Siempre me levanto bien, desayuno, me arreglo y al salir de casa me encuentro en los suburbios, me encuentro en la maldita sociedad de mierda que quiere acabar con todo, pero si ellos supieran como me siento, seguramente pensarían diferentes, pero a ellos no les importa nada en absoluto. Aunque me sentía totalmente devastada, intentaba sobrevivir a todo, aunque las lagrimas no aguantaban más y corrían por mis mejillas, sin parar, dejando mis ojos pequeños, como un frijol, era realmente frustrante, pensar en todo lo que a pasado y no poder seguir a delante y superarlo, sé muy dentro de mi, que me pasa algo, algo inexplicable, algo que cada día me hace sentir peor de lo que ayer sentía, algo que me hace pensar negativamente, en cosas malas y en el suicidio. No estoy loca, no es que sea infantil o una inmadura, es la maldita adolescencia, odio esta época, por que es donde mi estomago siente ''mariposas'' al ver al chico que me gusta, por que es donde empiezo a sentir cosas que jamas había sentido, nada mejor que ser una niña, en donde no te preocupabas tanto como ahora, donde lo que nos preocupaba era no salirnos de la raya al colorear, sin importar lo que pensaran... Absolutamente nada, era genial, ahora sencillamente, la vida me estaba dando una fuerte patada, y yo, lo único que pensaba era salir de esta maldita ciudad, este país es un asco, este país, es mediocre y lleno de maldad, sé que no es solo en mi país, pero odio todo esto, a veces solo pienso estar con Dios, solo desearía ser un ángel guardián y proteger a todos los que quiero, me encantaría pero sé que por alguna razón estoy aquí por alguna maldita razón sigo viva después de tanto. Solo quiero estar en un lugar donde me sienta bien, estar en un lugar en donde no quieres, no es agradable, obvio, después de un año no e podido acostumbrarme a esa maldita escuela de mierda, solo quería irme, y empezar bien, como antes, antes de entrar hay, donde mi vida a sido solo un infierno, solo esperare, no quiero sentirme frustrada.