La espera, desespera...

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Aun no había dejado el teléfono en la mesa, y ya estaba sonriendo como una "imbecil", y no solo por mi cumpleaños, sino por saber que nuestro encuentro ya tenia fecha. ¿Como he sido capaz de proponerle quedar? La Matadora de Italia se había convertido en un tierno corderito con ella... Desde luego no me reconocía, con ella era otra persona.

- Felicidades Elettra -dijo mi madre trayéndome el desayuno a la cama como cada cumpleaños- Esta mañana estas radiante, tienes una sonrisa que hacia días que no veía.
- Gracias Mami, estoy muy feliz de que me hayan sorprendido otro año mas -y entrando mis hermanas y mi padre a mi habitacion comenzaron a cantar cumpleaños feliz.

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- Nena, ¿vas a ir a comprar para hacer la comida?
La voz de mi abuela me saco del estupor en el que andaba tras la llamada.
- Sii, abuelita. ¿Que necesitas que compre?
- Pues, si quieres compra Harina de Sémola, y hacemos unas buenas migas almerienses. Que hoy dan lluvia, y ya sabes como nos gusta comerlas los días que llueve. Y compra la verdura que quieras para hacértela al horno, porque solo queda "brequi".
Mi abuela era la caña, me encanta sus costumbres, y como inventa palabras graciosas sin querer.

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Los días que pasaron hasta el domingo se hicieron interminables. Yo había hablado con mi prima, y le había pedido quedarme en su casa unos días para arreglar unas cosas en la ciudad. Mi prima es como mi hermana, y no tenia secretos para ella, pero conociendo a Elettra, y lo celosa que era de su intimidad, preferí no contarle aun nada mas. Tampoco iba a mentirle ni nada parecido, tan solo iba a esperar a ver como acontecía todo para hablar después con ella.
Prepare una pequeña maleta, para pasar unos días en casa de mi prima. Después de coger mis cosas y me despedí de mi familia. Antes de besar a mi abuela sonó un mensaje en mi movil, y cuando lo vi se me debió iluminar la cara, pues mi abuela salto diciéndome "Niña, que cara de tonta se te ha puesto al mirar el cacharro ese, si no puedes enseñar mas los dientes en esa sonrisa". No pude nada mas que abrazarla y reírme a la vez, y la verdad es que aunque no me pude ver la cara, debió ser un poema, pues el mensaje era de la persona por la que llevaba días sintiendo mariposas en el estomago de pensar que el lunes la vería. Era el mensaje mas bonito y esperado desde que salí de Guadalix: "Mañana llega mi avión a las 12:30, me iré directa al hotel. Si quieres nos vemos para comer, dime donde prefieres que nos veamos. Y por favor, no te pongas gafas de sol... upsi... jajaja. Un beso."

La espera desespera. BLUMETTRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora