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Goku

—Dame un segundo. —Es todo lo que pido levantándome del sofá y dirigirme a mi ventana y abrirla para que el aire golpee el rostro y enfríe todo lo que no quiero que se muestre.

Masajeo mi nuca ante la tensión estresante, la jaqueca me marea, me sujeto muy fuerte del marco para tomar una bocanada de aire y exhalar.

La preñé.

¡Y solo follamos una vez!

Irresponsabilidad de mi parte al ser un puto hormonal y olvidar el preservativo, pero estar dentro de ella lo valió así que no me arrepiento de ese hecho, relamo mis labios y la piel se me eriza con sus brazos rodeando mi cuerpo para abrazarme.

Siento que vuelvo a respirar.

Extraño a mi hijo, no verlo es un sentimiento desgarrador y estresante que no deja de carcomer a cada segundo en que su imagen me avasalla cortándome la respiración y calma.

Esta noticia es la que menos me esperaba, un hijo no se hace de una persona, es un acto de dos y no soy un imbécil para actuar como tal, tuve los cojones de follarmela porque anhelaba hacerlo por el simple motivo de que la quiero y también la atracción sexual nos envolvió del cual no me arrepiento.

—Milk.

—¿Sí?

—Una vez encontremos a mi hijo... Lo llevaremos con nosotros a la primera cita con la obstetra, le alegrará mucho que por fin tendrá un hermanito o hermanita. —Me giro, ella tiene los labios entreabiertos. —Te he hecho un amarre, ahora, no podrás irte. —dicho esto le sonrio con diversión la cual se cierra con la boca que ataca el mio con fervor y pasión.

Andamos calientes, primer aviso.

Sin embargo la cabeza no me da para seguir por lo que termino el beso dándole uno en su frente.

—¿Iras a ver a Nean?

Asiento.— Sí, su madre es una bruja de primera que no la va a ver, y si lo hace empeora sus animos y no es lo que quiero, es la mas afectada por todo este rollo. —acaricio sus brazos  con lentitud.

—Entiendo, —lleva su mano sobre mi mejilla mirándome con demasiado anhelo y ¿tristeza?.

—Hey, —sujeto sus manos llevándolo alrededor de mí y darle un beso rápido en los labios,— no me des esas miradas, sé que serás una bonita embarazada y ¡oh sorpresa! ¡será bebé de ambos! —no evito alzarla unos segundos robándole una sonrisa, pero el que me abrace con mucha fuerza me da la sensación de que algo no esta bien.

—Te quiero mucho. —La tonada sincera de su voz me pone firme a escucharla. —Mucho, pronto estarás más con sonrisas que con ojeras, estarás mejor. —No capto lo que intenta decir con ello, pero asiento antes de alejarme para ir donde Nean.

Milk se va, yo por mi lado, y llegando a la habitación donde yace la mamá de mi hijo me preparo para lo que se avecina; mirada perdida, palidez en su piel, no ha hablado mucho, come muy poco lo que no es buena noticia para su salud.

Tomo asiento en la silla a su lado y le leo el reporte que me dieron los oficiales, hayaron pocas pistas, y le menciono que me dieron una multa por golpear a un reportero por mencionar que nuestro hijo ya estaba más que perdido, trenzo su cabello, vienen a dejarle la cena y consume lo mínimo por lo que me lo acabo yo.

—Yo... Voy a ser papá de nuevo, Nean. —No hubo reacción de su parte, sin embargo siento necesario decírselo. —Fue inesperado, pero eso me da, de alguna manera, una sensación de alegría. —confieso.

Se límita a entreabrir sus labios, miro la hora en mi reloj. —Lo harás bien. —Y con ello en los altavoces se escucha que el horario de visita se hace acabado.

Al día siguiente me extraña que Milk no haya respondido a mis mensajes, mucho menos contestar mis llamadas, y saliendo a buscar a mi hijo de nuevo recibo una llamada de un número desconocido, con algo de extrañeza contesto, y la voz en la otra línea me deja estático.

—Papá, hace frío, ven por mí. —Exije estornundado con ternura haciendo que mi vista se me nuble y sienta que me han quitado un gran peso de los hombros y se me una la pieza faltante en mi corazón.

No respeto los semáforos, no me importa nada, cuando llego al restaurante donde me avisó que estaba me estaciono mal, me gano unos insultos que no escucho y al ingresar, el alma vuelve a mí con la personita comiendo una hamburguesa sobre la barra de la caja registradora donde los empleados lo miman.

El nudo se hace presente, se me acumulan las emociones y cuando se gira a verme, yo ya estoy tomándolo y abrazandolo con mucha necesidad y protección, negándome a cualquier cercanía ya que no quiero que me lo arrebaten de nuevo.

—Te extrañé, papá.

...

No Soy Juguete De Nadie II✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora