Aprendiendo a Amar

Capítulo 26

Capítulo 26

>>Jenny<<

El fin de semana estuvieron trabajando algunos de los obreros de la empresa, estuve supervisando las modificaciones y aunque avanzaron todavía faltaba bastante.

El lunes al llegar a la oficina tuve una reunión con los ingenieros y arquitectos que viajaran a Brasil cuando regrese Juanjo, hablamos tanto sobre la construcción del Hotel como de la sucursal, me mostraron una copia del plano de la constructora que va a trabajar allá y luego hice la reserva de los vuelos de todo el equipo de trabajo.

Luego estuve reunida con Saúl, me pidió que una vez que el esté instalado allá viaje cuando pueda para enseñarle nuestro modelo de trabajo a las personas que se encarguen del área contable, después de habernos encontrado aquella noche en el Hotel realmente se ha comportado muy bien tanto conmigo como con Sofía y eso me mantiene muy tranquila.

En la hora del almuerzo Sofí y yo fuimos a un restaurant cercano a la empresa, comimos muy animadas y cuando estábamos esperando que nos traigan la cuenta ella me hablo

- Amor, estuve hablando con Santi el fin de semana – la mire atenta

- ¿Ya tomaste una decisión? – sentí muchos nervios

- Obviamente mi hermano se emocionó – sonreí – Quiere conocer la casa

- Claro – respondí emocionada – Si queres hoy después del trabajo lo llevamos

- Sé que le va a encantar – tomo mi mano sobre la mesa – Queremos vivir con vos

- ¿Es en serio? – asintió – Me haces muy feliz mi amor

- Vos nos haces muy feliz a mí y a mi hermano – se levantó de la silla y beso mis labios

Pague y muy contentas fuimos caminando a la empresa, trabajamos bastante ya que con lo de la construcción en Brasil se habían atrasado varios pendientes. A la hora de salida fuimos a buscar a Santi. El niño iba muy contento y cuando dije que habíamos llegado me pidió que lo bajara rápido, lo baje del auto y me dio la mano para cruzar la calle. Abrí la puerta y pasamos al jardín, fue hacia la puerta de entrada, la abrí y corrió por toda la casa, se veía muy feliz, venia solo a decirnos que le encantaba y luego regresaba a seguir viendo cada lugar de nuestro nuevo hogar, lo lleve de nuevo al jardín delantero

- Mira Santi – señale con mi dedo índice – Es una casita para perros

- Corrió hacia ella, se agacho y miro adentro – Pero no hay perrito – me miro decepcionado

- No, no hay perrito – me encogí de hombros - ¿Queres ver tu cuarto? – Sofí me miro sonriendo, se había dado cuenta de lo que estaba haciendo

- Bueno – respondió tristemente

- Subimos la escalera y nos paramos frente a uno de los cuartos – Este puede ser el tuyo – abrí lentamente la puerta – Entra a ver si te gusta este cuarto

- Sofí y yo entramos detrás de él – Ñeña, hay un perrito – grito y fue hacia él

Había un pastor alemán de dos meses con un moñito color azul, estaba sentadito en el centro del cuarto

- ¿Es mío? – asentí y lo acaricio, el cachorrito acepto los mimos y empezó a lengüetear a mi cuñadito - ¿Cómo se llama?

- No tiene nombre – me arrodille a su lado – Podes ponerle el nombre que quieras