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Milk.-

Gohan hace muecas, pucheros y muchas preguntas conforme las horas van pasando, es un niño con demasiada energía y risa risueña que te hace verlo como encantador, lloriquea aferrándose a los barrotes que no dejemos solos a los monos en sus jaulas y que los animalitos del zoológico se ven muy tristes encerrados.

Su labio inferior tiembla, hipea, y solo hace que aquello lo luzca más adorable.

Goku termina por regañarlo y alzarlo como un saco de papas sobre su hombro mientras salimos del zoológico.

Entramos a un parque, ellos tienen aquel momento privado de padre e hijo por lo que los dejo solos para ir al puente y sacarle pedazos al pan que había comprado antes para arrojarlo al arroyo donde los patos lo comen de inmediato.

Esta oscureciendo, y solo sé que en unas horas debo encontrarme con mi prometido, a veces no sé controlarme cuando suceden estás situaciones de crísis emocionales, quiero entender muchas cosas ya la vez me da mucho miedo saber las respuestas, él sabe que estoy a su lado porque es el único medio con el que puedo comunicarme con mi hijo, sin él, lo pierdo todo.

Todo pensamiento se tambaleo con unos bracitos rodeando mis rodillas y aferrarse con manos y pies a mi alrededor casí haciéndome caer.

—¡No! ¡yo soy un niño grande y sé que he sido un niño bueno!

—¿Ah si? Pues no, no lo eres, te estás portando muy dramático niñito. —Regaña, el infante eleva el rostro con los ojitos cristalizandose, sus labios tiemblan y al paredece lo que su padre le ha dicho le ha herido.

Goku comportándose como un padre... me prende.

—N-no lo he sido... No me mires así... —lloriquea— no soy malo... Yo soy bueno. —sorbe sus mocos y honestamente me siento de tercera en este momento, pero viendo al niño muy dolido miro de mala manera a su padre antes de alejarlo de mis piernas y agacharme a su estatura.

—Hey, tranquilo, tu papá sabe que no eres un mal niño. —consuelo limpiando sus mejillas.

—¡Es la versión 2.0 de Daniel el travieso! —exclama su progenitor, el niño frunce su ceño y le saca su pequeña lengua corriendo a esconderse detrás de mí.

—Papá me odia... Como mamá...—susurra titubeante.

Goku se apoya en la baranda del puente mirando al cielo como rogando paciencia.

Acaricio la melena del infante, es suave, es lindo, adorable y emana una inocencia delicada y traviesa.

—¿Por qué dices eso?, tus padres te quieren. —Niega con la cabeza generándome una interrogante.

—Mamá...miraba como mi papá te mira a ti al señor malo, yo... No quería que mi mamá me dejara solito. —Eso llama la atención de Goku— Mis amigos dijeron que sus madres tienen con quien agarrarse de la manita y besitos, pero se olvidan de ellos y los dejan solos.

—La bruja de tu madre jamás lo haría. —Asegura con determinación.

—Ahora mamá esta sin chispa para alegrarse. —Supongo que ha de tener días dificiles y el niño aun no lo comprende. Tierno.

Intento decirle algo, pero su compostura cambia al ver unos puestos de caramelos, mira a si padre que se mantiene mirando el cielo, por lo que me mira a mí y le revuelvo el pelo.

—Te compraré uno, vamos. —Eso convierte sus temblorosos labios en una sonrisa.

Gohan corre, salta, saluda, mira mal a los que no le devuelven el saludo, canta y se emociona por todo, juego con él a las atrapadas, y supongo que ha usado mucha energía por lo que cuando bosteza su padre lo alza e inmediatamente se duerme con la cabeza recostada en su hombro.

—Eres un papá con mucha fuerza, atractivo y caliente. —ronroneo a lo ultimo viéndolo con picardía.

Sujeta mi mano sin esperarmelo caminando sin prisa alguna fuera del parque, la calidez de su mano es tan diferente a la de antes que ahora considero que lo diferente no está tan mal.

—Eres una chica sucia, solo piensas en eso, iuhg, aléjate tentación que no soy un hombre que se deja caer fácil. —bromea con una pizca de coquetería y diversión.

Rodeo completamente su brazo apegandolo en medio de mis pechos, necesito saber que él verdaderamente esta aquí, a mi lado, transmitiéndome lo que solo el puede causar efecto en mí

—¿Dónde iremos? —pregunto.

—Mi plan era una cita muy bonita, pero tenerlo es una gran caja de paciencia, —se refiere a su hijo, levanta la mano hacia un taxi que no tarda en parar— por lo que recurriré al plan B.

Me abre la puerta, no tardo en entrar sin entenderlo del todo, da su ubicación cerrando la puerta. —¿Plan B?

—Ya lo verás, primero dejaremos a mi hijo donde la bruja de su madre y después a mi apartamento. —Dice con calma levantando la mirada a mis ojos.

—¿Estás diciendo que podríamos tener sexo?

—Oh cielos, no puedo creer que hayas pensado en eso. —Se ríe un instante para luego negar— Ya lo verás, y pienso mantener a mis manos educadas. —asegura.

Lo que no sabe es que quisiera que no las eduque, pero eso sería muy extraño, aunque si sé que nosotros solos, y yo con todo este tumulto de sentimientos acumulados, no es una combinación que pueda retener por más tiempo.

...

No Soy Juguete De Nadie II✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora