"Sonrisas y besos"

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"Amo estar sola pero odio sentirme sola"pensé, me he acostumbrado estar cerca de él y ahora que no está aquí..."Fue a traer ropa para ti Antonella" igual lo extraño.
Mire mi celular, habían pasado treinta y tres minutos desde que fue a mi casa "Esta cerca ¿Por qué se demora?" giro mi mirada hacia la puerta y veo a Santiago venir, traía una mochila pequeña.

—Esta es tu ropa, cuando salgas de aquí te pondrás esto, es la única ropa que abrigaba, se siente un frío tremendo—dijo tomándose las manos mientras se los llevaba a su boca para darse Calor—¿Aquí se siente calor osita?—asentí— bueno eso ya no importa porque nos vamos a casa, cámbiate hermosa, ven yo te ayudo a bajar de la cama— agarró mi mano y cintura,me ayudo a bajar.

—Gracias—Dije, me dirigí al baño, salí cambiada —Ya quiero ir a casa.

Salimos del hospital, Santiago paró un taxi amarillo, y fuimos a casa. Abrí la puerta de mi casa, estaba empolvada y todo estaba donde yo lo había dejado.

—Ven, siéntate—le hice caso, me senté en el sofá con cuidado—Mi ropa ya está arriba, voy a quedarme el tiempo suficiente hasta que recuperes completamente —Sonreí —¿Tienes hambre?

—¡Si!—

—¿ Qué quieres comer tú?—pensé por un momento.

—¡Pollo frito con papas fritas!—dije emocionada, Santiago rió me dio un beso y se fue.

Prendí la televisión, nada interesante, puse un canal de medicina "Debo aprender eso" dije mirando la pantalla, es mi último año en la universidad. El timbre de mi casa me sacó de mis pensamientos, me levanté y fui hacia la puerta.

—¡Antonella, pequeña que pasó!—dijo Estef Abrazándome—¿Por qué te metiste en esa pelea EH?, ¡Me asuste mucho, cuando escuche que estabas en el hospital...!

—Quisite regresar pero no pudiste ¿No?—dijo Santiago, apareciendo de la nada

—Nadie te mencionó en esta conversación, ¿Por que mejor no te vas a tu casa?—Santiago rió.

—Voy a dormir aquí, todos estos días hasta que se recupere —Estef me miró confundido, esquive la mirada, Santiago sonrió victorioso.

—Ya esta tu comida osita —tomo mi mano y me llevó adentro.

Con mi otra mano le hice una señal a Estef para que entrara pero atrás de él apareció Jane, ella cuando me vio corrió hacia mí, se detuvo y me abrazo.
Pude notar que estaba llorando.

—Estaba asustada, muy asustada Antonella, cuando me enteré que estabas en el hospital, ese maldito ya esta preso, fui al hospital pero no te encontré—No entendí nada de lo que hablaba.

—Yo también te quiero Jane—Dije, Jane me miró aún con lágrimas en los ojos.

—No se que haría sin una Antonella, con que chismoseaba todas las mañanas —Solté una pequeña risa —Hola Santiago.... Hola Estéfano —dijo mirándolo pero después esquivo la mirada.

—Vamos a comer, Santiago cocinó...

—Papas con pollo frito, siempre pides eso para comer —dijo Jane.

Minutos después estábamos todos en la mesa comiendo, todos hablaban Estef no, todos comían Estef no.

—¿Pasa algo Estef?—Él seguía mirando a Jane, serio— Hey— me miro y sonrió.

—Me tengo que ir, adiós pequeña—dijo y quiso darme un beso en la frente pero Santiago puso su mano ahí.

—Yo solo le puedo dar besos—dijo él. Rodé los ojos.

Estéfano se despidió de mi y de Jane, "Ellos dos están un poco extraños hoy".

—Yo también tengo que irme Antonella— dijo Jane y se fue detrás de Estef.

—Ellos tienen algo, viste que antes no se dejaban de mirar—

—Tú también te diste cuenta— Él asintió, lavó los platos y se sentó en la silla de antes.

—¿Quieres dormir osita?—Negué.

—Quiero echarme en mi cama pero no dormir—

Fuimos al cuarto, saque mi ropa de dormir y fui al baño a cambiarme, tome una botella de agua que deje hace unos días, abrí la puerta de mi cuarto y vi que Santiago se estaba cambiando,"No tenía polo".
Él me vio, yo lo ví, me sonroje y cerré la puerta.

—No puede ser, ¡Olvida esa imagen de tu mente Antonella!—me dije a mi misma."Esos eran abdominales".

—Puedes pasar, no se porque digo esto si es tu casa— entré lentamente, no cerré la puerta, no quería —¿Puedes cerrar la puerta por favor? Hace frío, ¡No mejor yo lo hago!—paso por mi costado y cerró la puerta.

Me eché en la cama con cuidado, él apagó la luz y también se acostó.

—Cuando te vi tirada en el suelo, no pensé que estaríamos así de nuevo —Me abrazó con cuidado y me besó apasionadamente, le mordí el labio, me acaricio la cara con una mano, seguimos besándonos pero sentí una gota caer en mi cara.

—¿Estas bien?—dije preocupada— No llores, no quiero que mi Shango llore— él sonrió.

—Quiero tener una cita aquí — dijo mientras yo le limpiaba su lágrima— Te quiero— Sonreí

—¿Qué quieres hacer? ¿Voy hacerte preguntas y tu respondes y así sucesivamente?—

—Mmm, entonces pregunta—

—¿Como piensas que vas a morir?—

—Pensé que dirías algo romántico, pero no te preocupes yo lo voy hacer —dijo jugando con mi cabello
— Yo ya morí, morí en esa curva—señaló mi sonrisa, me sonroje.—Y tú.

—En tus ojos—El movió sus ojos como un modelo, yo reí.

—Aveces eres cursi otras muy seca, me gustas más así—

—Ya no voy a ser cursi entonces para que me quieras seca—

—Yo me enamore de ti siendo tú así hermosa—

—Oww, que lindo eres — me besó — Mis padres me hicieron con amor, eso fue — reí

¡Mis padres no saben de esto! Ellos si se enteran van a venir, debo de hablar con ellos, agarré mi celular vi el reloj, era muy tarde y ellos están durmiendo, no era mucha la diferencia de horario.

—¿Qué Pasa osita?—

—Mis padres no saben de que estoy herida —

—Tienes que hablar con ellos—

—Ahora están durmiendo—

—Tú también tienes que dormir osita—

—Solo si me cantas—

—Bien entonces — preparó su voz para cantar —A dormir, a dormir a dormir mi osita ...—Ese canto no fue como aquel día que canto a sus sobrinos, él estaba cantando con todos sus gallitos posibles.

—¡Ya callate, cantas horrible!—Él puso su carita de perro, pero no le importó lo que le dije.

—Ya osita es hora que duermas— me besó con Ternura—Hasta mañana mi osita preciosa hermosa.

"Hoy fue un día de muchas sonrisas y besos"

Infinitos besos para AriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora