Capítulo 44

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Capítulo 44

>>Jenny<<

Efectivamente el mismo día que Tati hablo con el presidente de la sucursal me devolvieron la mitad de mi dinero, estuve tratando de hablar toda la semana con mi madre hasta que por fin el viernes me dedico un tiempo, llegue a su casa y note que estaba bastante nerviosa

- ¿Qué pasa que me estuviste esquivando toda la semana? – fui directo a lo que me interesaba

- Hija, sé que las cosas entre tu padre y vos no están bien, sabía que a lo mejor al encontrarse iban a discutir, quise evitar eso – respondió a la vez que me servía una taza de café - ¿Cómo estás?

- Mal mamá, por suerte el tema del dinero se está resolviendo pero estar sin trabajo me hace mal – tome un trago de mi taza – Trata de hablar con papá, que me deje volver a la empresa

- Hija, yo no puedo meterme en esa decisión, si lo hizo fue porque vio que era lo mejor – la mire incrédula de lo que estaba diciendo – No me mires así, podes buscar trabajo en otro lado

- ¿Estás hablando en serio? – asintió – Sabes que no es lo mismo y necesito dinero para mantener la casa

- Sofía trabaja y ya me dijiste que te dieron la mitad de tu dinero, no se van a quedar sin comer – eso fue la gota que rebalso mi vaso, me levante y me fui sin ni siquiera despedirme

Me subí a mi auto, no podía creer lo que me había dicho mi madre. Sin dudarlo me fui a la empresa de José, espere hasta que se desocupo y me pudo recibir en su despacho

- Jenny, me entere lo que te sucedió, sabes que contas con toda mi familia para lo que sea – me hizo sentar y luego se fue a su asiento - ¿En qué puedo ayudarte?

- Quiero vender mi auto – abrió sus ojos color miel iguales a los de su hija sorprendido y no dijo nada – No quiero nada que sea por parte de mis padres, si me soltaron la mano en mi peor momento voy a salir adelante sin ellos

- Entiendo tu manera de pensar pero deberías pensarlo un poco más – negué – No es cualquier auto

- Lo sé ¿Cuánto me podes dar? – puso el dedo índice en su barbilla – Sé que sos bueno en todo esto, podes darme una buena cantidad, lo tengo hace menos de un año, sin ningún golpe ni rayadura y sabes el buen cuidado que le doy

- Sonrió – Realmente maduraste mucho, ya no sos esa pequeña que conocí – recordó algo y sonrió – Le prometí a mi hija que te metería en una caja y serias su regalo pero creo que con lo que creciste no va a ser tan fácil – me reí – Voy a hacer que lo revisen mis mecánicos pero creo que puedo darte alrededor de $800,000

- Si pueden revisarlo ahora mucho mejor - asintió

- Tomo el teléfono – Juan Cruz, te voy a enviar un auto necesito una cotización a la brevedad – colgó – Dame las llaves y acompáñame

Se las entregue, bajamos y él se subió al auto, lo encendió y sonrió al escuchar el sonido del motor

- Que hermoso auto – me senté del lado del acompañante – Te vas a arrepentir de venderlo

- No me vas a convencer José – negó sonriendo y manejo hasta la parte de atrás de la empresa

Entramos al taller, los mecánicos rápidamente se pusieron a revisarlo y dieron una vuelta para hacerle algunas pruebas. Al regresar se fueron a una pequeña oficina con José. Después de diez minutos salieron y el papá de mi mejor amiga se acercó a mí

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