Capítulo 13

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Capítulo 13

>>Tati<<

Mi vida cambio mucho a partir de que mis padres me obligaron a ir a vivir a Estados Unidos, deje a todas mis amistades, comencé a estudiar en las mejores escuelas de Los Ángeles hasta que por mis calificaciones y la situación económica de mis padres pude entrar en Harvard y me recibí con honores ya que esa era la única condición de mis padres para dejarme cursar esa carrera. Muchos años de mi adolescencia estudie canto, baile e hice patinaje sobre hielo.

Cuando cumplí los 23 años había terminado mis estudios universitarios, no quería seguir tan lejos de mi país natal y tenía la edad suficiente para poder regresar. Hable con mis padres y después de varios días de discusión aceptaron que volvería a Argentina.

Al llegar me reencontré con Pao y Agus, mis grandes amigas y me ayudaron mucho dejándome ayudar en su casa mientras conseguía un trabajo. Pase varios días dejando Curriculums, nadie me llamaba por más que las escuelas donde estudie y las notas con las que termine mis estudios eran las mejores. Pasaron varios días hasta que conseguí trabajo en un call center, el trabajo constaba en llamar a gente con deudas y asustarlas tanto que serían capaces de vender sus almas al diablo con tal de poder pagar, ese diablo vendría a ser esta empresa.

Pasaban los meses y aunque no era el trabajo soñado me daba el dinero suficiente para pagar el alquiler de un departamento. El gerente de mi turno, Ramiro, era muy guapo y me trataba muy bien, me daba más descansos, me daba la cartera que menos clientes tenia y varias veces me había invitado a cenar y a pesar de mis constantes rechazos él jamás se daba por vencido hasta que termine aceptando su invitación.

Después de un año y medio de relación nos casamos, conseguí trabajo como abogada en la famosa empresa de Hotelería y Turismo Díaz Enterprise y todo iba de maravilla en mi vida.

A un ritmo más rápido del que creía mi puesto de trabajo iba subiendo, era la encargada del área de derecho y mi sueldo se había triplicado. Mis mejores amigas se fueron a trabajar a Brasil, habían conseguido trabajo en un restaurant importante dentro de un grandioso hotel, a pesar de que me causo mucha tristeza conocí al hijo del dueño de la empresa, me ayudo a sentirme mejor, era muy simpático, siempre venía a visitarme a mi oficina y todos los días almorzábamos juntos. De a poco me enamore, tuvimos relaciones varias veces y le propuse dejar a mi marido pero el rompió mi corazón sin importarle. De ahí en adelante me volví una mujer muy fría, solo me importaba el trabajo y conseguir cada vez más dinero.

Ya con 28 años las cosas volvieron a cambiar, Ramiro perdió su trabajo el cual era lo que lo hacía feliz. Comenzó a beber, primero eran unas copas que con el pasar de los días se convirtieron en una botella de lo que tuviera más alcohol y pronto se convirtió en pasar sus días ebrio. Siempre trate de ayudarlo pero él no quería aceptar esa ayuda, todo lo amoroso y buen persona que era se esfumo, empezó con enojos sin sentido, luego insultos hasta que esos insultos se transformaron en golpes. Cada vez que bebía me daba una golpiza sin ningún motivo, varias veces me había dejado en cama por los dolores y aunque yo no soportaba más esta situación pero no sabía cómo detenerla.

Comencé a buscar motivos para pasar más tiempo fuera de casa, tres días a la semana iba al gimnasio y los días que no iba trataba de quedarme hasta más tarde en el trabajo pero los fines de semana eran mi tortura ya que era cuando no tenía excusas para salir de mi casa.

Uno de tantos días en el gimnasio conocí a una simpática chica, a pesar de que no la conocía algo de ella me causaba confianza y a os pocos días de conocernos me invito a salir. Agradecí a Dios que me permitiera pasar un sábado lejos de la bestia de mi esposo. Fue un hermoso dia, estar con ella me hizo olvidar el infierno que había en mi casa pero como siempre todo se acaba y tuve que volver.

Aprendiendo a AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora