Prólogo

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Lo miraba desde lejos, recordando que fue lo que pasó para que él cambiara.
Desde hace semanas era duro conmigo, no me hablaba, me miraba con odio y no sabía el porqué.

—La mitad del salón va a la sala de informática, el resto espera— dijo el profesor gordo y barbudo, comenzó a nombrar los nombres del primer grupo, quería ir con él pero se fue con los demás.

Me quede con mis " supuestas amigas " ellas hablaban de su vida aburrida, así que me aleje a un asiento en la esquina del salón a leer mi libro favorito.
"No puedo quererte " decía, cuando siento un pequeño papel doblado caer sobre mis piernas, lo miré por un momento dudosa si lo debería abrir o no.

"Me está gustando otra chica que no eres tú, tal vez te deje, ella es mejor ¡despierta!
Ismael. "

— Creo que ya leíste la nota, yo digo lo mismo, él necesita a alguien mejor que tú—dijo Anabella con su voz de arrogante.

—Ya déjala en paz, Antonella mejor ve al baño y piensa un poco— dijo Katherine, una de mis pocas amigas de verdad.

Me fui al baño, entre a uno de las casillas y rompí en Llanto, recordé de nuevo como solíamos ser antes, pero esos recuerdos bonitos fueron muy pocos, cuando nosotros cumplimos un mes él ni siquiera se acordó y así fue hasta hoy.
Él fue la primera persona que se interesó en mí suena estúpido pero fue eso que me ilusionó.
Salí de la casilla y me miré en el espejo mis ojos estaban rojos, me lave la cara y esperé un poco más para ir a mi salón, después de 10 minutos caminé hacia clase, veo que mi grupo ya se dirigía hacia la sala de computación, corrí a mi salón a recoger mi cuaderno y ahí estaba él sentado en mi carpeta.

—Ya leíste la nota —dijo Ismael, asentí con la cabeza —bien, entonces sigo, la chica que me gusta me ha dado una oportunidad y no quiero desperdiciarla ¿sabes a lo que me refiero? sí, verdad ¡Terminemos! — dijo finalmente dejándome con lágrimas en los ojos, él era un idiota, le iba a decir eso pero mi corazón se rompe en mil pedazos.
Anabella estaba besándose con Ismael, mis lágrimas caían con más fuerza, todos me miraban, me volteé rápidamente agarre mi cuaderno pero me acuerdo que traje agua de fresa, dudando de lo que iba hacer mire mi termo y lentamente lo abrí me acerque a ellos y les tiré el agua.

— Eso es para que aprendas, que no te debes de meter con el novio de tu amiga y tú —dije señalándolo —vete al mismísimo infierno y de pasada a la mierda—todos comenzaron a reírse de ellos.

Mientras me dirigía a la sala me limpiaba las lágrimas con fuerza, no quería tener más problemas pero si me lo vuelvo a encontrar a los dos le haré la vida imposible, porque así dice mi frase "Con un ARIES nadie se debe meter o morirás lentamente"

Infinitos besos para AriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora