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Black

Codicia.

Envidia.

Deseo.

Es todo lo que he observado en las aberraciones de gente que me rodea, esta mentalidad no tiene origen, sino, un abrir de ojos y saber que mi sangre es superior a quienes me rodean, ni mi madre ni padre tienen esta cualidad, solo es mía y basta con tenerme para saber que no necesito nada más.

Ser hijo bastardo no me repugna, ser un no deseado no me hace sentir menos, y el que mi madre intente asfixiarme solo encendió en mí las ganas de reírme en su cara y el que piense que haya acabado conmigo es suficiente para que todas las cartas estén a mi favor.

Una madre drogadicta que intentó matar a su hijo, y creyendo que lo logró, cometió suicidio bebiendo veneno, y el que mi padrastro viera su muerte se cagó del miedo que decidió tomar del veneno y morir.

Jaque mate.

Como dije, en esto no hay origen, simplemente un abrir de ojos.

Aunque me llevarán a un orfanato y la desventaja era que no vería a mi plebeya, solo hizo que pensara por mucho tiempo en lo que haría mientras cometía logro tras logro en el sentido que la sociedad llama éxito y lo que yo nombro beneficio y satisfacción.

Milk no era como ellos, a nadie que nos rodeaba, ella fue aquello que no se atrevió a ignorar y extendió sus manos para levantar a su mayor captor, día tras día recordaba esa inestabilidad en sus ojos cuando me levantó del suelo luego de una golpiza de mi padrastro, era hermosa con toda esa tristeza en sus ojos.

Quería ver cuán alcance sería si aumentaba su tristeza.

Y lo hice.

Toda su vida estuvo entre mis manos, y el que le hacia daño le aplaudía y luego lo destrozaba a mi antojo, sucedió con las pubertas que la molestaban en su colegio, con los profesores que querían sacarle provecho a su físico por unas calificaciones, mi morbo no llegaba a que un viejo la profanara, mi morbo conllevaba a verla sufrir a tal punto que casí se me va de las manos en su intento de matarse al querer saltar del puente que abajo habían muchas piedras.

No, ese era el premio mayor, matarla con mis manos con toda la descripción de quiebre que pueda existir.

Ubico mi mano sobre su vientre, la criatura inferior se mueve, este fruto que dejé que se cometiera aumentaba mis ganas de sacarlo y arrancar sus extremidades con total lentitud y enviárselas al cursi de su primer amor, pero, me detenía por el simple hecho que cada que se acariciaba su vientre sonreía con pesar.

Amo su sonrisa y es algo que debo negarme a disfrutar.

—Deja de tocarme y dejate abrazar, me estorba que no des espacio a mi bebé. —Se queja haciendo un mohín ubicando mi mano sobre su hombro, se pone de costado colocando su cabeza en mi pecho y entrelazar nuestras piernas y hechar un suspiro.

—Estas muy panzona. —su séptimo mes me acojona ya que no deja que me la tire como quiero.

—Mi almohada no habla y mi marido me place, ¿no? —Dice con una voz suave que me hace concentrar en un punto mi molestia y odio la parte de mí que cede a sus caprichos con facilidad.

—Plebeya, —acaricio su espalda, su aroma es como una droga que me sumerge a unas alucinaciones satisfactorias. —mañana nos iremos a otro país. —donde yace su primer hijo, mi hermano adoptivo hierve de la colera por ello, pero me importa poco, es hora que lo sepa.

—Deja de abrir tu boca y déjame dormir. —Se apega mas a mi pecho.

Lo cierto es que es mi talón de aquiles, la obsesión de Hades a Persefone no se compara a la mía con ella, porque más de uno tuve que silenciar para tenerla entre mis brazos, nadie le llorará, nadie la espera, no tiene importancia para otro ser humano porque solo es merecedora de mí.

En la mañana la rabia es tanta que tengo acumulada, mis manos sangran de tanto apretarlas, me siento sobre ella que aun yace dormida guiando mis manos al inicio de su vestido y rajarlo a la mitad, saco una navaja de mi mesilla y paso el filo por el medio de su cuello, el filo es perfecto que le brota sangre sin correr el riesgo de desangrarse a choros, lo deslizo por la mitad de su sujetador, bajo por su ombligo y presiono un poco ante la criatura inquieta dentro suyo, la decisiva es ya.

Si se mueve y le clavo el filo, la llevo al hospital para que le saquen al bastardo, se recupera sus heridas fisicas, gozo de su sufrimiento y le doy el toque final con el secreto que su ex esposo le guarda y tendré un alma totalmente rota para deleitar.

Fácil.

—Black... —le doy el privilegio de mirarla y suprimo la sonrisa que quiere brotarme con sus lágrimas empañando su rostro. —Es nuestro... No le hagas daño.

“Nuestro”, ella y yo somos seres excepcionales y no necesitamos un invasor.

—Me tienes. —Sujeta mi muñeca y le clavo una fría mirada que se suaviza ante su repentina cercanía y el roce de nuestros labios. —Soy tuya, nada más importa mi amor. —Siento que la vista me palpita, que mis venas se brotan, que la fuerza que me posee no piensa detenerse y por eso arremeto contra ella besándola como un salvaje.

Me la follo toda la maldita mañana hasta que la rabia se apacigüe, y terminemos sujetados de la mano yendo al aeropuerto, recibo una llamada que el menor de los Son, Gohan, ha abierto la boca y doy la orden de liquidación a esa familia, me hartan que no acaten mandatos de su superiores.

Ella detiene sus pasos, la brisa mueve su cabello y mira hacía la entrada del aeropuerto por unos segundos en el que entra el maldito hijo de puta y es suficiente para que suelte mi mano.

—Goku.

¡¿Que clase de liquidación total a los Son no acataron mis hombres?!

Limpio mis manos con un pañuelo negando cuando ella corre a él que la atrapa y se hunden en un abrazo que me provoca ganas de vomitar, bueno, el romance no es lo mío y debo acabar con esta mierda de una vez por todas.

Saco mi arma dentro de mi chaqueta apuntado a mi objetivo y no titubeo, no se asoma en mi cabeza la mas mínima compasión porque no estoy hecho para echarme para atrás.

La bala traspasa más que su vientre que llega a quebrar el vidrio de la entrada del aeropuerto dejando ver a muchas patrullas de policía rodeando el lugar, sonrío cerrando los ojos escuchando a los inferiores, dejo caer el arma y me felicito por cometer mi mayor meta, me apresan y suelto una carcajada porque esto se merece un aplauso que nadie da.

Ver aquellos ojos oscuros apagarse por completo cuando se desploma en el suelo lleno de su sangre con el grito desgarrador que él suelta.

...

Siguiente capítulo es el final :3.

No Soy Juguete De Nadie II✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora