|[19]|

392 76 13
                                    

Milk

Sabía que esto pasaría.

Sabía que tirar la pastilla del día después dentro del baño daría este resultado, dos líneas dando positivo a la prueba de embarazo.

Impulso de ansiedad para acabar con esta maldita soledad agobiante que no me dejaba respirar.

Abrazo mis rodillas empuñando la prueba ocultando el rostro entre mis brazos sentada en el suelo húmedo por motivo de que la tina esta en su límite por lo que todo esta cubierto de agua, aprieto los dedos de mis pies con los labios temblandome.

Quiero ver a mi hijo, sin embargo no quiere verme.

Quiero cubrir este vacío con la persona que quiero, pero justo ahora anda muy sumergido en la preocupación por la desaparición de su hijo, que verlo de esa manera me hace repudiarme más, ya que sé donde está el niño.

Soy una horrible persona.

El ahogo es tanto que echo la cabeza hacia atrás para soltar una bocanada de aire por estos nudos amargos que no me dan tregua, ahora mismo él no tiene cabeza para formar una familia conmigo, y mi prometido no deja de insistir en que debo mudarme con él para unir nuestras vidas.

No quiero, pero no hay escapatoria.

Mi mano se posa sobre mi vientre y una sonrisa se me dibuja de inmediato.

—Ya no estaré sola, te tengo a ti. —Me avasalla un orgullo enorme al tener en mí una pequeña lentejuela que crecerá siendo parte de la persona que quiero y mía.

Me cambio de vestuario, agarro mis maletas, envuelvo sobre mi cuello una bufanda para cubrir el daño que me hice sin ser conciente, subo tomo al taxi, le digo la dirección donde debe llevarme y me doy un ligero respiro para pensar en el camino.

La Mansión se ve desde la lejanía y mientras ingresamos a las zonas privadas me coloco el anillo de compromiso y abro la puerta cuando estamos en la entrada, los empleados se encargan de todas mis cosas dandome el paso directo a enfrentar a mi prometido.

Abro las puertas de par en par volviendo al papel de una mujer que ansiaba llegar a casa, ingreso al salón elegante donde él yace con toda la tranquilidad envuelta en una elegancia que deja a una sin palabras.

El niño, Gohan, sonríe con tímidez al verme estando él entre las niñas, hijas de las sirvientas, con una falda de bailarina, se sonroja mucho cuando una le da un beso en la mejilla e incita a que de una pirueta la cual intenta y cae, pero se levanta para intentarlo de nuevo lográndolo un poco que lo llena de alegría saltando con la niña.

Llego al frente de mi prometido, me cuesta fingir mi desagrado cuando intenta tocar mi rostro, no lo nota y me atrae para besar mis labios con dulzura.

—Bienvenida a casa. —dice con una sonrisa de victoria.

—Ahora estaremos juntos. —Su sonrisa incrementa y esquivo su beso porque tenemos un trato. —Antes que nada, cumple lo primero y seré muy feliz el otorgar tu apellido.

Asiente, hablamos sobre nuestra boda, no dejo de mirar el anillo y al niño y me siento un poco mejor ya que lo estoy haciendo por él y nadie más.

Antes de la cena doy una excusa para salir por un lapso que mi prometido me da, Gohan se me acerca y me inclino a su altura para escucharlo.

—¿Papá ya llegó de su viaje?, quiero verlo y a mi mami más. —Sus ojitos se cristalizan y le doy una abrazo besando su cabecita suspirando por la historia que le dije para que no se preocupe ni esté triste.

—Sí, mañana podras verlos. —me alejo para ver su sonrisa tierna que me llena de dulzura y me abraza una vez más antes de soltarme.

—Gracias. —Dice volviendo con las niñas que lo esperan para peinarlo.

Me dirijo al apartamento de Goku, al tener una copia abro sin problemas su puerta, lo encuentro en su sofá inhalando el aroma impregnado en la ropa de su hijo ocasionando que sienta una terrible patada en el estómago y trago fuerte para aliviar el nudo que quería formarse, me siento a su lado y de inmediato me atrae a su cuerpo para abrazarme.

Se ve tan vulnerable.

—¿No hay noticias?

—No. —responde.

—Pronto lo encontraremos.

—Eso quiero. —comienzo a acariciar su pelo sintiendo como relaja sus hombros por unos instantes.

Lo escucho por varios minutos hablar de lo mucho que extraña a su hijo, sobre el estado de Nean, y de lo poco que ha conseguido dormir en este tiempo, reparto besos sobre su rostro uniendo muestras frentes.

Y es ahí, donde me doy cuenta, que nunca jamás voy a volver a sentir por alguien lo que yo siento por él.

Y que precisamente por ellos haré lo que deba hacer, llevo su mano sobre mi vientre, levanta su rostro y beso sus labios antes de soltarlo.

—Gracias por darme la oportunidad de tener a un ser diminuto de ambos creciendo dentro de mí, y sé que no es el momento, pero quiero que lo sepas. —Y cuando quiero besarlo de nuevo, aleja su rostro, intento tomar su mano, pero rechaza mi tacto.

...

No Soy Juguete De Nadie II✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora