"Carolina"

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Estábamos desayunando cereales con yogur, después de la llamada Santiago y yo no hemos hablado mucho, seguía con su cara  de pensativo desde que se echo a dormir.

  —¿Quien es Carolina?—le pregunté, pero no me respondió—¿Por qué no respondes?¿Es algo malo?—el negó—¿Entonces?—

  — Carolina se llama mi mascota, mi amigo no puede tenerlo más dice que ha estado malogrando muchas cosas y no puedo tenerlo en casa, ahi viven mis sobrinos y a ellos no les gusta Carolina—(Uff ,pense que era una mujer)—¿Puede quedarse por un tiempo aquí? 

  — Me gustan las mascotas asi que,¡Si! —el sonrió, terminó de desayunar, se levantó y se fue al segundo piso —A donde va—susurre, lo seguí pero no lo vi por ninguna parte, seguro estaba cambiándose en el cuarto. Sentí unas ganas intensas de ir al baño—Baño, inodoro ,baño, inodoro...—seguía diciendo hasta que me encontré con la puerta del baño, la abrí...—¡AHHHHHHHHHHHH!¡PENSÉ QUE ESTABAS EN EL CUARTO SANTIAGO!—

  —¡SE SUPONE QUE SI LA PUERTA ESTA CERRADA HAY ALGUIEN ADENTRO NO, ANTONELLA! !Y POR QUE NO CIERRAS LA PUERTA, ME QUIERES VER SEMIDESNUDO O QUE!

  — ¡ES MI CASA  Y YO HAGO LO QUE QUIERO! Pero si tienes razón debo irme, ya he visto mucho—dije lo último susurrando— ¿Por qué te vas a bañar?

  — Voy a recoger a Carolina —dijo mirándome esperando algo, "Que cierres la puerta ¿Quizás?.

  — Esta bien—Dije asintiendo, iba cerrando la puerta poco a poco— ¿No necesitas ...?—Asome mi cabeza por la puerta.

  — ¡AHHHHHH!—grito él, "No debí haber entrado de nuevo, mejor no cuento lo que vi" 

¿Por qué se demora tanto?
"Han pasado solo cinco minutos, Antonella"

  —  Ya puedes entrar, voy a salir un rato, no hagas muchas cosas ¿Si? no quiero que te pase algo malo cuando yo no este, vengo en una hora, Adiós— no me miró, creo que esta avergonzado.

Me quede sentada en el sofá, mirando a la arañita que subia y bajaba de mi pared.

  — Te voy a llamar SUPERSPIDER—Las cosas que hago cuando estoy sola, prendí la televisión, no había nada bueno a esta hora, solo dibujos animados, miré el reloj el vendría y después se iría a la universidad.

—Ya llegue, traje a mi mascota pero me falta comprarle su comida—dijo Santiago feliz, entrando por la puerta con una cama pequeña y dos tazas de comida, las dejó en el mueble y regresó afuera, todas las cosas era muy rosadas, un pequeño puerco entró por mi puerta, moviendo su cola retorcida.

—Le caes bien EH— sonrió —Vamos a comprar su comida, después regresamos, comemos y me voy a la universidad ¿Okey?—movi mi cabeza, diciendo que sí.

Ni bien volteamos para ver a la puerquita, ella ya nos había dejado un regalo, Santiago rápidamente lo limpio, tomó a su mascota y salimos de la casa.

......

—¿Cual de estas escojo?— se preguntó a él mismo, mirando varios paquetes de comida para cerdo.

Salí un momento afuera, de un momento a otro ya me dolía mi cabeza.

—¿A dónde vas?—

—Voy a salir un rato afuera, no me va a pasar nada malo, no me voy a meter en problemas mejor dicho —Él asintió.
Salí a tomar aire fresco y sentarme una banca del parque que estaba cerca de la veterinaria, exactamente al frente. Me senté en la única banca disponible, vi a muchos niños jugando con sus padres, se me vino a la mente cuando Ángel me pidió un primo.

