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Milk

Termino de redactar un permiso, no lo corrijo, releerlo no me hace sentir del todo cuerda, guardo mi celular en mi bolso y cruzo mis brazos sobre la mesa mirando a los dos individuos que terminan de comer un bote de alitas, una sonrisa se me asoma al verlo limpiarle de mala gana el rostro de su hijo quien protesta que quería que su mami se lo limpie con cariño.

Tiene un hijo.

Su sangre.

Sus oscuros ojos y cabello y finos rasgos.

Su sonrisa cada que se salía con la suya.

Un hijo con una mujer que no es su esposa.

Me pregunto si la llegó a amar.

Me pegunto si... logró olvidarme.

—La bruja de tu madre no estará por ahora, así que compórtate o me quedaré con tus dulces. —Le regaña, el infante se cruza de brazos frunciendo el ceño y poniendo encima su labio inferior del superior, tierno. —Gracias por tu invitación. —Asiento, sus verdes orbes me inspecciona unos segundos y no tengo problema con ello, sé que le gusta lo que ve.

Las bolsas con sus compras están en el carrito, se lo sustrajeron del super mercado al ser una familiar suya la sueña del lugar, según dijo que luego le entregaría el carrito.

Me da cierta gracia verlo con vestido y a su hijo de bombero, no encontraron su ropa.

¿Por qué será?

—¿Tienes novia? —Me mira desconcertado ubicando una mano sobre su pecho con dramatismo.

Un pecho que se ve firme y duro.

—¡Askiusmi! —Evito reírme manteniendo nuestro contacto visual, mientras sus manos teclean y se lo entrega a su pequeño— Este bombón no está para complicarse la vida de nuevo, me va mejor siendo el tío soltero de la familia. —Ignoro la indirecta resoplando— Para tu información tengo una lista larga de ex's super insoportables, eres la primera que no quiere degollarme, bien que gemían por más cuando las ponía en cuatro. —Poético.

Sin censura, como prende.

—Mami, te extraño muchito... —Lo que dice el pequeño logra tensarme, bajo una mano a mi bolso apretando mi celular, el infante habla por el celular al parecer con su madre.

—Deja el drama. —saca unos billetes de su billetera.

—Ya lo he pagado. —Le digo sorbiendo un poco del jugo, exhalo mirando unos segundos al niño— ¿Cómo se llama?

—Gohan. —responde guardando su dinero y alzando a su hijo, pese a que este grita que no le gusta— Ya es pasada las nueve, debo llevarlo a dormir o la bruja de su madre me hará una serie de análisis de lo mal que le hará acostarlo tarde.

Me levanto interponiéndome en su camino ganándome una mirada curiosa del infante que termina de hablar con su progenitora. —Los llevo, he terminado de trabajar por hoy.

—¿Trabajas horarios nocturnos?

—Algunas veces.

Se encoge de hombros y lo tomo como un sí, nos dirigimos al estacionamiento, metemos de una manera que desafía la física el carrito de compras y los tres le restamos importancia, montamos, y mientras él me guía su hijo se duerme en sus brazos.

—He mantenido mi honestidad desde siempre así que lo diré. —atenta lo escucho— Tienes un culo de infarto, listo, lo he dicho, una carga menos. —Evoca aquella sonrisa coqueta que me saca una risa pequeña.

—Te falto añadir las tetas, que no se te olvide.

—¡Joder! La chica tímida se convirtió en una mujer ardiente. —Puedo ver la malicia que ilumina sus ojos bañados de un hechizo encantador.

—Tuve una historia cuando terminamos.

—¿Terminamos?, no te recuerdo mujer.

Golpeo su brazo— Tonto. —Se ve divertido, su hijo se remueve y cambia de expresión acariciando unos mechones del pequeño.

—Cuando todo es una mierda, y lo sigue siendo, ocurren circunstancias inesperadas, él fue inesperado. —Besa la coronilla de su hijo, algo dentro de mí se enfría y escuece.

—Yo... —Debo decirle— No...

—Como te he dicho desde que nos encontramos de nuevo, no es de mi agrado verte, y no es que te guarde algún tipo de rencor, solo me enerva que hayas pisado mis puntos vulnerables para hacer lo que te creíste que era lo correcto.

"Hiciste lo que creíste era lo correcto, pero era todo lo contrario"

Lo mismo me dijo cuya persona que ahora enfrenta lo que yo no me he atrevido enfrentar.

—Es aquí. —Dice ante el silencio, detengo el auto frente a un edificio.

Sacamos el carrito con un poco de dificultad, los acompaño hasta el ascensor, no sé en lo que pensará, pero se mantiene neutro y cuando las puertas del ascensor se van cerrando frente a mí lo impide colocando su mano y abrirlo.

—¿Aún te gusta el chocolate?

....

Aquí la cosa se pone intensa, solo diré eso xd.

No Soy Juguete De Nadie II✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora