Infinitos besos para Aries

"Cita"

Narrado por Santiago

mis manos me sudan y tiemblan a la vez. Faltan 3 horas 29 minutos y .... exactamente 18, 17, 16... segundos para mi cita con Antonella, mis sobrinos me miran sentados en mi cama.

  — Pequeños pueden salir del cuarto, necesito estar solo—  

Ellos se fueron, cerrando la puerta detrás de ellos, me tire en mi cama, debo de hacer algo para distraerme, tome mi laptop y busque "..." ¡NO DEBO BUSCAR ESO EN INTERNET! ¡ NO SANTIAGO!", lo cerré pero lo volví abrir, creo que si debería buscarlo "Que hacer en una cita"

debo de estar loco, esto solo lo buscan las mujeres... y yo. Leía y veía vídeos acerca de ello.

"Chicos, a las mujeres le gusta que huelan rico" ,hasta aquí vamos bien.                                                   

" Su peinado debe de ser una raya al costado, como todo chico educado y un poco despeinado para verse mas malote" ,mmmmm puedo mejorar eso.                                                                                      

" Vallan vestidos con una chaqueta de cuero negro, todos sexys  y guapos" ,si tengo chaqueta negra, ¡Vamos bien!                                                                                                                                                              

" ¡No hables solo de ti, ella también es importante!", Antonella también es importante, osita es importante.  

"Y sobre todo, lo mas importante ¡NO SE BESEN!", .......

Ya falta poco, 2 horas para la cita, debo de bañarme y afeitarme. El lugar donde tenia planeado tener la cita queda un poco lejos, así que debo de apurarme, me vestí con un polo blanco y jeans negros y como dijo la chica del Internet "No puede faltar la chaqueta negra", me mire al espejo  "Llegare a gustarle algún día, así como soy" , no es que tenga una autoestima por los suelos pero ella me hace sentir, no sabría como explicar este sentimiento.                                                             

tocan la puerta de mi cuarto muy suavemente, ya  sabia quien era.

— Pasa pequeña— Darline entra con su osito en manos 

— ¿A donde vas?     

— Tengo una cita— Limpie la pizca de leche que tenia en su pequeña nariz.

— ¿Con quien?, con Antonella— 

— ¿Por que ya no le dices tía?

— Porque mi mama me dijo que no le diga así hasta que no vea un anillo en su mano—  Sonreí, entonces me esta adelantando hacer las cosas.

Me quede hablando con mi sobrina hasta que faltaron 20 minutos para la cita, salí de mi casa caminando despacio para que no me despeine y la colonia no se disperse.

Toque la puerta, ella salio sonriendo, estaba maquillada levemente, tenia un vestido corto celeste casual, simplemente hermosa. Me acerque a ella para besarla, pero un pensamiento se me vino a la mente, "Y sobre todo, lo mas importante ¡NO SE BESEN!", tienes que aguantar probar sus labios Santiago. Le di un pequeño beso en su moflete, ella me miro desconcertada, seguro también esperaba ese beso, "Eso significa que le esta gustando,¡SIII!". 

 — Y a donde vamos— Le tome la mano y entrelace nuestros dedos.

  — Es una sorpresa— 

— Donde queda— 

— Es una sorpresa— 

Antes de que me vuelva a preguntar, tome un taxi y me metí con ella. Le di un papelito al señor.

— Joven este lugar...— 

— Si lo se, queda lejos, no se preocupe que yo le pago—  El conductor siguió manejando.

Tenia un pañuelo en mi bolsillo, se lo coloque a Antonella tapándole los ojos.

— No quiero tener esto, me lo voy a sacar— 

— No

— Si—  Y así estuvimos peleando todo el camino hasta llegar al lugar de nuestra cita.

Le pague al señor, tome de nuevo su mano de mi osita para dirigirla al lugar.

  — ¿Ya puedo quitarme esto? 

  — Si—  Se lo saco rápidamente ,creo que le ate un poco fuerte por las marcas apenas visibles que le dejo el pañuelo. 

  — ¡Ohh, esto es muy hermoso!— Vi que sus ojos achinados brillaban al ver su alrededor.

El lugar que pensé desde un principio, fue un lago que quedaba lejos de la cuidad, lleno de rosas, flores y muchas mariposas.

  — No creo que un lugar como este exista, ¿no me has dado algo que me haga ver otras cosas?—  Negué. Mi osita rió emocionada sabia que le gustaría.

  — Ven hay que sentarnos ahí, para comer —

  — ¿Donde esta la comida? yo no veo nada en tus manos.

— Esta ahí servido

Ella corrió hacia la mesa de madera a mirar que comida había. 

— ¿Ya  quieres comer?— Ella asintió, se sentó en la silla yo me senté a su costado.

— No sabia que existía este lugar

— Es muy conocido, ¿Enserio no sabias que existía este lugar? ¡Pero si vives aquí!

—  No conocía este lugar— Tenia una pequeña mancha cerca de sus labios, pase mi dedo quitan dolo, Antonella me miro sonrojada, muy sonrojada, creo que en ves de llamarla osita, la hubiera llamado TOMATITA.

— Tomatita

— ¿Que?

— Ahora yo te voy a llamar así, ahora eres mi tomatita, mucho te sonrojas.

— Es porque tu me haces sonrojar.

— Si lo se y eso me gusta— Dije susurrándole en su oído. Ella ahora no estaba roja, estaba un color mas oscuro podría decirse que estaba guinda—Ya tranquila, no explotes, toma agua.

Conversamos de nosotros mientras terminábamos de comer, entrelace nuestros dedos, la mire ella miraba nuestras manos juntas y sonreía.

— Vamos a la canoa, hay que pasear en ella por el lago— Sonrió.

Subimos con cuidado, reme hasta llegar al centro del lago.

— Eres hermosa, sabes— Dije tocándole suavemente la mejilla.

— Si lo se, mi mama lo ha dicho varias veces— Se suponía que debió decir "No lo sabia, eres el primero que me lo dice" o eso solo sucedía en las historias. 

— Jane me llamo hoy por la mañana, dijo que su bebé será hombre, no puedo creer que ya va a ser mamá, cuando éramos niñas decíamos que las dos íbamos a tener a nuestros hijos el mismo año para que así ellos pudieran ser los mejores amigos, pero ella se adelantó— 

— ¿Quieres ya tener hijos?—Le dije en modo picaron

— ¿Que? ¡NO! ¡SANTIAGO SE LO QUE TRATAS DE DECIR!—Se tumbo encima mio hacerme cosquillas.

— ¡Tomatita, nos vamos a caer!— Ella no me escucho, trato de voltearme pero nosotros ya estábamos dentro del lago.

La tome por las caderas para que no se hundiera— No te preocupes, se nadar— dijo sonriendo.

Nadamos hasta la orilla, Antonella reía por lo sucedido, me quede mirándola dentro de poco tendría frió, mi casaca negra la había dejado en la mesa, me levante para traerla, se lo puse a Antonella y me senté a su costado.

— No se como vamos a regresar— 

— Yo tampoco, ¡HAY VERDAD QUE YO NO CONOZCO!— Y rió por décima vez en el día.

Creo que cada día me enamoro mas de ella, todo por su sonrisa. Tomo entre mis manos su cara, ya no pude contener mas y la bese. 

(No me importo al final lo que dijo el Internet)