—Bonita sonrisa, preciosa — ¿Preciosa? — Me llamo ...

—No me importa como te llamas hombre— dije esquivando su mirada penetrante. —¿Quieres algo más? ¿Por qué me sigues mirando? ¿Te gusto acaso?

—Si hermosa, mucho —creo que no debí preguntar eso —¿Te invito algo de comer?

—¡No gracias! No queremos comida—dijo Santiago tomandome de la mano y miraba molesto al chico —Vamonos.

Entramos al carro, él manejaba en silencio, de verdad estaba molesto por lo anterior, le tome la mano que estaba libre ya que con la otra manejaba, me miró y sonrió. El semáforo se tornó rojo, él paro y me besó.

—¿Ya no estas molesto?— Santiago negó.

Llegamos a casa, la cerdita se echó en su cama rosada y yo en mi mueble.

—Me voy a la universidad, ten cuidado con tus heridas si osita, si te duele alguna herida me llamas que me regreso —se despidió de mi con un beso y después de su mascota.

De nuevo aburrida, voy a llamar a Jane y Estef para que me vengan acompañar. Unos minutos después ellos estaban al frente mio pero ninguno de los dos se miraban.

—¿Que les pasa? — Ellos me miraron al instante.

—¡Que bonita cerdita!, ya tienen su propia mascota, ahora solo espero una invitación para su boda— Jane no quiere hablar de eso, talvez luego le pregunte.

—Ayer llegaron los sobrinos de Santiago y Ángel quería que le diera un sobrino, según él solo le tengo que pedir a la cigüeña y ya, lo que no sabe que el procedimiento es otro — Ellos rieron.

—¿Comiste?— Negué, ... Santiago tampoco ha almorzado —Vamos a un restaurante.

—No, tengo que cuidar de Carolina — dije mirándola dormir.

—Entonces voy yo, ¿Estefano, vienes?— Él ni la miró, negó —Mmm, bueno ahora vengo.

Ella se fue ,miré a Estef para que me diga lo que pasaba entre ellos.

—Dime todo—

—Nosotros... — se veía nervioso, lo mire tranquila para que continuara— El día en que te venimos a visitar, después de que nos fuimos de aquí, salimos de aquí...

—Si, ya me dijiste eso. —

—Nosacostamosesopaso— dijo todo junto, sin embargo lo escuché bien.

—No sabia que ustedes salían—

—No estamos saliendo, sólo me dejé llevar eso paso —

—Tal vez ...— No termine la frase, Jane ya estaba adentro de la casa.

—¿Por qué se callaron? No importa, ya vamos a comer— dijo señalando las bolsas de comida.

—Voy a servir, ¿Jane me ayudas?— Ella me siguió.

—¿Antonella me puedo bañar en tu ducha?— Preguntó Estef.

—Si claro, cierra la puerta porque ahora se abre solo—Dije recordando lo que paso en la mañana y me ruboricé. Él me miro extraño, subió las escaleras.

Entré a la cocina, tome tres platos para dejarlo en la mesa pero se calló cuando escuche el grito de Carolina, Superspider le había picado a la cerdita, ella subió corriendo arriba aún gritando. Jane abrió muy grande los ojos y comenzó a cantar.

—Puerco araña, puerco araña, al mal ataca con su telaraña, su colita retorcida, da besitos con su trompita, miraaaad es el puerco araña— Canto la canción de Homero Simpson, reí con fuerza, Carolina ya había dejado de gritar y me preocupe.

—¿Puedes ayudarme a buscarla?—Ella subió corriendo, yo subí despacio por las heridas en mi espalda, pero pude ver lo que pasaba.

Cuando estaba en el último escalón de la escalera, Jane buscaba a Carolina en el suelo, sin embargo la puerquita salía del baño, dejando la puerta abierta, Jane levantó la mirada viendo el baño.

—¡AHHHH!—Grito Estef.
Creo que debo poner cortina a la ducha.

Infinitos besos para AriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora