Y entonces sucedio...

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Durante el camino de vuelta hacia el hotel, no sabia si habia hecho bien o mal en decirle a Alexandra que me acompañase. Yo quería estar con ella, no habia lugar a duda, pero me daba miedo que algo saliese mal y se rompiese la magia del momento del mirador.

Yo estaba muy nerviosa y demasiado tensa, aunque como tengo por costumbre, intentaba disimular con bromas y tonterias de las mias. Me encantaba hacer reir a Alexandra, y me enamoraba aun mas cuando ella espontaneamente me sacaba mis mejores sonrisas, con su humor tan directo e inteligente. A pesar de todo a ella también la vi preocupada, y con un poco de temor por lo que me pudiese responder le pregunte directamente.
- Alex, ¿te ocurre algo?
- No cariño, es solo que no quiero precipitarme con todo, a ti también te veo mas seria que antes, y no se por que. -tomándome la mano y entrelazando los dedos a los míos- ¿tu estas segura de que quieres que te acompañe?
- Claro, te lo he dicho de corazon. Aunque no te voy a negar que estoy nerviosa, y no quiero que nada estropee la tarde bonita de hoy. -entonces me miro con la cara totalmente iluminada por una gran sonrisa y los ojos por los que a través de ellos podía ver las cosas bonitas que ella siempre me transmitía con sus miradas.
- ¿Pero como eres tan bonita?-dijo pasando su mano por mi mejilla- Yo pienso que ya hemos sufrido suficiente, así que vamos a dejar que todo fluya, no tenemos que sentir ninguna presión, tan solo vivir el momento.-ella me miro con cara de alivio, parecía que se había quitado un peso de encima y ahora se veía mas relajada, yo en cuanto vi que se sinceraba conmigo en todo momento me deshice también de mi preocupación. Elettra parecía haberse aprendido la lección de la casa, y ya no recurría tanto a la coraza para evitar malos entendidos entre nosotras.

