Fernando ¿y tú?

-Tengo un hermano más grande que yo André y mi hermana Adriana que es la más pequeña.

-Si pudieras dedicarte a algo diferente de lo qué haces ¿Qué sería? -Pregunta con una sonrisa sincera en los labios.

-Me encanta lo que hago, así que seguiría siendo violinista ¿tú?

-Veteranía, descubrí muy tarde mi vocación.

-¿Cual es la comida que más odia? -Pregunto yo.

-El huevo, es algo que me da ¡ah! -Dice haciendo gestos raros.

-¡Estás loca Alexa! Es lo más rico qué hay en el mundo.

-No estoy de acuerdo contigo, sabe asqueroso, por favor cambiemos de tema, que solo de pensar en su sabor y olor ya me están dando nauseas.

-Está bien. ¿Que es lo que más deseas hacer en estos momentos? -Se borra la sonrisa de su rostro.

Se levanta tomando los platos donde habíamos comido, es obvio que toque un tema del cual ella no quiere hablar.

-¿Pasa algo malo Alexa? ¿Dije algo malo?

-No es solo que no tiene caso decir en voz alta aquello que quieres hacer en estos momentos, cuando no se puede cumplir. -Dice mientras lava los platos en los que comimos. -Decirlo en voz alta es un recordatorio de que no todo en la vida se puede tener.

-Tal vez puede pasar no sabemos -continua lavando todo lo que usamos para la cena -Por favor Alexa deja eso, Ane se encargará de todo esto mañana -Voltea a verme desafiante.

-Ane no hizo todo este desastre, así que no veo porque ella tenga que limpiar -Termina de decir volviendo a su labor.

-Porqué para eso le pago. -Vuelve a verme con la boca abierta, sé que no tiene nada que decir, porque abre y cierra la boca, pero aun así logra buscar algo con que discutir.

-Pues tú le pagas, pero yo no, así que como yo contribuí con este desorden también limpio, al menos lo que me corresponde. -Me ignora y sigue con su tarea, es sorpréndete lo testaruda que es esta mujer.

- ¿Siempre eres tan necia o solo es conmigo? -Se ríe una vez más de mí y voltea a verme.

-No te sientas tan afortunado, siempre soy así, si algo no me gusta ten por seguro que te lo haré saber.

-Y yo que empezaba a sentirme tan especial.

Le ayudo a poner en orden la cocina, tararea una canción en español, mientras lava los platos y las copas que usamos. Cuando terminamos avanzamos por el pasillo que comunica la cocina con el resto de la casa, llevo las manos en los bolsillos para reprimir el impulso de tomarla de la mano, ha dejado de tararear, toda la casa está en silencio, lo que hace más denso el nuestro.

- ¿a qué hora te parece bien comenzar mañana? -Pregunta, rompiendo el silencio.

-No lo sé, tú dime.

- ¿Te parece bien a las 8:00 a.m.?

-Perfecto.

Estamos de pie frente a la puerta de su habitación, una que destine para ella, no es de invitados, es una de las principales, por alguna estúpida razón quería tenerla cerca de mí, ahora no creo que sea buena idea, no sé en que estaba pensando cuando le pedí a Peter que la instalara aquí.

-Llegamos, cualquier cosa que necesites yo estoy por allá -Señalo con la cabeza al fondo del pasillo.

-Gracias por todo, nos vemos mañana, descansa –

Dice dándose la vuelta y entrando en la habitación. Me ha dejado fascinado, si bien es hermosa, es su inteligencia e incluso su personalidad tan despreocupada lo que me ha llegado a atraer un poco de ella. -Por favor Derek contrólate, es una mujer como cualquier otra- Me repito dentro de mí una y otra vez, entrando en mi recamara y acostándome en la enorme cama.

Intentó dormir pero no me puedo sacar de la cabeza la imagen de Alexa, incluso deseando y fantaseando con tenerla a mi lado en esta enorme cama.

El Sonido del AmorWhere stories live. Discover now