Infinitos besos para Aries

"Primos"

—Si mamá, estoy bien —le decía a mis padres, los había llamado hace unos minutos y cuando les dije se pusieron locos.

—¡No hija, yo voy en este mismo instante! —

—Mamá estoy bien—repetí.

—¿ Quién te va a  cuidar?—dijo mi papá preocupado.

—¡Yo!—dijo Santiago.

—¿ Quién es ese?—preguntaron mis padres.

—Es un amigo— cuando dije eso Santiago hizo una mueca de dolor, tocándose el corazón y me susurro "Eso dolió".

—Quiero hablar con él — dijo mi padre, le entregué el celular, vi que Santiago estaba nervioso.

—Tranquilo—Susurre —Voy al baño ahora vuelvo.

Fui al baño, me mire al espejo, aún tenia los rascuños en mi cara, suspire tenia que ir a la universidad mañana pero no creo que Santiago me deje ir .
Es mi último año y este año son puras prácticas en hospitales.
Regresé a mi habitación Santiago seguía hablando.

—Si señor ... No señor ... No se preocupe señor... Esta bien señor... Adiós señor...—suspiro dejando el celular en la cama —Tu papá es un poco terco ¿no?,cree que no te voy a cuidar bien o que te puedo hacer daño.

—Suele ser así desde que mi hermana murió, me protege mucho— dije.

—Ya veo... Vamos a preparar el almuerzo—

—Está bien—

Después de treinta minutos no sabíamos que cocinar, lo único que teníamos para preparar era pollo y verduras.

—¿Sopa?— dije mirando los ingredientes.

—Okey— llenó la olla con agua, pero recibió una llamada —Ahora vuelvo—asentí.

Corte las verduras en cuadrados pequeños, llevé la olla al fuego y coloqué las verduras con el pollo. Sentí que me abrazan por la espalda.

—Mis sobrinos quieren visistarte— Sonreí desde hace mucho tiempo no los veo "Solo han pasado días" entonces desde hace muchas horas no los Veo—Mi hermana los  traerá en unos minutos... Que te parece si  mientras esperamos... me das un beso—

—Vendran rápido, viven cerca—dije riendo, él no me hizo caso y me besó, le mordí el labio "Típico de ti Antonella".
Prácticamente salté cuando tocaron la puerta.

—Creo que son ellos — Él abrió la puerta, tres niños entraron corriendo y me abrazaron.

—Tía, te extrañe mucho —dijo Ángel.

—Yo también pequeño —

—¿Estas bien tía? — dijo Gaby.

—Si pequeña— ellos sonrieron.

—La comida está lista, ¿quieren comer?— dijo Santiago.

—¡Si!— entramos a la cocina, Santiago me ayudo a servir la comida mientras los pequeños ponían los cubiertos en la mesa.
Todos nos sentamos y comenzamos a comer, "Le falta algo" pensé.

—¡Me olvidé echarle sal!—dije, me di una bofetada mental, "Más de veinte años y ni siquiera sabes cocinar SOPA".—Jajajaja—Comencé a reírme sola.

—Mi mamá no le pone sal a la comida, según ella dice que es de mala suerte ¿Tu crees eso tía?— negué.

—Tu tampoco comes comida con sal — le pregunte a Santiago.

—Solo mi hermana tiene esas creencias, Osita— Asentí.

Mientras comiamos, hablamos de muchas cosas, me enteré que ellos eran los únicos nietos, no tenían primos bueno no muchos y los primos que tienen están en otro país.

—Por eso quiero tener un primo hombre, mi mamá ya no quiere tener hijos, dice que somos muchos en casa — dijo Ángel triste, pero después me miró y sonrió— ¡ Tía, quiero primos! ¿No quieres hijos con mi tío? — me atore con la sopa.

— ... — Santiago también se quedó sorprendido.

—Mi mamá dice que sólo le tienen que pedir a la cigüeña — "¡Pues así no se hace un bebé!" pensé.

—Creo que debes esperar unos años más, es muy temprano para tener un hijo ¿No osita?, o...— se acercó a mi para decirme algo en el oído — Ya quieres cumplirle su deseo  a él— susurró, lo miré seria y el partió en risa —Era broma — me miró con cara coqueta.

Pasó una hora y ya todos nos encontrábamos en la sala viendo "Dora la exploradora", reía cada vez que la niña de la televisión preguntaba donde estaba tal objeto y los niños respondían.

—Yo cuando veia eso, me aburría, todas las cosas están detrás de ella y ni cuenta se da— me quejé.

—Mejor vamos hablar de otra cosa — dijo Santiago poniendo su brazo por detrás de mi cuello — Soy tu amigo o algo más —

—Si me gusta las papas fritas, solo he tenido un novio que no fue mi primer amor, amo a los perros y ...—

—Tu primer novio no fue tu primer amor... que raro—dijo pensando— Bueno eso no importa, yo soy tu último amor verdad...- ¡Si!—dijo con voz de mujer. Tocaron la puerta un par de veces —Niños es su madre — dijo Santiago abriendo la puerta, los niños se despidieron de nosotros y se fueron con su madre.

—Ahora que no hay niños, te tengo que cambiar los parches de tu espalda, si no se infectaran las heridas —

—Lo puedo hacer sola—

—El doctor dijo que tienes que tener ayuda cuando te cambias eso— él se levantó del sillón y caminó hacia el armario, sacó pañitos húmedos,y parches nuevos —Levantate un poco el polo osita— hice lo que me dijo, sentí que me limpió mis heridas con cuidado, después colocó los parches.

—¿Ya está? — pregunté, sentí que sus manos frías bajaron mi polo.

—Si hermosa— él se levantó y botó los parches sucios, me quedé en silencio mientras lo miraba, tenía ganas de abrazarlo —¿Que pasa osita?

—Quiero abrazarte, ven —dije con mis manos al aire y agitándolos para que se acercara, él se acercó y me abrazó despacio.

—Tal vez deberíamos hablar sobre lo que dijo Ángel —dijo en tono picarón.

—Ya se de que me hablas, tal vez deberías regalarle un perrito para que juegue con el y no nos pida un primo—

—Su mamá no quiere que tengan perros — Nada quiere que tengan, pero bueno ella sabrá lo que hace.

—Ya es tarde, vamos a dormir— dije subiendo las escaleras, él tomo mi cintura y me ayudó a Subir—Las heridas no son tan graves, puedo subir yo sola—

—Yo quiero ayudarte y te ayudaré cuando tenga la oportunidad — dijo sonriendo.

Ambos entramos a la habitación, me eché en mi cama con él, coloqué mi cabeza en su pecho, él me dio un beso en la cabeza, Sonreí , creo que cada vez me gusta más, cerré mis ojos pero el sonido del teléfono de Santiago me despertó.

—¿Sí?—se quedó callado por un tiempo — ¿Carolina? — Él se quedo quieto, sentí en su mirada nerviosismo  cuando me miró.

"¿ Quién era Carolina ?"