Llegamos al hotel, y pasamos a su suite. Era impresionante. Al entrar habia un enorme salon, con una terraza en el exterior donde habia un jacussi desde donde se podia disfrutar de las vistas de Barcelona. A la derecha se encontraba el dormitorio, con una cama enorme que parecia sacada de un cuento de pricesas.
Elettra fue directa al cuarto, diciendo -Voy a cambiarme de ropa, esta noche es noche de Pijama Party... jejeje. ¿Quieres que te preste algo para que estes mas cómoda?
- Pues la verdad es que me vendria bien ponerme algo mas comoda, para que voy a engañar. -Y me paso un short, y una camiseta. Nos cambiamos de ropa sin mirarnos, y cuando vi la camiseta que me habia dejado me acorde de cada ve que se la vi en casa. Era su camiseta que ponía "LA MATADORA DE ITALIA". Sin darme cuenta empece a sonreir como jna boba y a morderme las uñas...
- ¿De que te ríes?, Alexandra Garsía.
- Es que la camiseta que me has dado me encantaba verte con ella en la casa. Y me han invadido muchos momentos bonitos.
- Seguro que te gustaba porque mis chichis quedan increíbles con ella...
- Pues si, te quedaba muuuu bien Eletritta.-ya volviamos a estar tonteando como dos adolescentes, parecia que todo fluia solo como la semana militar. Que segun nuestras fans fue "la semana".- ¿A mi me queda tan bien como a ti?
- Baby, eso es imposible. Mis chichis son un autentico monumento. Aunque para serte sincera a ti no te queda nada mal. Matadora...
- Siii, en serio, ¿te gusta como me queda?-dije insinuandome y acercandome a ella de manera muy sensual. Ella se puso roja, pero aguantaba el tipo. Y ante su vacile, yo no iba a ponerme freno. Sabia que si se sentia incomoda, me lo diria abiertamente. Asi que la abrace por la cintura mientras le sonreia. Y entonces vi como se mordia el labio, exactamente igual a el famoso video donde ella iba con la cara pintada de rojo de famosa semana militar.- ¿Que te pasa Eli?¿Necesitas algo?
- Maria Benedetta, aiutooo.-y empezo con su risa nerviosa- Deeespacito Alex...
- Suave, suave, suavecito...-y me acerque a besarla de una manera muy sutil. Y me encontre con lo que menos me esperaba. ¡¡UNA COBRA!!. Lo intente otra vez sonriendo, y... ¡¡OTRA COBRA!! Vaya con la Eli, las tenia de oferta o que. Asi que me puse un poco de mala ostia, y me aleje de ella.
- Amoreee, que te pasa ahora.-Me decia mientras se acercaba a mi. He de reconocer que me encantaba cuando me decia amore, es que era tan cariñosa cuando lo decia. Parecía un achuchable osito de peluche.
- Tia, ya sabes que estas cosas no me gusta.  Nos hemos besado antes, y no se porque...-Y de repente me dio un señor beso, al principio dulce, y poco a poco mas violento. Me encantaba como de un momento a ptro pasaba de ser cariñoso a pasional. Como besaba la niña, nunca me hubiese imaginado que me hiciera sentir tantas cosas en tan poco tiempo. Cuando termino me dejo con los ojos cerrados y con la boca abierta esperando mas de ella.
- No te lo tomes todo a mal, amore, ya sabes que a mi me encanta pincharte.- y me abrazo mientras yo intentaba volver a la tierra.
- Es que hay veces que te pasas, pero bueno, ya nos vamos conociendo-le dije mientras me desnudaba y salia a la terraza corriendo.-¿A quien le apetece un jacusi?-y entre carcajadas nos encontramos las dos desnudas en la terraza mientras no metiamls en el jacusi.
- No me he atrevido a decirtelo antes, pero me gustaria... creo, que deberia... ahggg. Que coño me pasa ahora. Bueno, une, due... Alexandra, necesito pedirte perdon por todo lo malo del concurso...
- Shhh -dije mientras me puse a horcajadas sobre ella.- No seas tonta, sabes que no necesito escucharlo de tu boca. Se que las dos hicimos cosas mal, y que incluso alguna vez que otra nos hicimos daño sin intencion, pero no es necesario que me pidas perdon. Lo pasado, pasado esta. Ahora hemos empezado de cero con nuevos cimientos y quedandonos todo lo positivo. Al menos yo lo veo asi.
Y entonces nos abrazamos, tan fuerte que a veces me costaba respirar profundamente. Estuvimos así durante unos minutos, y otra vez comenzamos a besarnos. Reíamos, de vez en cuando me mordía el labio y yo respondia a su ataque. Nuestras manos recorrian el cuerpo de la otra, y nos encontramos moviendo nuestras caderas de una manera sincronizada para satisfacer nuestro deseo. Comence a besar su cuerpo, su pecho, clavaba mis dedos en sus caderas para aproximar mas si aun cabia la posibilidad, mi sexo al suyo...
Elettra era una bomba sexual, yo no me quedaba atras, pero me fascinaba como una misma persona podia pasar a ser de super tierna y cariñosa a darme una caña impresionante. Me devoraba el cuello mientras tiraba hacia atras de mi pelo. Bajaba hasta mi pecho y besaba dulcemente mis pezones erguidos. Y todo ello mientras nuestros sexos se rozaban como si necesitarse fusionarse en uno solo. Las dos empezamos a jadear como si no hubiese mañana y a gemir... y entonces senti la explosion que recorrio mi cuerpo, y mientras nos mirabamos a los ojos ambas llegamos juntas a culminar con "fuegos artificiales" nuestra primera vez.

La cara que se nos quedo debía de ser épica, yo me sentía plena, relajada, feliz de ver que de una vez por todas vibrábamos en la misma sintonía, y que nos entendíamos a la perfección con tan solo nuestras miradas. Le sonreí mientras veía como estaba exhausta, con la cabeza echada hacia atrás, sus ojos turquesas cerrados y con la boca entre abierta intentando recuperar el aliento que ambas habíamos perdido entre tanto desenfreno. Yo la cogí con ambas manos y la bese con mucha ternura, y la abrace por su cuello mientras sentía como con sus brazos me rodeaba la cintura. Y sin pensármelo dos veces le dije:
- Te quiero.

La espera desespera. BLUMETTRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora